lunes, 15 de febrero de 2010

El comandante... en su soledad




Por fin puedo estar solo. Ya cada día son menos las horas que puedo gozar de privacidad y descanso. Siempre estoy rodeado de caras anhelantes, todos desean algo de mí, o de la gente que dice que me cuida. Pero, realmente me estarán cuidando o serán cosas del tata, para tenerme vigilado?
Me veo en el espejo y me asombro. Hce apenas 15 años lo que veía en el espejo era un muchacho. Ahora veo a alguien fofo e inmenso. Y siempre sudando, yo que no sudaba antes. Estoy llegando al punto que prefiero no verme desnudo. No reconozco esas adiposidades, me da verguenza verme. Y apenas tengo 54 años! Pienso que los pequeños gritos de placer de la modelo que me trajo Nicolás pueden haber sido ensayados. En mi corazón tengo la certeza de que ella hubiese preferido estar con alguien como el que yo fui hace 30 años, alguien de piel suave como Tarek. Ella me dijo que nunca había estado con un hombre como yo! Creo que me estaba vacilando. Odio que me traten de engañar, yo que jamás he engañado a nadie.
Abro el gabinete del baño y saco las pastillas que el médico me ha recetado. Ya son cinco las que debo tomar cada noche, antes de dormir. La azul es para la tensión, la gris para la depre, la amarilla es un complejo vitamínico, la verde para un pequeño temblor en las manos que me ha aparecido hace unos meses y que se intensifica cuando Uribe hace declaraciones. La pastillita blanca es para dormir. A veces es la única que tomo porque me parece que tanta droga puede ser contraproducente. Cuando las combino con las 30 tazas de café diarias, la verdad es que no me siento bien y me da por expropiar vainas.
Necesito estar en plenitud de facultades para manejar el país. Porque no hay relevo. Yo quisiera encontrar a alguien que pudiera quitarme esta carga, aunque sea por 24 horas y sin querer quedarse allí permanentemente. Alguien dotado de mi misma claridad de visión y con mi misma capacidad de decisión. Pero que va. Veo a mi alrededor y me angustio. Luis me ayuda pero tiene sus limitaciones. Nicolás, Pedro y Cilia son muy mediocres y fastidiosos. Alí me engañó por un tiempo con su bastón y su porte serio y callado, pero ahora veo que es de los Rodriguez de Isaías, Jorge y Angel, simples muchachos de mandado.
Coño, es que ya no puedo ni comer tranquilo. El cubano que prueba mi comida se la despacha casi toda y me deja apenas unos retallones, a cuenta de la seguridad y la vaina. Dependo más y más del café negro porque no me gusta el licor. Es malo para los atletas. Yo siempre quise ser un atleta profesional y todavía le pegué antenoche un par de líneas a Francisco, otro Rodríguez. Pero creo que me la puso bombita por congraciarse conmigo.
Esta vaina de cambiar a Venezuela es macha. A veces me parece que ni yo lo voy a lograr. No lo logró Bolívar, aquel zambo maravilloso, no lo logró Gómez. Yo he tenido más dinero y eso me ha ayudado. Los políticos del hemisferio no aguantan un cañonazo de un millón de dólares, como decía el mexicano aquel, Artigas? Cuando le dí a Evo los treinta millones de dólares por televisión sentí que se estaba meando de la emoción. Pero el indiecito tuvo las bolas de preguntarme si iban a ser mensuales! Cuando le di las maletas con la plata a Cristina me sonrió mucho. Quien si se muestra codicioso todo el tiempo es Daniél, un carajo muy desordenado. La mujer lo tiene dominado y la verdad es que la mujer... Pero bueno, entre gustos y colores….
Me ha costado cambiar la gente en Venezuela porque aceptan mi dinero pero no aceptan mis ideas. Yo todo lo que deseo es integrar a Venezuela con Cuba, ser presidente de Venecuba. Recibir la banda presidencial de manos del tata, antes que se muera. Pero la gente aquí se resiste. Hacen chistes, me dicen que estoy ponchao, no se alzan pero tampoco se someten, es una vaina desesperante. Han estado mál acostumbrados por muchos años al libertinaje adeco y no tienen la disciplina social de los cubanos para aceptar el baño de totuma y la libreta de racionamiento. En especial los banqueros y los pedevesos me han decepcionado. Son hábiles. Les doy la manera de enriquecerse y me pagan como Arné, con escándalos que me han perjudicado. Les he dicho a Wilmer y a José Vicente que están bajo observación y que si se resbalan los expropio. Creo que se les ha pasado la mano en sus marramucias. Meter a Pedro preso será la mejor señal para que José Vicente se quede quieto y se concentre en jalar bolas.
Lo importante ahora es la asamblea. Tengo que arreglar las cosas para que quede en nuestras manos y los escuálidos ganen unos puestecitos que convaliden nuestra supremacía. Hay que dejarlos pegar unos griticos en la asamblea para que crean que me van a joder. Menos mál que la gente que tengo en el CNE es de confianza. Pero, como decia Betancourt, la gente es de confianza hasta que te mete una puñalada por el fundillo. Aquí hay que estar mosca todo el tiempo, si hasta Baduel me quiso joder, después que me traía el café.
Bueno, déjame tratar de dormir unas tres horitas, aprovechando que Carlos Escarrá está con los cubanos, cuidándome la puerta. Ese si es fiel, carajo. Otro que me ha ayudado mucho y quizás me lo traiga al país para darle lo que siempre quiso es Chaderton.
Buenas noches, comandante….buenas noches Fidel.
Dios mio, concédeme lo que quiero, seguirle sirviendo a Venezuela por treinta años más.
Amén.

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