martes, 21 de diciembre de 2010

El Chacal: balance de 40 años de vida terrorista


Un dia como hoy, hace 35 años, el terrorista nacido en Venezuela Illich Ramírez Sánchez, mejor conocido como Carlos el Chacal, asaltó la sede de la OPEP en Viena y mató a tres personas, dos guardias y un delegado de Libia. Hizo rehenes a los ministros de la OPE y a sus acompañantes, todo para forzar al gobierno austríaco a pasar por la radio un comunicado muy mál escrito a favor del estado Palestino. El Chacal había ingresado en Julio de 1970 al Frente Popular para la Liberación de Palestina, después de haber sido expulsado de la Universidad Patrice Lumumba, de Moscú. Fue entrenado por esta organización y por su líder, el terrorista Wadie Haddad. Entre 1970 y 1975 participó en varios actos de terrorismo en Europa, casi todos fracasados. El 21 de Diciembre de 1975 llevó a cabo el asalto contra la OPEP y tomó más de 60 rehenes, pero no mató a Yamani, uno de los objetivos principales del asalto. Por este nuevo fracaso fue expulsado de la organización.
Sus mismos compañeros lo acusaron después de haberse quedado con una gruesa suma de dinero obtenida de Arabia Saudita como pago por la liberación de los rehenes (aunque esto no está comprobado y Ramírez lo niega). Klein, uno de sus subordinados en el momento, rompió después con él llamándolo un “psicópata engreído”. Durante la década de 1980 llevó a cabo acciones terroristas en Europa, actuando como mercenario. De nuevo, la mayoría de estas acciones fracasaron. En 1992 se refugió en Sudán, donde fue vendido a los franceses por el gobierno. Sus mismos guardaespaldas lo maniataron y se lo entregaron a Francia. Allí está hoy preso, de por vida.

El asalto a la OPEP incluyó la amenaza de muerte contra los ministros, incluyendo a nuestro ministro de la época, Valentín Hernández Acosta, quien me contó hace años su amarga experiencia con aquel psicópata. Fue, paradojicamente, un atentado contra una organización del tercer mundo que el chacal pretendía defender, lo cual revela lo frágil de sus convicciones. Ramírez Sánchez fue un aventurero, vivió al márgen de la civilización y perdió. No tiene nada que legarle a sus semejantes, aunque su familia lo considere un héroe y Hugo Chávez lo haya defendido (de palabra pero no de hecho).

Hoy se cumplen 35 años de su asalto a la OPEP donde asesinó a tres seres humanos. La causa palestina no avanzó ni un milímetro por su acción. El está recluído y ha perdido la posesión más preciada de un ser humano: la libertad. Hay una película sobre su vida dando vueltas por allí, muy larga, con una buena actuación de Edgar Ramírez (otro Ramírez!). Aparte de la notoriedad, la vida de Illich Ramírez Sánchez solo ha dejado fracasos, prisión y muertes.

Triste manera de haber vivido, como una París Hilton del mundo terrorista.

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