miércoles, 2 de febrero de 2011

En ALCASA: dos peines se pelean por un calvo

Personal de ALCASA marchando y en escuela de socialismo mientras hay 220 celdas de producción paralizadas.: Zánganos!!


Jorge Luis Borges definió en una ocasión la pugna entre Argentina y Gran Bretaña por las islas Malvinas/Flakland como “una pelea entre calvos por un peine”. En el caso de ALCASA, una de las varias empresas arruinadas de Guayana, la pugna grotesca entre el presidente de esa empresa y el sindicato de trabajadores es, más bien, la pugna de dos peines por un calvo. Tanto el presidente, Elio Sayago, como el Secretario general del Sindicato Sintralcasa, reunieron a sus huestes para manifestar en contra del otro bando. Sayago pide la “profundización” del control obrero mientras que el sindicato pide que se vaya Sayago. Ambos grupos compiten por el control de la empresa y Sintralcasa exige la discusión de un nuevo Contrato Colectivo. Ambos grupos piden la “intervención” de Chávez. Sayago habla de “revolución” y el sindicato habla de mejoras laborales, mientras ambos tratan de ponerle la mano al muerto. En el pleito se meten todo el mundo, hasta el sindicato de MERCAL, la gobernación de Bolívar y los miembros chavistas de la Asamblea Nacional. Es lo que se llama en criollo, una sampablera.

ALCASA está quebrada.
ALCASA es una empresa quebrada que le debe unos $ 450 millones a Bauxilum y otras cantidades importantes a Venalum y Edelca. El 15 de mayo del año 2010 Hugo Chávez decidió darle a los trabajadores de la empresas de Guayana el control de la gerencia. Las focas chavistas nombraron a sus presidentes incluyendo a Rada Gamluch en Venalum y Elio Sayago en Alcasa. Los mismos sindicatos, Sintralcasa y Sutralum, apoyados por la Gobernación del estado y por el concejo municipal de Caroni, se han opuesto a este despropósito y ello tiene a los dos bandos en pugna.
Las empresas de Guayana están en la ruina, semi-paralizadas y anarquizadas. El partido Comunista mete su cuchara, todo el malandraje chavista toma posiciones encontradas y ALCASA está convertida en el cadaver que todos se disputan.
ALCASA mantiene unos tres mil empleados. Las plantas están en trágicas condiciones de operatividad y los trabajadores no poseen mayor protección contra el alto grado de contaminación ambiental. Los sindicatos se han negado a ser adoctrinados ideologicamente. La planta ha estado esencialmente inoperativa por algún tiempo y su nivel de producción, cuando produce, está al 30-40 por ciento de su capacidad instalada. En 2009 el presidente del momento, César Aguilar, calculó que la empresa requería inversiones de unos mil millones de dólares para ser modernizada. Está claro que la empresa está en la ruina más absoluta y que Hugo Chávez le ha dado el golpe de gracia con su estúpida y demagógica decisión de poner la gerencia en manos de los trabajadores.
Otro crímen más del payaso de Sabaneta.

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