La mentira es la aspirina de los déspotas

“Construiremos 2 millones de casas en los próximos años”, dice el corrupto presidente venezolano, Hugo Chávez. Para él la mentira se ha convertido en herramienta favorita de trabajo.

Cuatro ejemplos ilustran mentiras impúdicas, expresadas por seres sin moral, sinverguenzas quienes descartaron todo escrúpulo en el servicio de sus objetivos:

1. “Venezolanos son felices, han mejorado su bienestar material”

Jesse Chacón, “presidente”de GISXXI, una empresa fantasma del régimen creada para dar estadísticas falsas

Todos los índices confiables de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales ya muestran a Venezuela como el país más atrasado de América Latina, al lado de Haití. Paradoja incomprensible, tratándose de que es un país que recibe significativos ingresos por la explotación del petróleo.

2. “Todo mi pueblo me adora”: dice Gadafi a la cadena ABC

Esto lo dice mientras la mitad del país está en manos de la oposición y se libran batallas en la mitad que aún controla. Lo que muestra la televidión no puede ser un set cinematográfico. Los centenares de muertos no son ficción. Este hombre no está loco. Es simplemente un desvergonzado criminal.

3.“Tenemos sesenta divisiones listas”, dijo Mussolini en 1938, modificando el número de regimientos que las componían, de tres a dos.

Al hacerlo Mussolini condenó a Italia a perder la guerra. Llevó a millones de sus compatiotas a la muerte por sus deseos insensatos de grandeza.

4. “No hay infieles americanos en Bagdad….nunca!” Al Sahaf, Ministro de Información de Sadam Hussein, mientras los tanques estadounidenses le pasaban por detrás en la televisión. Este hombre, la versión iraquí de Jesse Chacón, ha sido condenado a muerte.

La mentira es la aspirina de los déspotas. Crea una ilusión breve de éxito. Atrás viene el desastre.