Muci-Mendoza narra como un grupo de cursantes de ese mamotreto llamado Medicina Integral Comunitaria fue llevado, sin consulta, al Hospital Vargas. El ya había escrito en torno a este programa en términos críticos, de cómo 1500 jovenes bolivianos, adolescentes, fueron traídos bajo engaño a “estudiar medicina” mediante lo que él llama “un plan contrahecho y manipulado”, consistente en un año de estudios y cinco años de práctica. Estos jovenes, añadíó Muci-Mendoza, jamás podrían competir con verdaderos médicos formados en universidades de verdad. Se pregunta Muci-Mendoza si los gestores de este mamotreto desearían que sus hijos fuesen tratados por estos “médicos” formados en el fraude y la mentira.
6000 médicos venezolanos se han ido del país bajo el peso de esta pesadilla. Por todo esto Muci-Mendoza ha decidido separarse del Hospital Vargas, después de una asociación de más de 50 años. Dice: “No quiero ser un títere del autócrata ni de las autoridades universitarias que nos impusieron aceptarlos a través de la Dirección del Hospital y ahora hasta nos piden que los evaluemos, no quiero ser un colaboracionista en esta imposición enmascarada de ¨colaboración¨ después que nuestros mejores hospitales docentes han sido destruidos intencionalmente y con saña”.
Y agrega: “Con todo respeto y consideración, elevo ante las autoridades de mi Universidad, de mi Facultad, de mi Escuela y a los integrantes de mi Cátedra y Servicio, a mis queridos compañeros de tantos años, mi enconada protesta por la conducta de aquellos que han dado muestras de flaqueza y timidez, que quiere ser también un llamado a meditar las consecuencias de este acto de cobarde entrega.”.
Muci-Mendoza está sobre el caballo de Ledesma, cargando contra los piratas, quienes se sonríen al pensar que está solo. Pero están equivocados. Son los Ledesmas que surgen en este momento quienes liderarán la carga contra el enemigo, contra la ignorancia, la corrupción, la mediocridad, el complejo de inferioridad que pretende nivelarnos hacia abajo.
Tristemente los venezolanos que aun creemos poseer algo de racionalidad (disculpen la arrogancia, pues pareciera que, al menos los del gobierno no tienen ni un poquito), vamos de decepción en decepción viendo cómo el país se disuelve y sentimos esta impotencia suprema afrontando tanta prueba cotidiana de mediocridad (lo menos en si) pero peor de desamor y egoismo con la mayoría de los conciudadanos que hacemos el país. Pero cuando surgen figuras que, sin ser quijotescas nos lo parecen por esa aparición solitaria casi fantasmal, reclamando cuan absurdo es esto que estamos viviendo, en medio de este fariseismo estrafalario, uno se reconforta un poquito y se dice uno mismo, que todavía hay gente sensata, que piensa, siente y ama. Por cierto, igual que las palabras del profesor Pasquali, en la reseña anterior en este blog. Gracias Sr. Coronel por hacernos sentir que todavía hay un resquicio de esperanza dentro de este maremagnum en el cual está convertida nuestra patria. Saludos
ResponderEliminarNO ESTAN MAL SINO TODO LO CONTRARIO A ESTAR BIEN..
ResponderEliminarJG
Los [M]édicos [I]ntegrales [CO]munitarios cubanoides van a hacer el aporte de quienes los crearon y de lo que son: MICOS
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