miércoles, 30 de enero de 2013

Nueva prueba del fraude contra ChevronTexaco en Ecuador



Se acuerdan de Jane Fonda en Hanoi?  Esta es Daryl Hannah en Ecuador, la misma ignorancia al servicio de los inescrupulosos   

Un ex-juez Ecuatoriano ha confesado su complicidad en el fraude montado contra ChevronTexaco por un grupo de aventureros ecuatorianos-estadounidenses, con la participación del gobierno de Rafaél Correa. Este ha sido un intento burdo de extorsión mediante el cual se pretende  quitarle a la empresa  la bicoca de  $18.000 millones.  En una declaración jurada ((sworn declaration) efectuada en una Corte federal del estado de Nueva York el ex-juez, Alberto Guerra, cantó como un canario a fin de rebajar su eventual condena. Guerra se agrega a la lista de personas quienes han estado declarando su complicidad ante las autoridades, a fin de minimizar un posible castigo.
Guerra admitió haber recibido miles de dólares de manos de los abogados de la parte acusadora y del también juez, Nicolás Zambrano, para que elaborara órdenes judiciales y sesgara el caso a favor de los acusadores. La confesión de Guerra está acompañada de documentos bancarios y de correos electrónicos que corroboran el fraude montado contra la empresa. EL ex-juez Guerra ha dicho que el abogado Steve Donziger “le dió las gracias por su ayuda en el caso y por haber ayudado a poner el caso a favor de los acusadores”. Añadió que “los pagos de la parte acusadora me fueron hechos por el Sr. Fajardo en efectivo o depositados en mi cuenta de ahorros en el Banco Pichincha”.
Guerra afirmó que “el Sr. Zambrano [el otro juez] le había dicho que él estaba en contacto directo con el Sr. Fajardo y que este representante de la parte acusadora había convenido en pagarle $500.000 del dinero  a ser recibido del juicio”. Y añadió que “dos semanas antes de la decisión sobre el caso el Sr. Zambrano me dió un borrador de tal decisión para mi revisión. A través de él me informé que los abogados de la parte acusadora habían escrito la decisión y se la habían entregado. Trabajé en el borrador en la casa del Sr. Zambrano, usando la computadora del Sr. Fajardo”.
El ex-juez reconoce que “sabía en ese momento y  lo sé ahora que tal convenio representaba una violación de la ley Ecuatoriana… y que recibir dinero por hacerlo era una violación de la ley Ecuatoriana”.  
Los abogados de la parte acusadora se referían a Guerra y a Zambrano como el titiritero y el títere. . En Octubre de 2009 el Sr. Fajardo le envió un correo electrónico al abogado Donziger y al Sr. Yanza [otro acusador]  diciendo: “El titiritero no desea manejar al títere hasta que la audiencia le page algo”.  

La documentación que corrobora este fraude es ya cuantiosa y no deja dudas sobre la naturaleza criminal del procedimiento utilizado para llegar a la decisión del tribunal. Hace ya unos tres años comencé a interesarme por este caso porque mi olfato de geólogo petrolero me decía que allí había un gato encerrado. Me equivoqué. Lo que había era un elefante encerrado, un monumental fraude mediante el cual un grupo de gente sin muchos escrúpulos y muy codiciosa ha tratado de sacarle a una poderosa empresa unos cuantos miles de millones de dólares, en el nombre de la justicia y de la conservación del ambiente. Alguien tendrá que escribir un libro sobre esta saga, mejor aun, hacer una película. Tiene todos los elementos de suspenso, codicia e intriga política que se requieren. A diferencia de otros caso de similar magnitud, esta vez los villanos no están en la empresa petrolera  sino entre los acusadores,  quienes habían contado con mucha simpatía entre los conservacionistas.


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