jueves, 23 de abril de 2015

El payaso se pinta, solito, en la pared


LA CURSILERÍA LOS DERROTA ANTE EL MUNDO 

El payaso está en guerra contra los empresarios, contra España, contra la prensa, contra Obama, … contra el mundo. El payaso Nicolás Maduro se va auto-aislando, empeñado en ser mártir. Salir del poder por incapacidad es el peor destino que puede tener un gobernante y Maduro, asesorado por los expertos en fracasos, los hermanos Castro, está tratando de achacarle su trágico desempeño a factores externos. Así podría decir, cuando llegue a Zimbabue,  que fue un mártir.
Pero ya eso no lo cree nadie. En el mundo entero la opinión sobre Maduro es una inmensa carcajada. Lo que para nosotros los venezolanos es una inmensa tragedia, para el espectador externo es una farsa divertidísima: los discursos pomposos, los dobles, la mujercita vestida de campesina rusa, la recolección de firmas, las amenazas contra países democráticos, todo ello ha colocado a Maduro en el grupo de la farándula que divierte, una especie de Kim Kardashian con bigotes.
Es necesario incrementar la presión popular interna sobre el payaso. Motivos para tomar la calle sobran: están tratando de inhabilitar a los opositores que aún no están en la cárcel, acusándolos de irregularidades con sus declaraciones de impuestos. Irregularidades en sus declaraciones deben tener los ministros, los miembros del Poder Ciudadano, los magistrados del Tribunal Supremo, los embajadores, el Alto Mando Militar, los contratistas de PDVSA, los miembros del PSUV en la Asamblea Nacional, es decir, la pandilla. Quisiera ver la declaración de impuestos de Rafael Ramírez o de Nelson Merentes o de los miembros de la familia “real”.

Pero el payaso Maduro dice ver la brizna de paja en el ojo de sus adversarios mientras no le molestan las enormes vigas en los ojos de los hampones que están a su lado.  Esta rotunda asimetría de tratamiento hacia los venezolanos por parte del régimen es lo que los lleva al colapso definitivo. El empeño en pelear contra todo el mundo es una demostración de su enorme estupidez. 

Hasta Giordani, payaso retirado, lo dice: "somos el hazmerreír del planeta". 

1 comentario:

  1. Gracias. Esperemos que esta tragedia, que no es farsa, termine pronto.
    Pronta recuperación, Gustavo Coronel.

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