viernes, 12 de enero de 2018

MEMO A LOS DIALOGUISTAS, COLABORACIONISTAS Y OTROS ISTAS

El hambre, las enfermedades, la humillación constante del pueblo, las promesas incumplidas, la esclavitud del CLAP, la electricidad colapsada, el Metro hecho un desastre, PDVSA en caos y en manos de ladrones e ineptos, los narco-generales en control de la fuerza Armada, los cubanos mandando, el éxodo masivo de venezolanos hacia Colombia, Brasil y el Caribe, un gobierno donde hampones como los hermanos Rodríguez manejan los hilos de la política y de la información.
Venezuela es un país destruido, en manos de una pandilla de malhechores y con una oposición en manos de gente como Manuel Rosales y Henri Falcón, quienes colaboran abiertamente con el narco-régimen.  

Y todavía hay gente que pide diálogo, que define el diálogo como  ‘la única alternativa posible”, ver lo que dice Luis Vicente León hoy : http://www.noticierodigital.com/2018/01/lvl-no-esperen-acuerdo-garantice-cambio-gobierno/
Hay que tener agua en las venas para seguir hablando de diálogo y de reconciliación en la Venezuela de hoy. La gente que sigue hablando así es cómplice, conscientemente o no, de la tragedia venezolana. En nuestro país no hay sino una sola alternativa: la salida del narco-régimen del poder y su reemplazo por un gobierno democrático y honesto, el cual pueda comenzar la larga tarea de reconstruir al país.

 Denuncio abiertamente a quienes todavía persisten en “arreglarse por las buenas” con un régimen de ladrones y asesinos. Quienes lo hacen se han convertido en parte del problema. No puede haber medias tintas en nuestro pobre país. O hay rebelión o hay entrega. El narco-régimen debe ser expulsado y creo que una acción conjunta del Grupo de Lima, USA, Canadá y la Unión Europea puede hacerlo. Si esa comunidad democrática de países corta relaciones diplomáticas con el narco-r[régimen, si le aplican sanciones económicas, ese narco-régimen va a caer. Esos países deben imponer, por la fuerza de la ley internacional,  una entrada de alimentos y medicinas al país.
Es cierto que en el mundo hay tragedias humanitarias similares y hasta peores que la nuestra. Pero, apartando las crisis de Haití, nunca habíamos presenciado tragedia semejante en nuestra región, a la que ha experimentado Venezuela bajo el mando corrupto y cruel del chavismo. 
Ya el pueblo venezolano parece haber perdido la voluntad de rebelarse, ojalá esté equivocado. Pero lo que sí es cierto es los miembros del narco-régimen y sus colaboradores deben pagar por sus crímenes. No puede haber amnistías, ni perdones. Ello desvirtuaría totalmente cualquier intento de restablecer la democracia en Venezuela.
 Maduro, su pandilla, el chavismo ladrón, sus cómplices y la oposición comprobablemente colaboracionista deberán pagar por sus crímenes. Si Venezuela no se decide  a limpiar la podredumbre, permanecerá envuelta en ella. ¿Y, entonces, qué clase de país tendremos?

¿QUE VENEZUELA TENDREMOS: UNA VENEZUELA LIMPIA, UNA VENEZUELA MEDIO PRODRIDA O UNA VENEZUELA PODRIDA?  TU DECIDES. 

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