martes, 16 de enero de 2024

LAS CREDENCIALES DE TRUMP PARA LA FUNCIÓN PÚBLICA: UNA CONFRONTACIÓN INMINENTE ENTRE LA ÉTICA Y LA POLÍTICA

NOTA: LA VERSIÓN EN INGLÉS DE ESTE TEXTO ESTÁ INMEDIATAMENTE MÁS ABAJO DE LA VERSIÓN EN ESPAÑOL


       

                                          Prueba suprema para la Corte Suprema

LAS CREDENCIALES DE TRUMP PARA LA FUNCIÓN PÚBLICA: UNA CONFRONTACIÓN INMINENTE ENTRE LA ÉTICA Y LA POLÍTICA

De acuerdo con la sección tercera del Cambio #13 hecho a la Constitución de los Estados Unidos titulado: traduzco. “Descalificación para desempeñar una función pública

Ningún ciudadano podrá ser Senador o Representante en el Congreso, ni elector de Presidente y Vicepresidente, o desempeñar función alguna, civil o militar a nivel federal o estatal, quien después de juramentarse como miembro del Congreso, o funcionario de los Estados Unidos o miembro de alguna legislatura estatal o  como ejecutivo o funcionario judicial de estado alguno, para apoyar la Constitución de los Estados Unidos, se encuentre involucrado en una insurrección o rebelión contra esa Constitución o le haya dado ayuda o apoyo a si=sus enemigos. Sin embargo, el Congreso, mediante voto de las dos terceras partes de ambas cámaras podrá eliminar esta descalificación”.  

 

Este es un lenguaje fácil de entender. Cualquiera persona que haya jurado lealtad a la Constitución de los Estados Unidos como miembro del gobierno del país estará inhabilitado para desempeñar cargo alguno, sea civil o militar, al nivel federal o estatal, si se ha visto envuelto en una insurrección o rebelión en contra de esa carta magna.

La Corte Suprema de los Estados Unidos acaba de acceder a considerar si tal descalificación aplica a Donald Trump en su actual campaña presidencial para las elecciones de este año.

La Corte Suprema enfrentará el dilema clásico y esencial entre el utilitarianismo y los principios. La ruta utilitaria, nos dice Rushworth M. Kidder en su libro “Coraje Moral” (Página 93), se conoce también como Consecuencialismo, dado que se orienta a la producción de un “buen resultado” en lugar de decidir sin tomar en cuenta las consecuencias de la decisión. En su libro “Justicia” Michael Sandel identifica este segundo tipo de decisión con las enseñanzas de Immanuel Kant y con su rechazo al utilitarianismo. Para Kant, una decisión es buena o mala por sí misma, no en base a sus efectos.  

La toma de decisiones basadas en sus consecuencias ha sido una tendencia cada vez más frecuente en el sector político. El definir la política como el arte de lo posible ha llevado, primero, al pragmatismo y luego, a prácticas corruptas, en la medida en la cual los políticos alegan la búsqueda de buenos resultados como excusa para justificar decisiones divorciadas de los principios.

En su libro Kidder cita al psicoanalista Heinz Kohut, al definir el coraje moral como  “la alineación de las acciones con los principios”. Pensamos que la decisión que tome la Corte Suprema sobre el estatus ciudadano de Donald Trump requerirá mucho coraje moral de los magistrados, tal como lo define Kidder, ya que la decisión representa un supremo ejemplo del dilema entre consecuencialismo y una decisión basad en los principios.

Un excelente análisis de este dilema por David French, página A18 del 6 de Enero, 2024, NYT, ilustra su importancia para el futuro de la democracia en USA. French advierte que el mayor peligro para de democracia estadounidense es el miedo a la consecuencias en términos de violencia y volatilidad social que una descalificación de Trump pueda generar, habida cuenta del grado de polarización política que existe en el país. French añade que este miedo es alimentado por el estilo de acción que Trump ha exhibido en el pasado, en abierto desafío de leyes y reglamentos. El público y los magistrados de la Corte pidieran sentir que una inhabilitación de Trump pudiera magnificar la naturaleza sediciosa de su movimiento MAGA y promover una rebelión abierta.

TRUMP ES COMO JALISCO, QUE CUANDO PIERDE ARREBATA

Trump está diciendo abiertamente que quien se oponga a su candidatura y eventual presidencia recibirá una vigorosa respuesta, hasta vengativa. Ha dicho, en un lenguaje de matón de barrio que “espera que los magistrados de la Corte que él colocó allí sean justos con él”. Todos sabemos cómo actuó, con insultos y amenazas contra su vicepresidente, cuando éste desatendió su perdido de alterar los resultados electorales en 2020.

LA POLÍTICA DEBE SER REDEFINIDA COMO EL ARTE DE LO ETICAMENTE

**** EL FUNCIONARIO PÚBLICO DEBE ACTUAR COMO RESPONSABLE PADRE DE FAMILIA

La tendencia existente hacia el pragmatismo y hasta el cinismo declarado en los decisiones del mundo político debería ser revertida a fin de aumentar su componente ético y llegar a ser la luz que guie la función pública. Permitir que exista una moral pública y una moral privada con diferentes estándares de conducta debe dar paso a una sola moral pública y privada. Un líder político y un funcionario público responsables deben guiarse por los mismos principios éticos que deben caracterizar a un buen padre de familia. Honrar el buen nombre de la nación es tan importante como honrar el buen nombre de nuestra familia.

 

TRUMP AND HIS QUALIFICATION FOR PUBLIC OFFICE: AN IMMINENT AND ESSENTIAL CONFRONTATION BETWEEN ETHICS AND POLITICS

According to the 14th amendment of the U.S. constitution, section 3:

“Disqualification from Holding Office.  

No person shall be a Senator or Representative in Congress, or elector of President and Vice-President, or hold any office, civil or military, under the United States, or under any State, who, having previously taken an oath, as a member of Congress, or as an officer of the United States, or as a member of any State legislature, or as an executive or judicial officer of any State, to support the Constitution of the United States, shall have engaged in insurrection or rebellion against the same, or given aid or comfort to the enemies thereof. But Congress may by a vote of two-thirds of each House, remove such disability”

 

This is pretty plain language. Anyone who has taken an oath of allegiance to the U.S. Constitution as a member of the U.S. government cannot hold any office, civil or military, at federal or state levels if involved in insurrection or rebellion against the constitution.

The Supreme Court of the United States has just agreed to decide if such a disqualification applies to Donald Trump in his current quest as the Republican party candidate for U.S. president in the coming 2024 election.

The Supreme Court will face the classic, ultimate dilemma between utilitarianism and principles. The utilitarian route, says Rushworth M. Kidder in his book “Moral Courage” (page 93), is also known as consequentialist since it aims at producing a “good outcome” rather than deciding regardless of the consequences of the decision. In his book “Justice” Michael Sandel identifies this second type of decision with the teachings of Immanuel Kant and his clear rejection of utilitarianism. In Kant’s view an action is good or bad in itself, not because of its effects. 

Taking decisions based on their consequences has been an increasingly common approach in politics. Defining politics as the art of the possible has led to pragmatism, first, and later to plainly corrupt practices, as politicians call on presumably good results to justify unprincipled decisions.

In his book Kidder, citing the work of psychoanalyst Heinz Kohut, defines moral courage as the “alignment of outward actions with inner principles”. We feel that the upcoming decision of the Supreme Court regarding the status of Donald Trump presidential bid will require much moral courage from the magistrates, as defined by Kidder, since it represents a clear example of the dilemma between  consequentialism and a principle-based decision.

An excellent  analysis of this dilemma by David French in the New York Times, page A18, Saturday, January 6, 2024, illustrates its importance for the future of democracy in America. French warns that the biggest danger for U.S. democracy is the fear of the consequences in terms of turmoil, violence and political backlash that disqualifying Trump could have, given the degree of political polarization existing in the country. French adds that this fear is based on the manner Trump has been acting in the past, in defiance of established rules and laws. People and the members of the court taking the decision might fear that after a disqualification Trump could amplify the seditious nature of his movement and promote open rebellion.

WITH TRUMP IT HAS BEEN EITHER HIS WAY OR THE HIGHWAY

Trump has been openly saying that anybody who gets in the way of his candidacy and eventual presidency will receive a forceful or even revengeful response. He has said, in true bullying mode, that he “expects the magistrates he placed in the court will be fair to him” and we all remember how he treated Mike Pence after the vice president failed to comply with his call to interfere illegally with the electoral results of 2020.

POLITICS SHOULD BE REDEFINED AS THE ART OF THE ETHICALLY POSSIBLE

*** A public officer should act as a responsible Pater familiae

The trend favoring pragmatism and even open cynicism in political decision making should be reversed in order to make ethics its essential ingredient and the guiding light of public life. The trend toward allowing for different standards between public and personal morals should be reconsidered to return to its reunification. A responsible political leader and public officers should abide, in their work, by the same ethical principles of a honorable head of the family. Honoring the good name for the country is as important as honoring the good name for the family. 


3 comentarios:

  1. Ya sabemos que odiáis a Trump. Tu obsesión con él no te dejá vivir tranquilo. Que tristeza dais.

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  2. Y que irá a hacer, siempre y cuando no hagan trampa, cuando el día de las elecciones anuncien que Trump es el nuevo presidente de USA?

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  3. Bueno muchas celebridades en ese país dicen que de ganar Trump las próximas elecciones como presidente de USA entonces se van a ir a vivir a otro país ya que no lo aguantan por nada.
    A lo mejor se va también?

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