DE TROYA A ITAHACA, EL VIAJE DE NELSON VASQUEZ.
Hace ya casi sesenta años que el jóven venezolano, Nelson Vasquez, terminaba sus estudios de Ingeniería Naval en el Instituto Polítécnico de Renseleer, cerca de Troya, Nueva York. Nelson Vasquez se graduó de ese afamado instituto y regresó a Venezuela, a fin de entrar a Shell, empresa que tenía actividades importantes en la costa oriental del Lago de Maracaibo. La explotación petrolera que se llevaba a cabo en esa zona había causado el hundimiento progresivo de esa costa, hasta llegar a colocar la tierra firme por debajo del nivel del lago. La Shell construyó un dique a todo lo largo de la costa, para protegerla de una inundación que hubiese sido catastrófica. Entre los ingenieros que se involucraron muy activamente en la extensión, reforzamiento y mantenimiento de ese dique estuvo Nelson Vásquez. En la Shell conoció a una jóven becaria, Lolita, y se casó con ella, una unión que solo se rompería con la muerte de Nelson, hace pocas horas. De ese matrimonio nacieron dos hijos, ambos tan inteligentes y meritorios como sus padres, uno de ellos muerto prematuramente como resultado de un accidente de tránsito. La muerte de ese hijo minó la salud de Nelson mucho más que sus quebrantos físicos, los cuáles fueron importantes. Fue la combinación de esos quebrantos con el dolor de la pérdida de su hijo que finalmente venció la resistencia de Nelson.
Fuí su compañero de trabajo por muchos años. Nuestras carreras se desarrollaron en paralelo pero llegamos casi juntos a la Junta Directiva de Maraven. Fué allí que logré conocer la solidez técnica y gerencial de Nelson. Era un ingeniero destacado, no solo en el campo de la ingeniería naval y en lo relacionado con los diques de la Costa Bolívar sino como pionero en el desarrollo de los hidrocarburos pesados de esa zona y la del Orinoco. Su empeño, junto al de otros profesionales como Ely Schwartz, y Roberto Rodríguez contribuyó a sentar las bases para las investigaciones que conducirían al desarrollo de la Orimulsión. Su condición de Director de la empresa iba en paralelo con su carácter de Gerente General de la División de Operaciones de Producción, con sede en Lagunillas, quizás la posición más importante que tenía la empresa. Desde allí Nelson se reveló como un extraordinario gerente.
Lo que caracterizaba la participación de Nelson en el Directorio de Maraven era su gran cultura, la agudeza de sus planteamientos y un sentido del humor burbujeante y seco, como la buena champaña, que hacía de muchas de nuestras reuniones eventos memorables. No era poca cosa asisitir a reuniones donde Ramón Cornieles, Samuél Wilhem, Nelson Vásquez intercambiaban sus impresiones, con frecuencia contrastantes pero siempre con valor agregado corporativo. Era la época en Maraven donde habíamos eliminando el concepto de Directores Funcionales para reemplazarlo por el de Directores Corporativos, lo cuál obligaba a los miembros de la Junta a dejar de actuar como especialistas y a interesarse más por los aspectos globales de la corporación. Nelson estaba mandado a hacer para esto porque siempre tuvo una amplia visión del negocio.
Nelson Vásquez tuvo una extraordinaria carrera en la industria petrolera venezolana. De sus actividades técnicas y gerenciales en Maraven pasó a la presidencia de Intevep, la empresa de investigación de la industria y llegó a la Junta Directiva de Petróleos de Venezuela. Después de salir de Petróleos de Venezuela se mantuvo muy activo como Asesor de empresas petroleras extranjeras en Venezuela y regresó a su primer amor por las construcciones y diques de la Costa Bolívar.
Digo que el viaje de Nelson comenzó en Troya, N.Y. donde estudió y se graduó para luego ir a emprender u extraordinario viaje profesional y humano en Venezuela. Ahora su viaje ha terminado en la Itahaca imaginaria de la cuál nos habla el poeta griego Constantino Cavafy en su bello poema sobre el viaje que todos nosotros emprendemos y que habrá de terminar alguna vez. Dice Cavafy:
“Siempre tén a Itahaca en tu mente
Tu llegada allí es tu destino
Pero no apresures tu viaje
Házlo durar lo más posible
Para que cuando llegues a la isla ya seas viejo
Rico con lo que has ganado en el camino
Sin esperar a que Itahaca te dé riquezas….
Itahaca te ha dado el espléndido viaje
Sin ella jamás lo hubieses emprendido
Pero ya no tiene más nada que darte.
Si la encuentras ya pobre
Itahaca no te ha engañado….
Por haber llegado sabio a tu destino
Ýa sabrás lo que Itahaca significa…….
Nelson llegó a Itahaca después de un largo y maravilloso viaje, siempre acompañado de Lolita. Enriqueció nuestras vidas y le dio una inmensa contribución a la nación. Llegó a Itahaca sabio y consciente de que el significado del viaje es el viaje mismo. No se apresuró en llegar pero, para quién ha vivido dignamente y ha contribuído tanto al bienestar colectivo, no hay tiempo propicio para terminar el viaje.
Hace ya casi sesenta años que el jóven venezolano, Nelson Vasquez, terminaba sus estudios de Ingeniería Naval en el Instituto Polítécnico de Renseleer, cerca de Troya, Nueva York. Nelson Vasquez se graduó de ese afamado instituto y regresó a Venezuela, a fin de entrar a Shell, empresa que tenía actividades importantes en la costa oriental del Lago de Maracaibo. La explotación petrolera que se llevaba a cabo en esa zona había causado el hundimiento progresivo de esa costa, hasta llegar a colocar la tierra firme por debajo del nivel del lago. La Shell construyó un dique a todo lo largo de la costa, para protegerla de una inundación que hubiese sido catastrófica. Entre los ingenieros que se involucraron muy activamente en la extensión, reforzamiento y mantenimiento de ese dique estuvo Nelson Vásquez. En la Shell conoció a una jóven becaria, Lolita, y se casó con ella, una unión que solo se rompería con la muerte de Nelson, hace pocas horas. De ese matrimonio nacieron dos hijos, ambos tan inteligentes y meritorios como sus padres, uno de ellos muerto prematuramente como resultado de un accidente de tránsito. La muerte de ese hijo minó la salud de Nelson mucho más que sus quebrantos físicos, los cuáles fueron importantes. Fue la combinación de esos quebrantos con el dolor de la pérdida de su hijo que finalmente venció la resistencia de Nelson.
Fuí su compañero de trabajo por muchos años. Nuestras carreras se desarrollaron en paralelo pero llegamos casi juntos a la Junta Directiva de Maraven. Fué allí que logré conocer la solidez técnica y gerencial de Nelson. Era un ingeniero destacado, no solo en el campo de la ingeniería naval y en lo relacionado con los diques de la Costa Bolívar sino como pionero en el desarrollo de los hidrocarburos pesados de esa zona y la del Orinoco. Su empeño, junto al de otros profesionales como Ely Schwartz, y Roberto Rodríguez contribuyó a sentar las bases para las investigaciones que conducirían al desarrollo de la Orimulsión. Su condición de Director de la empresa iba en paralelo con su carácter de Gerente General de la División de Operaciones de Producción, con sede en Lagunillas, quizás la posición más importante que tenía la empresa. Desde allí Nelson se reveló como un extraordinario gerente.
Lo que caracterizaba la participación de Nelson en el Directorio de Maraven era su gran cultura, la agudeza de sus planteamientos y un sentido del humor burbujeante y seco, como la buena champaña, que hacía de muchas de nuestras reuniones eventos memorables. No era poca cosa asisitir a reuniones donde Ramón Cornieles, Samuél Wilhem, Nelson Vásquez intercambiaban sus impresiones, con frecuencia contrastantes pero siempre con valor agregado corporativo. Era la época en Maraven donde habíamos eliminando el concepto de Directores Funcionales para reemplazarlo por el de Directores Corporativos, lo cuál obligaba a los miembros de la Junta a dejar de actuar como especialistas y a interesarse más por los aspectos globales de la corporación. Nelson estaba mandado a hacer para esto porque siempre tuvo una amplia visión del negocio.
Nelson Vásquez tuvo una extraordinaria carrera en la industria petrolera venezolana. De sus actividades técnicas y gerenciales en Maraven pasó a la presidencia de Intevep, la empresa de investigación de la industria y llegó a la Junta Directiva de Petróleos de Venezuela. Después de salir de Petróleos de Venezuela se mantuvo muy activo como Asesor de empresas petroleras extranjeras en Venezuela y regresó a su primer amor por las construcciones y diques de la Costa Bolívar.
Digo que el viaje de Nelson comenzó en Troya, N.Y. donde estudió y se graduó para luego ir a emprender u extraordinario viaje profesional y humano en Venezuela. Ahora su viaje ha terminado en la Itahaca imaginaria de la cuál nos habla el poeta griego Constantino Cavafy en su bello poema sobre el viaje que todos nosotros emprendemos y que habrá de terminar alguna vez. Dice Cavafy:
“Siempre tén a Itahaca en tu mente
Tu llegada allí es tu destino
Pero no apresures tu viaje
Házlo durar lo más posible
Para que cuando llegues a la isla ya seas viejo
Rico con lo que has ganado en el camino
Sin esperar a que Itahaca te dé riquezas….
Itahaca te ha dado el espléndido viaje
Sin ella jamás lo hubieses emprendido
Pero ya no tiene más nada que darte.
Si la encuentras ya pobre
Itahaca no te ha engañado….
Por haber llegado sabio a tu destino
Ýa sabrás lo que Itahaca significa…….
Nelson llegó a Itahaca después de un largo y maravilloso viaje, siempre acompañado de Lolita. Enriqueció nuestras vidas y le dio una inmensa contribución a la nación. Llegó a Itahaca sabio y consciente de que el significado del viaje es el viaje mismo. No se apresuró en llegar pero, para quién ha vivido dignamente y ha contribuído tanto al bienestar colectivo, no hay tiempo propicio para terminar el viaje.
Estimado Ingeniero, aprovecho su blog, para solicitar su colaboración. Somos un grupo de ex alumnos del Colegio San Agustín de Ciudad Ojeda, compañeros de Nelson junior, y nos encantaría poderlo contactar. Si usted esta en contacto con el, y nos podría facilitar su correo sería fantástico, le agradezco de antemano su atención. Un saludo, y mejor descripción del inolvidable Dr. Vásquez ... un personaje y un amigo ejemplar, un honor haberle conocido a el y a Lolita.
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