domingo, 12 de agosto de 2007

PATANERIA Y MACHISMO EN CARABOBO.

EL CASO DEL PICAPIEDRA ACOSTA CARLEZ.
Desde Washington.
La Guardia Nacional de Venezuela ha dado maravillosos ejemplos de dignidad profesional y gran cultura, como es el caso del General Humberto Seijas Pittaluga, así como ha dado ejemplos de exacerbada patanería y repugnante machismo, como es el caso del General Luis F. Acosta Carlez, actualmente Gobernador del Estado Carabobo, un estado otrora próspero y pulcro que merecía mejor suerte.
Acosta Carlez comenzó a destacarse como patán y machista el día que apareció en televisión eructando ruidosamente, después de tomarse un refresco sin pagar. En ese mismo acto bochornoso se las arregló para humillar de palabra a una jóven periodista quien estaba tratando de hacer su trabajo.
Acosta Carlez fue elegido Gobernador del Estado Carabobo y procedió a destruir lo que existía o a cambiar de nombre lo que no pudo destruir. Su intento era borrar la historia pasada de Carabobo y convertir lo que había sido un reducto de civilidad en un resbaladero de gorilas. Sus funcionarios tienen la calidad humana del jefe. Su lenguaje imita al del jefe y patán mayor, Hugo Chávez. Cada actuación suya está diseñada para insultar a la clase media de Carabobo, a la cuál odia, quizás porque nunca lo aceptó entre sus filas.
Lo último que se le ha ocurrido a Acosta Carlez es echarle la culpa de las violaciones que abundan en Carabobo a la prensa y a….las mujeres! Por ello, ha iniciado una campaña de vallas que, realmente, son denigrantes e indicativas de una gran ignorancia. En estas vallas aparecen mujeres ligeramente vestidas o en traje de baño, con leyendas que pretenden achacar la culpa de la violencia y el crimen contra las mujeres a las mismas víctimas.
Acosta Carlez pretende instaurar en Carabobo un sistema fundamentalista, de un nivel cultural propio del paleolítico, cuando el hombre aún no había salido de las cavernas pero no nos parece justo que Acosta Carlez trate de pasarle al población de Carabobo la factura por sus propios complejos y carencias culturales o de cualquier otro orden.
Realmente no comprendo como los venezolanos han tenido tanta paciencia con la pandilla de patanes que detenta el poder político en el país.

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