miércoles, 19 de diciembre de 2007

ARGENTINA SE SOLIDARIZA CON LOS VENEZOLANOS PRESOS EN FLORIDA.

Alberto Fernández con los esposos Kirchner.



La maleta de Antonini y el artículo del jefe de Gabinete del gobierno Argentino.


Alberto Fernández es el jefe de Gabinete de Ministros del gobierno de Cristina Kirchner, en la Argentina. Ha publicado un singular artículo en La Nación ( 16-12-2007) en el cuál reacciona en contra de la investigación relacionada con el contrabando de dólares que intentó Guido Antonini Wilson en Buenos Aires hace unos meses, investigación que se lleva a cabo en USA. Como resultado parcial de esta investigación se encuentran detenidas cuatro personas, indiciadas por la justicia norteamericana de amedrentar y tratar de sobornar a Antonini Wilson para que no dijese cuáles eran el origen y el destino de esos dólares.


El artículo de Fernández está orientado a presentar la investigación como una maniobra política de los Estados Unidos para tratar de “inquietar a la región y poner en crisis ls buenas relaciones de quienes la conformamos”. Es un documento singular porque está escrito por uno de los más altos funcionarios del gobierno Argentino y su texto refleja, por lo tanto, la posición oficial de ese gobierno. Veamos algunos de sus argumentos.
Fernández comienza por decir que “América Latina vive hoy una transformación de magnitud” en base a la idea de Lula de que el “desarrollo propio es imposible si no se piensa al mismo tiempo en el progreso de los países hermanos del continente”. Esta política nueva, dice Fernández, contrasta con los intentos fracasados de dominación norteamericana en la región. De allí que el incidente de la maleta sea un aspecto de la reacción norteamericana contra una nueva política hemisférica más independiente. Esta maniobra del gobierno norteamericano, dice Fernández, “pretende hacer creer a la comunidad internacional que el gobierno venezolano enviaba fondos ilegales a la campaña presidencial del oficialismo”. Fernández calla lo que ya sabemos todos, que quien dice esto no es el gobierno norteamericano sino uno de los cuatro detenidos en Florida, Franklin Durán. Lo dice en conversación con Antonini Wilson, grabada en un micrófono escondido que llevaba Antonini a la reunión en la cuál Antonini fue amenazado y sujeto a un intento de soborno por quienes hoy están presos. Esa grabación existe y está en poder de la justicia norteamericana. Esto significa que lo que se desarrolla hoy en día en Florida es un caso policial, de crímenes financieros y sobornos, no una maniobra política del gobierno norteamericano.Fernández comete un grave error.
Fernández dice en su artículo que “sabemos que un ciudadano norteamericano nacido en Venezuela intentó ingresar en el país [Argentina] de modo irregular la suma de 800.000 dólares…fue la policía argentina la que detectó la valija… fue la Aduana Argentina la que labró la infracción… fue la justicia Argentina la que investigó lo ocurrido..” Al decir esto Fernández pretende mostrar que la justicia Argentina y el gobierno Argentino actuaron correctamente y, por lo tanto, el gobierno no estaba involucrado en esta operación. Lo que no dice Fernández es que también fue la justicia Argentina la que, inexplicablemente, dejó libre a Antonini Wilson, quien salió del país sin ser molestado. No se refirió Fernández a la versión según la cuál Antonini habría estado en la Casa Rosada ni trató de explicar como se entiende que este malhechor haya podido viajar junto a altos funcionarios de la burocracia Argentina, en avión fletado por la empresa Argentina Enarsa, acompañado de funcionarios de la empresa petrolera venezolana, Petróleos de Venezuela (PDVSA). Cualquiera no puede hacer esto. Para haber podido viajar en ese avión Antonini tenía que tener una relación con PDVSA y con los funcionarios argentinos que fletaron el avión. Tratar de mostrar el evento de Antonini como algo aislado, sin conexión alguna con los gobiernos de ambos países, es una misión imposible que ofende la inteligencia de los lectores.
Fernández continúa diciendo: “Como se explica que si el dinero estaba destinado a la candidata del gobierno sea el mismo gobierno el que desbarata la posibilidad de que tal objetivo se logre… Como admitir que los que han sido socios comerciales del acusado desde siempre se transformen repentinamente en agentes venezolanos que lo extorsionan?”. Es poco convincente Fernández. Hay “gobierno” y hay “gobierno”. El “gobierno” que desbarata la operación de Antonini no es el mismo “gobierno” que se iba a aprovchar de ella. Quienes detienen a Antonini son funcionarios aduanales de un terminal aéreo diferente al que los viajeros pensaban llegar, funcionarios que no estaban en el juego. Quienes dan las instrucciones para dejar libre al contrabandista y permiten que salga del país si estaban en el juego. Ese concepto de un gobierno monolítico es completamente falso, tanto en Argentina como en USA. Por ello se equivoca doblemente Fernández cuando dice que el “gobierno” Argentino actuó con diligencia en el caso de Antonini y que el “gobierno” norteamericano está llevando a cabo una maniobra política. Fernández también cuestiona que los socios comerciales de Antonini horan pretendan “extorsionarlo”. Primero que todo, la palabra no es extorsión sino soborno. Lo que los venezolanos presos estaban tratando de hacer era callar a Antonini mediante la amenaza y el soborno. Precisamente eran sus socios comerciales quienes tendrían más ascendencia sobre él, al pedirle que guardara silencio sobre el origen y el destino de los dólares que llevó a la Argentina. Si esos dólares hubiesen sido llevados por Antonini para lavarlos comprando bienes raíces o algo similar sus socios hubiesen dejado que se las arreglara solo, el muy estúpido. Pero es precisamente porque el dinero viene del gobierno de Venezuela para un sector del gobierno Argentino que se hace necesario obtener el silencio de Antonini. No lo pueden matar porque ya está bajo la protección de la justicia norteamericana, entonces solo queda sobornarlo, comprar su silencio, amenazándolo con la seguridad de sus hijos.
Fernández dice que “ahora, quien era investigado por contrabando y lavado de dinero se ha convertido en víctima de un gobierno [el de USA] que lo extorsiona”…Fernández se pregunta si “importa más saber que hacían en Florida tres agentes extranjeros que vivían allí desde hacía años que saber si lo sucedido aquel 4 de Agosto de 2007 fue planeado en algun lugar con el propósito de desmontar las relaciones entre Argentina y Venezuela…poniendo en apuros a los gobernantes de ambos países”. Fernández sigue cometiendo errores inexplicables. Antonini no es la víctima del gobierno norteamericano. Es un contrabandista que enfrenta castigo y se ha prestado para colaborar con la justicia norteamericana para salvar su pellejo. Nadie lo está extorsionando pero los ahora presos si trataron de sobornarlo. Fernández se equivoca cuando dice que los extranjeros vivían en Florida desde hacía años. Ellos viven en Venezuela, donde tienen empresas y contratos que viven del gobierno de Chávez, son multimillonarios gracias a los contratos obtenidos del régimen chavista. Tanto ellos como quienes controlan sus hilos desde el gobierno venezolano perderían mucho si Antonini habla y por ello han tratado de silenciarlo. Ahora estarán pensando que colaborar con la justicia norteamericana los podría sacar del apuro pero ello podrá ser a costa de involucrar en este asunto a peces aún más gordos y gordas, precisamente lo que temen los políticos de ambos países. Sugerir, como lo hace Fernández, que todo fue un montaje de los norteamericanos para desprestigiar a los gobernantes de ambos países es tratar de esconder las relaciones comprobables que existen entre Antonini, los presos, PDVSA y altos funcionarios del régimen de Chávez con altos funcionarios del gobierno Argentino.
Fernández dice “si las relaciones internacionales se fundan el mutuo respeto, no son precisamente las “operaciones de inteligencia” como las que ahora padecemos las que generan este sentir”. Da por sentado Fernández que la operación de inteligencia que se lleva a cabo es una maniobra política, cuando toda la evidencia sugiere que se trata de una operación de la mafia financiera internacional aliada con políticos corruptos tanto en Argentina como en Venezuela. Mediante el celestinaje de operaciones mafiosas como esta tampoco pueden prosperar las relaciones internacionales que deberían estar basadas en la justicia y en el mutuo respeto. Los pueblos no tienen la culpa de que sus líderes sean, con frecuencia, bandidos de la peor calaña.
Este proceso no ha terminado y probablemente saldrán a la luz pública nombres de personas involucradas, en ambos países, con este acto mafioso.

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