domingo, 16 de diciembre de 2007

CONVERSACION CON LOS PREFECTOS DISIDENTES DE BOLIVIA

La disidencia CAMBA en Bolivia.

Desde Washington DC.
Hace dos semanas, inmediatamente antes de tomar decisiones que serán muy significativas para la vida política y social de Bolivia, los prefectos de las provincias Bolivianas llamadas de la media luna estuvieron en la OEA y en la ONU denunciando el régimen autoritario de Evo Morales. Tuvieron tiempo para reunirse con un pequeño grupo en la Universidad de Georgetown en Washington al cuál explicaron brevemente la situación imperante en el país. Asistí a esa reunión y estas son las notas que tomé:


HABLAN LOS PREFECTOS DE SANTA CRUZ, TARIJAS, BENI Y COCHABAMBA.


Mario Cosío, Prefecto de Tarijas.

En Bolivia hay exclusión y pobreza. Son necesarios los cambios pero un proyecto de cambio no puede convertirse en un proyecto autoritario. Ni aceptamos el pasado ni lo que está pasando. La Asamblea Constituyente de Bolivia se planteó como solución para nuestros problemas. Allí predomina el gobierno y se ha cambiado arbitrariamente el principio de laa mayoría de dos tercios por el de mayoría simple. Las decisiones fundamentales sobre el futuro del país no deben tomarse por mayoría simple. Esta Asamblea estuvo sin funcionar por el noventa por ciento de su tiempo y a última hora se desea imponer un proyecto totalitario y sin consenso popular. La situación actual representa un quiebre de la democracia en Bolivia.

Manfred Reyes Villa, Prefecto de Cochabamba.

La democracia no es solamente el voto sino el estado de derecho. En Bolivia actualmente no hay derecho a disentir. La violencia se ha apoderado del país. En Cochabamba se incendiaron edificios y se causaron víctimas civiles. Quienes están a cargo de gerenciar los recursos de los hidrocarburos los han confiscado. La Aasmblea Constituyente no pudo cumplir sus tareas normalmente. El plazo se vencióy el régimen de Evo Morales ha presentado de manera arbitraria "su constitución", la cuál ha sido aprobada entre muertos y heridos. En Bolivia estallará la rebelión civil. Este no es un problema de izquierdas y derechas sino de democracia y dictadura. En Bolivia hemos tenido más de 30 muertos y 700 heridos en menos de dos años de gobierno de Evo Morales.

Ernesto Suárez, Prefecto del Beni.

Somos prefectos elegidos por el pueblo, no impuestos por el gobierno central. Queremos defender la democracia y nuestras autonomías regionales. Hemos acudido al Tribunal Constitucional pero este no está operando pués solo tiene tres miembros de los diez que debería tener, una maniobra del régimen. La Asamblea Constituyente se ha declarado en rebeldía pués desconoce el principio de la mayoría calificada y se encierra en un cuartel a deliberar, sin la presencia de la oposición. El Congreso, mientras tanto, está cercado por diez mil campesinos enviados por Evo. Ellos tiene fotos de senadores opositores y ejercen intimidación. El Congreso sesiona bajo el terror , aprueba el cambio de la sede de la Asamblea Constituyente y le quita los recursos financieros a las regiones. De los nueve prefectos de Bolivia seis están en contra del gobierno central. Estamos acusados de sedición y bajo juicio. Estamos camino a un enfrentamiento.

Rubén Costas, Prefecto de Santa Cruz.

Bolivia tiene mucha pobreza pero muchos recursos. En las provincias nuestro movimiento no es político sino regional, en contra de un centralismo corrupto y asfixiante. Morales tuvo una maravillosa oportunidad y la ha desperdiciado. Nosotros en las provincias hemos levantado la banderas de la descentralización y de las autonomías y nos hemos encontrado con la hostilidad del gobierno central. Una influencia nefasta ha sido la de Hugo Chávez, la cuál rechazamos vigorosamente. Estamos denunciando estos abusos ante la OEA, la ONU y la Unión Europea. Morales piensa que no tiene adversarios sino enemigos. Hoy tiene el gobierno pero no tiene el poder.

REFLEXIONES SOBRE LOS ACONTECIMIENTOS BOLIVIANOS.

Después de su visita a Washington los prefectos regresaron a Bolivia y se han puesto a la cabeza de un movimiento civil que desconoce la constitución de Evo Morales, aprobada en los cuarteles. Esta oposición tiene dos componentes esenciales: rebeldía y desconocimiento de la autoridad central por haberse apartado de la vía democrática. No es una insurgencia contra Bolivia sino una insurgencia contra un gobierno que ha violado las leyes de la nación. Es una protesta contra la ruptura del contrato social Boliviano por parte de Morales y un alto mando militar comprado con los dineros de Hugo Chávez. Visto así la posición de los prefectos de la media luna Boliviana representa total fidelidad hacia la legalidad amenazada. Es un acto de profundo coraje porque Morales tiene la fuerza bruta militar y Hugo Chávez ha amenazado con invadir Bolivia si el gobierno de Morales es amenazado por las provincias. La intervención de Chávez no será tolerada por las fuerzas democráticas del hemisferio, de ello pueden estar seguros los prefectos.

Lo que sucede hoy en Bolivia es parte de una batalla más amplia que se lleva a cabo, con diferentes matices de intensidad, en toda la región. Por un lado se alinean las fuerzas del narcoterrorismo colombiano, del fascismo militarizado y cubanizado de Hugo Chávez, del oportunismo corrupto de los Kirchner en la Argentina, de las veleidades neo-sandinistas de Daniél Ortega y de la tentación totalitaria de Rafaél Correa en el Ecuador. Por otro lado se agrupan, más calladamente, las fuerzas democráticas de Uribe en Colombia, Lula en Brasil, Bachelet en Chile, Garcia en un Perú pujante, una Centro América democrática, Uruguay, la Paraguay democrática, República Dominicana, una floreciente Panamá y Calderón en México, mientras los pequeños estados angloparlantes del Caribe asisten a la confrontación, hasta ahora como convidados de piedra, pero tendiendo a unirse a las fuerzas de la democracia a las que han pertenecido historicamente.

El núcleo principal del narcofascismo regional, formado por las FARC, Morales y Chávez está perdiendo esta batalla. Poco a poco se ponen al descubierto los nexos que existen entre la droga y el autoritarismo, entre el militarismo y los llamados socialismos del Siglo XXI. Se caen las caretas de pseudodemocracias en Venezuela, Bolivia y Ecuador, mientras Ortega en Nicaragua apoya, con creciente desgano, a su financista principal Hugo Chávez.

La batalla está en pleno desarrollo. Hay que apoyar a la democracia en todos los frentes. En Bolivia, los prefectos de la media luna tienen a Morales en jaque perpetuo, como debe ser. Tienen todo nuestro apoyo.


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