Estoy inundado de mensajes con anexos que nunca me dicen que diablos es lo que contienen. Solo me dicen: “Que bueno”, “Te vas a reir mucho”, “Urgente”, “No dejes de abrirlo”, “Ariesgo la vida si no lo abres”, etc. Cuando cedo a la tentación de abrirlos invariablemente me arrepiento. Generalmente son cadenas religiosas, o con mensajes “de inspiración”, o con presentaciones hechas en casa sobre la tragedia de Chávez. Muchos vienen en el idioma Argentino, con esa filosofía porteña que tiene cierto mérito pero que frecuentemente no es apta para diabéticos. Lo más terrible de estos mensajes que se abren ante nuestros aterrorizados ojos es que cada palabra, cada letrica cae lentamente sobre la pantalla, como posando un reto para el lector: “Adivina, bolsa, lo que te voy a decir”. Eso es sadismo reconcentrado: “E…n… e..l….s….i…g…l…o X…X”, Qué! Qué…. Lo que pudieran decir en 10 segundos lo dicen en diez minutos. Para quien tiene 75 años de edad eso es inaceptable.
Acabo de recibir uno sobre la genealogía de Simón Bolívar. Cometí el error de abrirlo porque quien lo enviaba, astuta ella, me prometía que esto haría a Chávez muy envidioso. Cuando lo abrí comenzé a ver, con agonizante lentitud, las letricas que caían como flecos de nieve, lentamente, una por una, y empezaban a hablar de Bolívar…. No te…ni..a hi..jo..s… pe…ro si.. her…ma…na…. Y la hermana… tu…vo..…. Cua…tro hij…jos….”
Y yo con ganas de ir al baño.
El mensaje continuó su marcha implacable, a la velocidad de la actividad judicial en Venezuela…Y.. lo..s hij..os tuvie..ron hijos y uno se casó con otro fulano y el fulano se casó con x y z y finalmente llegaron a tener a Leopoldo López, el alcalde de Chacao, quien es, realmente, el verdadero descendiente de Simón Bolívar, para que te revuelques de frustración, Chávez.
Yo quiero mucho a Leopoldo, a quien conozco desde chiquito, a sus padres, quienes son bellas personas, pero la angustia que me han hecho pasar quienes me enviaron este mensaje por cuentas gotas, el cuál estuvo a punto de causarme un soponcio, me hace sentir menos amigable con ellos, aunque no tengan la culpa de esta bolsería.
Hay otros mensajes, uno sobre un niño llamado Kyle, que está garantizado para hacernos derrarmar abundantes lágrimas… Otros sobre la trayectoria del bandido, ladron y analfabeta que nos gobierna.. algo bien sabido y quien, al final, se rie como una hiena. Etc y ad nauseam.
No abro más anexos. Corro el riesgo de que alguno de ellos contenga algo realmente importante o digno de verse, o mejor aún, un anuncio de haberme ganado el primer premio de la lotería de Zimbabue. Ese es el riesgo que tendré que correr porque abrirlos es morir de la manera más cruel: una mezcla de fastidio con indignación.
Acabo de recibir uno sobre la genealogía de Simón Bolívar. Cometí el error de abrirlo porque quien lo enviaba, astuta ella, me prometía que esto haría a Chávez muy envidioso. Cuando lo abrí comenzé a ver, con agonizante lentitud, las letricas que caían como flecos de nieve, lentamente, una por una, y empezaban a hablar de Bolívar…. No te…ni..a hi..jo..s… pe…ro si.. her…ma…na…. Y la hermana… tu…vo..…. Cua…tro hij…jos….”
Y yo con ganas de ir al baño.
El mensaje continuó su marcha implacable, a la velocidad de la actividad judicial en Venezuela…Y.. lo..s hij..os tuvie..ron hijos y uno se casó con otro fulano y el fulano se casó con x y z y finalmente llegaron a tener a Leopoldo López, el alcalde de Chacao, quien es, realmente, el verdadero descendiente de Simón Bolívar, para que te revuelques de frustración, Chávez.
Yo quiero mucho a Leopoldo, a quien conozco desde chiquito, a sus padres, quienes son bellas personas, pero la angustia que me han hecho pasar quienes me enviaron este mensaje por cuentas gotas, el cuál estuvo a punto de causarme un soponcio, me hace sentir menos amigable con ellos, aunque no tengan la culpa de esta bolsería.
Hay otros mensajes, uno sobre un niño llamado Kyle, que está garantizado para hacernos derrarmar abundantes lágrimas… Otros sobre la trayectoria del bandido, ladron y analfabeta que nos gobierna.. algo bien sabido y quien, al final, se rie como una hiena. Etc y ad nauseam.
No abro más anexos. Corro el riesgo de que alguno de ellos contenga algo realmente importante o digno de verse, o mejor aún, un anuncio de haberme ganado el primer premio de la lotería de Zimbabue. Ese es el riesgo que tendré que correr porque abrirlos es morir de la manera más cruel: una mezcla de fastidio con indignación.
Para eso has quedado coronel,hasta el tiempo perdido los santos lo lloran,que lamentable tu estado actual y lo que falta mi hermano hasta que el pueblo venezolano decida decirle no al presidente comandante que calculo sera por el 2.039,lamento que no veas todo el exito de este hermoso proyecto.
ResponderEliminarNO VOLVERAN PITIYANQUITOS...SI..SI..SI
Mi apreciado Coronel:
ResponderEliminarDe la sonrisa he pasado a la carcajada! He disfrutado muchísimo leer su post... y ahora se que no estoy solo!
Imagíneme con una conexión a internet lentísima, perdiendo miserablemente el tiempo esperando que "baje" el archivo para encontrarme luego con una babosada pseudo-religiosa llena de nubecitas, puestas de sol y pajaritos (me supongo que preñados); o con una cadena de oración de lo mas pendeja pero que incluye un milagro al tercer día (gancho para las viejas sin oficio); o los finos trabajos de power point que relatan tragedias familiares, dignas de Esquilo o de Sófocles con la esperanza puesta en el reenvío de las almas caritativas, ya que por cada vez que mandes el archivo a una persona, Microsoft o Bill Gates hará una donación en metálico para que al fin puedan comprarle la silla de ruedas a la abuelita, la prótesis de las piernas al niño que sufrió el accidente o vaya a saber que otro ditirambo espasmódico con algún familiar en desgracia.
Hace años me cansé de que la gente me tomara por el bolsa que se va a creer a pie juntillas todas las invenciones de las mentes sin oficio. Yo tampoco abro archivos adjuntos... esos van directo a la papelera!!
Saludos
Eso ,ya ,es problema de uno..no los abres y punto.como dice un amigo....
ResponderEliminar"Yo tampoco abro archivos adjuntos... esos van directo a la papelera!!".
No te molestes...tamiza tus contactos y lee los que te conviene.
saludos.
El problema, mi estimado, no es tamizar los contactos, porque en mi lista solo aparecen mi familia y mis estrictos amigos, el problema es que no puedo controlar el nivel de "bolsitud" de mi familia y mis amigos, que son los que llevan a mi bandeja de correo las "peregrinas" presentaciones de power point.
ResponderEliminarSaludos
Bravo, Coronel!
ResponderEliminarDe cem chavistas, cento e um não acreditam no próprio Chávez e fingem que são seguidores dele (pelo dinheiro, mordomia e status).
De cem e-mails sobre religião, curiosidades e "auto-ajuda", cento e um merecem um destino certo, a lixeira!
Escribí esto en español para que el anónimo que me insulta pudiera entender. Pero veo que tampoco tiene muho sentido del humor. Que tristeza vivir así, sin leche, con la basura al cuello y sin sentido del humor.
ResponderEliminarEstimado amigo: Me regocijo grandemente que otra persona que no sea yo mismo, exprese lo que hace años vengo practicando con las estupideces de esos pps que para lo único que sirven es para hacernos perder el tiempo con los descubrimientos de gente que recién empieza a balbucear con una computadora y eso los define a esos adjuntos: Son balbuceantes.
ResponderEliminarPero como todo hombre de ideas, sé valorar aquellos mensajes que nos digan la realidad del mundo en que vivimos, como en este momento le obsequio con la brillantez del pensamiento de José Antonio Primo de Rivera que el 29 de octubre de 1933 decía:
»Juan Jacobo Rousseau suponía que el conjunto de los que vivimos en un pueblo tiene un alma superior, de jerarquía diferente a cada una de nuestras almas, y que ese yo superior está dotado de una voluntad infalible, capaz de definir en cada instante lo justo y lo injusto, el bien y el mal.
Y como esa voluntad colectiva, esa voluntad soberana, sólo se expresa por medio del sufragio conjetura de los más que triunfa sobre la de los menos en la adivinación de la voluntad superior, venía a resultar que el sufragio, esa farsa de las papeletas entradas en una urna de cristal, tenía la virtud de decirnos en cada instante si Dios existía o no existía, si la verdad era la verdad o no era la verdad, si la Patria debía permanecer o si era mejor que, en un momento, se suicidase.
»Como el Estado liberal fue un servidor de esa doctrina, vino a constituirse no ya en el ejecutor resuelto de los destinos patrios, sino en el espectador de las luchas electorales.
Para el Estado liberal sólo era lo importante que en las mesas de votación hubiera sentado un determinado número de señores; que las elecciones empezaran a las ocho y acabaran a las cuatro; que no se rompieran las urnas.
Cuando el ser rotas es el más noble destino de todas las urnas. Después, a respetar tranquilamente lo que de las urnas saliera, como si a él no le importase nada.
Es decir, que los gobernantes liberales no creían ni siquiera en su misión propia; no creían que ellos mismos estuviesen allí cumpliendo un respetable deber, sino que todo el que pensara lo contrario y se propusiera asaltar el Estado, por las buenas o por las malas, tenía igual derecho a decirlo y a intentarlo que los guardianes del Estado mismo a defenderlo.
»De ahí vino el sistema democrático, que es, en primer lugar, el más ruinoso sistema de derroche de energías.
Un hombre dotado para la altísima función de gobernar, que es tal vez la más noble de las funciones humanas, tenía que dedicar el ochenta, el noventa o el noventa y cinco por ciento de su energía a sustanciar reclamaciones formularias, a hacer propaganda electoral, a dormitar en los escaños del Congreso, a adular a los electores, a aguantar sus impertinencias, porque de los electores iba a recibir el Poder; a soportar humillaciones y vejámenes de los que, precisamente por la función casi divina de gobernar, estaban llamados a obedecerle; y si, después de todo eso, le quedaba un sobrante de algunas horas en la madrugada, o de algunos minutos robados a un descanso intranquilo, en ese mínimo sobrante es cuando el hombre dotado para gobernar podía pensar seriamente en las funciones sustantivas de Gobierno.
»Vino después la pérdida de la unidad espiritual de los pueblos, porque como el sistema funcionaba sobre el logro de las mayorías, todo aquel que aspiraba a ganar el sistema, tenía que procurarse la mayoría de los sufragios. Y tenía que procurárselos robándolos, si era preciso, a los otros partidos, y para ello no tenía que vacilar en calumniarlos, en verter sobre ellos las peores injurias, en faltar deliberadamente a la verdad, en no desperdiciar un solo resorte de mentira y de envilecimiento".
Para el sabelotodo de Soy Groxo:no es extraño que sus ideas concuerden con las de coronel por que sus problemas son mentales,morales y existenciales.
ResponderEliminarAhora la democracia por la cual coronel hace esfuerzos "sobrehumanos"no sirve para nada,amigos mios uds andan muy mal y acabaran mal por deduccion logica,no escribo mas para no ser fastidioso con mis camaradas.
Con Chavez hasta que el pueblo soberano decida....por lo menos hasta el 2.039.
A sobarse ese trasero,como salio de pitiyanquito ese soy groxo
NO VOLVERAN PITIYANQUITOS...SI...SI..SI