domingo, 25 de octubre de 2009

El chavismo es una mara



Con sus orígenes en la mafia italiana y las tríadas de Shangai las pandillas latinoamericanas en USA, México y Centro América denominadas maras, tales como las maras salvatruchas (Salvadoreños “listos), son un problema humano, policial y nacional de grandes proporciones. Constituyen agrupaciones criminales locales que se han transformado en entidades criminales de extensión regional asociadas con el tráfico de drogas. En el plano sociológico representan el polo opuesto de la vida ciudadana organizada y pacífica. Sus orígenes tienen que ver con la existencia de una inmigración aluvional de jovenes marginales de México y Centro América hacia USA, aunque ahora también proliferan en sus países de origen.
El chavismo venezolano representa una variante hipertrofiada de una mara, en función de estado. Posee los elementos básicos que la asemejan a los brotes anómicos de las pandillas mencionadas; (1), un grupo al márgen de la sociedad organizada y progresista; (2), con miembros incapaces de ser parte de una sociedad civilizada, lo cual los torna represivos y anárquicos (3), asociados con la droga.
Desde su inicio el chavismo se mostró incapaz de gobernar el país. Por ello sustituyó esta función por la excusa de estar llevando a cabo “una revolución”, lo cuál les permitía el rompimiento con las leyes, con las costumbres civilizadas y con los países organizados. Al no poder adoptar la fisonomía de gobierno genuino se convirtió en pandilla, en la cual se imponía la absoluta supremacía del jefe. Ello llevó a una centralización total del proceso de toma de decisiones. Solo el jefe de la pandilla decide lo que se va a hacer. A nivel de pandilla ello puede ser eficiente pero es desastroso a nivel de país, como lo muestran las tragedias hospitalarias, eléctricas, de infraestructura física y aspectos tan elementales de la vida social como la recolección de la basura. Esta característica absolutista de la pandilla fue seguida, inevitablemente, por el abandono del respeto a leyes y costumbres y la persecución de los ciudadanos.
La pandilla establece su propia ley, esencialmente lo que estipula el jefe. La selección de los cómplices mayores se hace en función de lealtades. Solo así puede explicarse que la plana mayor de la pandilla esté compuesta por ineptos que ordinariamente no llegarían sino a posiciones de total subordinación en una sociedad organizada: Maduro, Carreño, Flores, Ron, Varela, Lanz, Carrizales, Bastidas, Cabezas, pare usted de contar.
La asociación con la droga parece inevitable en un grupo anárquico, en el cuál se requiere tener la sensación de logros. En el caso del chavismo la “droga” comenzó por ser la sensación orgásmica de poder que se experimenta al tener mucho dinero y fuerza bruta para decidir de acuerdo a los caprichos.Sin embargo, a medida que los objetivos de dominación doméstica o regional se hn ido frustrando, la pandilla chavista ha terminado por narcotraficar, como fuente adicional de dinero y de poder.
La mara-ch existe hoy en Ecuador, Nicaragua, Bolivia y Venezuela. Es una mala hierba que debe ser erradicada antes de que se extienda por todo el hemisferio.

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