izq. Pura latonería, la de este general.
Uno de los resultados más grotescos, si no imprevisibles, de la denuncia colombiana de ayer en la OEA ha sido el espectáculo que han escenificado hoy los gorilas al mando del matón mayor, General Mata Figueroa. Vestidos en traje de campaña, los gorilas fueron a decir en la televisión que ellos estaban incondicionalmente al servicio de Hugo Chávez y que estaban listos para defender a Venezuela (léase a la pandilla chavista) de la invasión colombiana.
Lo que sería muy loable en un estado democrático, civilizado, realmente en peligro de un ataque por parte de fuerzas enemigas, se convierte en un sainete traidor en este caso de un régimen despótico, inculto, alineado con terroristas que reciben santuario en nuestro territorio. Venezuela alberga líderes y activos guerrilleros de las FARC en varios campamentos, en donde están hasta asistidos por funcionarios del régimen chavista, según la denuncia hecha ayer ante el mundo por Colombia. Cualquier ejército que sea digno de sus uniformes hubiese limpiado esta podredumbre mucho antes, en resguardo de los intereses de la nación. Pero estos gorilas no han hecho eso. Han permanecido en silencio y hasta en colaboración con los terroristas. Y ahora, denunciados ante el mundo, reaccionan como si fueran vírgenes amenazadas de violación.
Mata Figueroa no habla por el ejército venezolano ni mucho menos por el pueblo venezolano. Hay importantes sectores del ejército venezolano que se averguenzan de la situación del país y que no acompañarían a Mata Figueroa y a su jefe en una aventura belicista contra Colombia y contra el mismo pueblo venezolano. Porque de eso es que se trata: el enemigo de Venezuela no es Colombia, es Hugo Chávez y su pandilla, de la misma manera que el enemigo de Alemania nunca fue Estados Unidos sino Hitler y su tinglado militar.
En la agonía del régimen de Pérez Jiménez salieron nombres improvisados, para tratar de tapar las troneras por donde hacía aguas el régimen. Mata Figueroa es uno de esos nombres de relleno en los últimos días del régimen chavista.
Uno de los resultados más grotescos, si no imprevisibles, de la denuncia colombiana de ayer en la OEA ha sido el espectáculo que han escenificado hoy los gorilas al mando del matón mayor, General Mata Figueroa. Vestidos en traje de campaña, los gorilas fueron a decir en la televisión que ellos estaban incondicionalmente al servicio de Hugo Chávez y que estaban listos para defender a Venezuela (léase a la pandilla chavista) de la invasión colombiana.
Lo que sería muy loable en un estado democrático, civilizado, realmente en peligro de un ataque por parte de fuerzas enemigas, se convierte en un sainete traidor en este caso de un régimen despótico, inculto, alineado con terroristas que reciben santuario en nuestro territorio. Venezuela alberga líderes y activos guerrilleros de las FARC en varios campamentos, en donde están hasta asistidos por funcionarios del régimen chavista, según la denuncia hecha ayer ante el mundo por Colombia. Cualquier ejército que sea digno de sus uniformes hubiese limpiado esta podredumbre mucho antes, en resguardo de los intereses de la nación. Pero estos gorilas no han hecho eso. Han permanecido en silencio y hasta en colaboración con los terroristas. Y ahora, denunciados ante el mundo, reaccionan como si fueran vírgenes amenazadas de violación.
Mata Figueroa no habla por el ejército venezolano ni mucho menos por el pueblo venezolano. Hay importantes sectores del ejército venezolano que se averguenzan de la situación del país y que no acompañarían a Mata Figueroa y a su jefe en una aventura belicista contra Colombia y contra el mismo pueblo venezolano. Porque de eso es que se trata: el enemigo de Venezuela no es Colombia, es Hugo Chávez y su pandilla, de la misma manera que el enemigo de Alemania nunca fue Estados Unidos sino Hitler y su tinglado militar.
En la agonía del régimen de Pérez Jiménez salieron nombres improvisados, para tratar de tapar las troneras por donde hacía aguas el régimen. Mata Figueroa es uno de esos nombres de relleno en los últimos días del régimen chavista.
Me consta que hay un sector de las FFAA que no aprueban esta posiciòn sumisa y servil de esta Neo FA roja rojita. Que verguenza!
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