La Corporación Andina de Fomento, CAF, es un organismo muy valioso y bien gerenciado. Si no existiera habría que inventarlo. Su contribución al desarrollo de América Latina durante la última década ha sido significativa. Precisamente por tener un record excelente a la CAF se le exige más. Cuando vímos que la CAF acaba de prestar a Venezuela casi $400 millones para financiar instalaciones eléctricas nos pareció un grave error por varias razones.
La primera tiene que ver con la necesidad del préstamo. Un país que ha visto ingresos cercanos al millón de millones de dólares durante la década no debería endeudarse para acometer programas de infraestructura básica. Sin embargo, el gobierno veneolano ha cuadruplicado su deuda durante este lapso y, aún así, enfrenta crisis en muchos de los aspectos más básicos de los servicios públicos: electricidad, agua, recolección de basuras, transporte público. Que quiere decir esto? Que el gobierno no gerencia, no administra, no planifica, no es transparente, no es eficiente. Darle más dinero a un gobierno así es como echarle gasolina al fuego.
La segunda razón es la naturaleza del préstamo. Parece evidente que este es un préstamo de emergencia, para enfrentar una situación originada, precisamente, por la ineptitud con la cual el sector ha sido manejado. Hacerlo parecería una recompensa a la ineptitud.
La tercera razón tiene que ver con la capacidad de ejecución del organismo que recibirá el dinero. Corpoelec tiene una mala gerencia, una pobre capacidad operativa y una deleznable planificación. La historia del sector eléctrico venezolano durante los úlimos años ha sido una de horror que seguramente CAF ha debido analizar. Darle dinero a Corpoelec tiene un alto riesgo. Esta empresa no ejecuta, no mantiene, no da cuenta al país de sus actuaciones. Planta Centro es un buen ejemplo de su ineptitud.
Por qué el préstamo? Porque no puede dejar de hacerlo. CAF está en Venezuela, en la cueva de Alí Babá y Alí Babá le pide dinero. Es como si un asaltante nos pone manos arriba: la bolsa o la vida. La CAF es un rehén más del régimen y dar ese u otros préstamos es, realmente, una cuestión de sobrevivencia. Pero hay que decirlo: es un mál préstamo.
Apéndice con dos ejemplos que ilustran la situación:
Septiembre 8, 2010.
Falcón sigue sin luz, pero con esperanzas. Trabajadores de Cadafe lograron poner en funcionamiento una unidad de generación de la Planta Termoeléctrica Josefa Camejo, en Falcón, con lo cual esperan restituir el servicio “lo más pronto posible en la Península de Paraguaná”. Actualmente realizan las pruebas necesarias en las unidades de generación de la planta para restituir el servicio de energía eléctrica. El problema también afectó a Coro.
Apagón en El Junquito. Ayer en la tarde los sectores entre los kilómetros 13 y 20 de El Junquito se quedaron sin electricidad. A las 11:29 de la noche, según información de Globovisión, el problema seguía igual y Corpoelec llamaba a la calma y afirmaba que el servicio se restituiría en “dos o tres horas”.
Tomado de TAL CUAL,
ResponderEliminarCon la crisis eléctrica a nadie sorprende la falta de mantenimiento en los transformadores de energía y líneas de transmisión de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec), que en los últimos días se han convertido en noticia.
Las explosiones en Falcón, Anzoátegui, Táchira y hasta en Caracas que han dejado sin luz a millones de venezolanos, son producto de que la administración, con todo y crisis encima, "se ocupó" básicamente del tema de la generación.
En lo que va de año se han incorporado poco más de 1.000 Megavatios al Sistema Eléctrico Nacional (SEN), principalmente mediante unidades de generación distribuida, mientras los stocks de transformadores no han sido abastecidos y no se han creado subestaciones para soportar la creciente demanda.
Los equipos de distribución que actualmente operan en el SEN son viejos, han pasado su vida útil, y si se le suma la falta de los mantenimientos respectivos, su capacidad se reduce; de allí que estén sobrecargados y exploten.
Esos equipos tienen tiempo sobrecargados, y los problemas con la generación también los afecta.
Muestra de esto es que desde febrero del 2009 hasta julio de 2010 se presentaron seis fallas con transformadores en el SEN, cuatro de ellos en instalaciones de Cadafe, a los que se deben sumar los recientes incidentes para llegar a más de 10 problemas con transformadores de potencia en 19 meses.
El ingeniero y consultor internacional, José Aguilar, comentó en conversación telefónica que este número de fallas es alto y se explica principalmente por no haber mantenimiento en las subestaciones. "Cadafe no tiene un plan de mantenimiento de sus equipos, de lo contrario esto no estaría sucediendo".
Aguilar informó que la vida útil de estos equipos es de 30 años, y con buenas condiciones y un plan de mantenimiento se puede alargar a 40 años. Actualmente la edad de estos equipos supera los 30 años, y además en los últimos años han sido sometidos a un régimen de sobrecarga y desbalances que han afectado su operatividad.
SEGUIRÁN LOS PROBLEMAS
El gobierno ha señalado que se han pedido 4.000 transformadores para sustituir los que hacen vida en el SEN. Pero no acabará con todas las dificultades, pues la infraestructura también debe ampliarse y crearse nuevas subestaciones para atender el aumento que ha tenido la demanda en los últimos años, que ha sido la más alta en Latinoamérica.
"Construir las subestaciones lleva su estudio de ingeniería. Hay que ver cuáles tienen posibilidades de expansión y todo eso lleva su tiempo. Si no lo hacen así tocaría improvisar", comentó Aguilar. En vista de esto es de esperarse que las contingencias en el sector eléctrico prevalezcan.
José Manuel Aller, ingeniero y profesor de la USB, ha dicho que hay un desorden en la secuencia de distribución, pero quizás el término se pueda trasladar a todo el funcionamiento del SEN. El Presidente de inaugura plantas térmicas, botan agua en el Guri y continúan los apagones.
Están importando transformadores, cuando en realidad deberían estar en almacén, para sustituir los viejos, pero si no se crean subestaciones y se cumple un plan de mantenimiento los equipos continuarán sobrecargándose y explotando, así sean nuevos; en conclusión la crisis continuaría.
Expertos han manifestado que el principal problema de SEN en estos momentos no es el clima, sus trabajadores o los usuarios del sistema, sino quienes lo manejan.