Me quito el sombrero ante POLAR

Justo cuando el orate de Miraflores expropia cinco empresas lácteas, POLAR anuncia una inversión de unos cien millones de dólares en Venezuela, junto con una empresa española, para crear una planta manufacturera de yogurt.



Uno piensa de inmediato que es casi suicida invertir en la Venezuela de hoy, bajo el clima de total abuso de poder y de arbitrarias confiscaciones de propiedad privada que ha impuesto el loco. Por qué hace esto POLAR?



No estoy seguro. Pero si yo estuviera en los zapatos de POLAR posiblemente hubiera hecho lo mismo. Lo vería como un acto de audaz afirmación nacional, necesario en este momento, una iniciativa que debería tener un impacto psicológico muy grande en la sociedad venezolana, aún entre quienes reciben órdenes del golpista. Más que hacer a POLAR más vulnerable, pensaría, la hará más fuerte, ya que define con mucha claridad ante el país y el mundo quien apuesta al país y quien está empeñado en destruírlo.



Además, aliarse con una empresa española le da a POLAR una fortaleza adicional. Si Chávez desea descargar su resentimiento y su complejo de inferioridad contra POLAR, tendría ahora que enfrentar, en adición, al gobierno español. Es verdad que hasta ahora el gobierno de Zapatero ha sido un miserable ratón frente a la patanería chavista, pero no es menos cierto que la correlación de fuerzas políticas de España está a punto de cambiar. Mientras la inversión se concreta, durante el período de estudios y proyectos, probablemente pasarán, casi, los dos años que decidirán el futuro del inepto paracaidista.



La movida de POLAR tiene, sin duda, una base económica, de mercado, como todo lo que hace esta excelente empresa. Pero adquiere, inevitablemente, una dimensión política interesantísima, en un momento en el cual los Makleds y los Rangel Silva de este mundo están transformndo a Hugo Chávez en un hermano gemelo de ….. Manuél Noriega.