martes, 21 de diciembre de 2010

Raúl Castro viene de regreso mientras Chávez sigue pá allá

La revolución cubana ha muerto.... Chávez se empeña en imitarla

Después de medio siglo de pesadillas para el pueblo cubano uno de los dos hermanos Castro ha comenzado el camino de regreso del pantano comunista. Aunque todavía habla de “afinar el modelo” en lugar de reconocer que está desechándolo, hay pocas dudas de que la realidad lo lleva a abrirse a otras formas de hacer las cosas. Como hay mucha gente bruta en este mundo, Hugo Chávez prosigue en su carrera hacia el pantano que Castro está tratando de abandonar. En su discurso más reciente Castro dijo lo siguiente:

En materia del plan y el presupuesto, hemos insistido en que tiene que acabarse la historia repetida de los incumplimientos y los sobregiros. El plan y el presupuesto son sagrados, repito, desde ahora el plan y el presupuesto son sagrados y se elaboran para ser cumplidos, no para conformarnos con justificaciones de cualquier tipo y hasta con imprecisiones y mentiras, intencionadas o no, cuando no se logran las metas trazadas. A veces algunos compañeros, sin un propósito fraudulento, aportan informaciones inexactas de sus subordinados sin haberlas comprobado y caen en la mentira inconcientemente, pero esos datos falsos nos pueden conducir a decisiones erradas con mayor o menor repercusión en la nación. Quien así actúa, también miente y sea quien sea, debe ser demovido definitiva y no temporalmente del cargo que ocupa y, después del análisis de los organismos correspondientes, también separado de las filas del Partido si milita en él”.

Este párrafo contrasta con el método presupuestario fraudulento de Giordani y Chávez, mediante el cual las falsas premisas son la base del presupuesto y después vienen las diarreas de créditos adicionales. Los ministros mienten, PDVSA miente, todo el tinglado administrativo está basado en mentiras. Sin embargo, a diferencia de lo que ahora advierte Castro, Chávez no solo deja que se mienta sino que él mismo encabeza la lista de pinochos del régimen.

Dice Raúl Castro:

No hay que temerle a las discrepancias de criterios…. las diferencias de opiniones, expresadas preferiblemente en lugar, tiempo y forma, o sea, en el lugar adecuado, en el momento oportuno y de forma correcta, siempre serán más deseables a la falsa unanimidad basada en la simulación y el oportunismo. Es por demás un derecho del que no se debe privar a nadie”.

Esta declaración de Castro suena muy diferente al terrorismo que ha impuesto Chávez sobre las ides y sobre la libertad de expresión. Ahora el déspota venezolano ha rebuznado con la llamada ley anti-talanquera, un intento de castigar la disidencia a sus propios diputados, a pesar de que la constitución estipula que estas focas deberían legislar segun su conciencia. Ahora se les prohibe cualquier intento de discrepar de la opinión del déspota. Pero los arrastrados aceptan esta situación en silencio.

Agrega Raúl Castro:

“Es necesario cambiar la mentalidad de los cuadros y de todos los compatriotas al encarar el nuevo escenario que comienza a delinearse… Muchos cubanos confundimos el socialismo con las gratuidades y subsidios, la igualdad con el igualitarismo, no pocos identificamos la libreta de abastecimientos como un logro social que nunca debiera suprimirse…. los problemas que hoy afrontamos tienen su origen en esta medida de distribución, que si bien estuvo animada en su momento por el sano empeño de asegurar al pueblo un abastecimiento estable de alimentos y otras mercancías en contraposición al acaparamiento….constituye una expresión manifiesta de igualitarismo, que beneficia lo mismo a los que trabajan y a aquellos que no lo hacen o que no la necesitan”.

Castro va hacia la eliminación de las humillantes limosnas sociales que caracterizan a un régimen socialista y despótico. Pero Chávez ha basado su política de poder en la distribución de limosnas. Ha convertido a gran parte del pueblo venezolano en una inmensa legión de mendicantes, haciendo colas de manera sumisa, peleándose por unos miserables restos del festín de corrupción que disfrutan los oligarcas del régimen, sus contratistas, banqueros y boliburgueses en general.

Castro advierte, que después de 50 años de socialismo, la población no podrá seguir tomando café sino que tendrá que tomar una mezcla con chícharos (frijoles):

“El próximo año no podremos darnos el lujo de gastar casi 50 millones de dólares en importaciones de café para mantener la cuota que hasta el presente se distribuye a los consumidores, incluyendo a los niños recién nacidos. Se prevé, por ser una necesidad ineludible, como hacíamos hasta el año 2005, mezclarlo con chícharo, mucho más barato que el café, que nos cuesta casi tres mil dólares la tonelada, mientras que aquel tiene un precio de 390 dólares".

Castro se rinde ante la penosa realidad de Cuba. Pero Chávez, ufano en su camino hacia el pantano, no solo importa el café que toman los venezolanos sino que tiene el cinismo de decir que Venezuela "exportará café a Bielorusia".

Castro revela que funcionarios gubernamentales han sido botados por incompetentes:

“….debo hacer referencia a tres compañeros que ocuparon importantes responsabilidades en la dirección del Partido y el Gobierno, y que por las faltas que cometieron, el Buró Político les solicitó la renuncia a su condición de miembros de ese organismo de dirección, del Comité Central y de diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular. Se trata de Jorge Luis Sierra Cruz, Yadira García Vera y Pedro Sáez Montejo. Los dos primeros fueron liberados además de las responsabilidades como ministros del Transporte y la Industria Básica, respectivamente. Sierra por tomarse atribuciones que no le correspondían y que le condujeron a serios errores en la dirección y Yadira García por un pésimo trabajo al frente del ministerio, reflejado de manera particular en el débil control sobre los recursos destinados al proceso inversionista, propiciando el derroche de estos, como se comprobó en el proyecto de expansión de la empresa niquelífera Pedro Soto Alba, en Moa, provincia de Holguín”.

Sin embargo, Chávez deja hacer desastres a Rafaél Ramírez en PDVSA, en Finanzas y Planificación a Giordani, a Loyo en Tierras, al ministro de infraestructura. No los bota, mientras Venezuela se hunde en el pantano.

Chávez no quiere aprender del desastre cubano. Se empeña en adoptar a un cadáver. Por eso es que no va a durar mucho más en el poder.

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