En Ecuador: nada más peligroso que una bestia herida

El pichón de Chávez, Rafaél Correa, ha sufrido una gran derrota en el referendum recién llevado a cabo. Con más de la mitad de los votos escrutados las autoridades electorales ecuatorianas dijeron ayer que el régimen de Correa perdía en las dos preguntas más importantes para la democracia: la que pretendía regular los medios y la que daba al gobierno la facultad de nombrar jueces. Aún cuando al final del proceso las dos preguntas claves fueran “ganadas” por el régimen, lo cual luce improbable a menos que haya fraude, lo cierto es que Ecuador le ha dado una bofetada al niño malcriado. Y es que un déspota puede mandar con la mitad del país en contra,  pero no puede imponer una filosofía politica totalmente contraria a lo que exige la mitad del país. Ni Correa, ni Chávez, ni Morales, ni Ortega, parecen darse cuenta de que sus pretensiones autocráticas no tienen vida si la mitad de país se les opone. Y, más importante aún, la mitad que no los acompaña es la mitad que trabaja, que genera riqueza, que carga sobre sus hombros a la otra mitad, en la cual hay millones quienes esperan por las limosnas y dádivas del líder demagógico para sobrevivir.

Pero, cuidado! Ahora es que Correa está peligroso, como lo están todos los hampones políticos del ALBA. Y es que a medida que pierden el favor de las sociedades dignas, estos sujetos extreman sus tácticas violatorias del estado de derecho, tirando los dados. No tienen nada que perder, porque no tienen reputación que cuidar, ni hay ya para ellos un lugar decente en la historia.

Ahora es que están peligrosos Correa, Chávez, Morales y Ortega.