domingo, 19 de junio de 2011
El laberinto eléctrico venezolano: tenga cuidado, BID!
El Banco Interamericano de Desarrollo le ha prestado al gobierno venezolano en los últimos dos años una cantidad significativa de dinero, cercana a los mil millones de dólares, para apuntalar el sector eléctrico. Los préstamos han ido para los trabajos de rehabilitación de la represa del Guri y para el fortalecimiento instiucional de la empresa llamada Corpoelec, la cual agrupa ahora a todas las empresas operadoras que previamente dependían del Ministerio de Energía y Minas o de la CVG ( en el caso de EDELCA). La ayuda de las organizaciones multilaterales como el BID a los países de la región es conceptualmente deseable aunque su ejecución, en ocasiones, deje algo o mucho que desear. En el caso que nos ocupa la ayuda del BID al gobierno venezolano merece ser cuidadosamente analizada “a la luz” (o falta de ella) de la crisis eléctrica que azota a Venezuela. Uno de los préstamos, por unos $700 millones, tiene que ver con la rehabilitación de Guri y es un préstamo conceptualmente correcto. Esta represa satisface casi la mitad de la demanda eléctrica del país pero se ha venido a menos en los últimos años debido a la falta de mantenimiento. Sus turbinas tienen entre 32 y 41 años de servicios, casi el doble de su tiempo operativo normal, sin mantenimiento mayor. Debido a la obsolescencia de los equipos se desaprovecha la mayor carga existente en Guri, con cota 272 metros sobre el nivel del mar, operando de manera restringida para una carga hidraúlica con cota de 215 msnm. Apenas en 2005 el gobierno comenzó a trabajar, con recursos propios, en la rehabilitación de las turbinas 7 a 14, trabajo que hoy en día parece estar a menos de medio camino, en un país que no tiene dinero sino para propósitos electorales y populistas. El préstamo del BID está dirigido a la rehabilitación de las turbinas 1 a 6 y, en nuestra opinión, es necesario y urgente pero presenta grandes riesgos de mala ejecución, debido al caos reinante en el sector. El informe que sustenta el préstamo, pensamos, ofrece una visión optimista, casi panglossiana, de la economía venezolana y de la capacidad de ejecución del gobierno. Habla del crecimiento de la demanda, del incremento en el número de usuarios y de la reforma organizativa del sector sin hablar mucho de los problemas involucrados y menciona una inversión gubernamental para 2010-2013 en el sector de unos $8000 millones, suma que es ilusoria. Lo que se está gastando en 2010-2011 ha ido casi todo a medidas de emergencia que han probado ser ineficaces debido a la ineptitud y la corrupción. En el informe se habla del Niño como la razón para la declinación de la generación eléctrica, pero no se mencionan las verdaderas razones estructurales, es decir, los problemas institucionales y organizativos.
El otro préstamo está dirigido a lo que se denomina el Desarrollo Institucional Integral de Corpoelec y pareciera ser la respuesta adecuada del BID para ayudar a llevar a cabo una mejora sustancial en la organización de esa empresa. Este préstamo tiene un monto de $200 millones, el cual puede ir hasta $250 millones, suma realmente impresionante para aplicarla a una mejora organizacional. Según un documento del BID este préstamo, firmado en Diciembre 2009, iría a financiar los siguientes componentes :
• Plan Estratégico Sectorial, con aportes y propuestas para la planificación del SEN.
• Modelo de Gestión Empresarial, que permita estructurar el funcionamiento interno de la Corporación y sus relaciones con el entorno.
• Modelo de Gestión Socio Ambiental, instrumento que defina y dirija la acción de CORPOELEC hacia objetivos ambientales deseables en el largo plazo.
• Modelo de Gestión Comercial, con miras a la Corporación y las operadoras eléctricas.
• Modelo de Procesos y su Organización, para la gestión de las actividades de Generación, Transmisión, Distribución y Comercialización.
• Modelo de Gestión Financiera, que abordará la Integración de Modelos financieros de la Corporación y la Valoración de los Activos de la Corporación.
$177 millones del total estarían destinados a financiar la gestión empresarial, en especial la gestión comercial (unos $67 millones) y la plataforma tecnológica (unos $84 millones).
Nuestro temor con este préstamo es que llega en un momento en el cual no hay una gerencia capaz de ejecutarlo con alguna eficiencia. Alí Rodríguez Araque ha probado ser un desastre en el manejo del sector y la llegada del hermano de Hugo Chávez como autoridad número dos del sector no augura nada mejor. Debido al caos financiero reinante en el país y a la falta de transparencia en el manejo de los fondos públicos, este dinero podría ser desviado a otras actividades no relacionadas con lo que se desea hacer en materia institucional. En ocasiones la tentación de dar préstamos es difícil de resistir para organismos tales como el BID, los cuales dependen para su sobrevivencia de la cantidad de dinero que presten. Ello plantea con alguna frecuencia un profundo conflicto de intereses entre el deseo de prestar que tiene el organismo y la verdadera necesidad u oportunidad del préstamo. En ocasiones un tanto exageradas se llega al artificio de “venderle” préstamos a los países, un poco como los bancos vendían préstamos para viviendas a mucha gente que no podía razonablemente adquirirlas, lo que desembocó en la horrible crisis económica reciente en USA y Europa. Este es un peligro que siempre está presente en transacciones como las que nos ocupa sobre Corpoelec, préstamo que los venezolanos tendremos que pagar, no importa cual sea su resultado.
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