Chávez debe ir a juicio por crímenes contra los venezolanos

Devoto, nunca ha dañado a nadie...

1. La vida es algo muy, pero muy especial.

2. No hay nada más precioso que una vida humana, cualquier vida humana. Ello es así porque cada vida humana representa un hecho irrepetible, un original que va desde la cuna hasta la muerte. Cada uno de nosotros, al morir, se lleva consigo su porción de universo.

3. Cada ser humano es una obra única, un reservorio de experiencias y pensamientos que se van con la persona. Esa riqueza interior de cada uno de nosotros es irreproducible y se pierde con el paso final. El disco duro de nuestra memoria es irrecuperable [quizás lo sea algun día].

4. Esta es una de las grandes fallas, en mi opinión, que tiene el “sistema”, por llamar de alguna manera a lo que nos ha traído aquí, ese designio superior o esa gran burla cósmica que es nuestra presencia en el universo.

5. Pero, basta de filosofar. Estas consideraciones vienen a cuento por lo que está sucediéndole a Hugo Chávez. Están destinadas a ilustrar el por qué nadie, o casi nadie, se contenta por la enfermedad de la persona.

6. Sin embargo, hay millones de venezolanos quienes si se sienten esperanzados, yo entre ellos, por el posible cambio en la escena política venezolana que esta enfermedad de Chávez puede causar. Yo no quiero que el Sr. Chávez muera fisicamente pero si quiero su muerte política, su desaparición como líder de nuestro país. Las razones son múltiples y harían una larguísima lista. Chávez, un hombre inepto, corrupto y lleno de odios, ha destruido el país en trece años, como nadie lo había hecho antes.

7. Quiero verlo preso por ello. Quiero que Chávez viva para que, algún día, sentado como reo ante el tribunal de una verdadera justicia venezolana, no la de la Morales o la de un Vegas Torrealba, deba responder ante la nación venezolana por su larga y horrible aventuura que nos ha costado inmensos daños materiales y espirituales. Si Chávez se muere antes de ser debidamente condenado pasará a la categoría de mártir y ello nos mantendrá en el atraso. Para que los venezolanos puedan crecer espiritualmente y llegar a ser un pueblo moderno y progresista debemos cumplir con el exorcismo del chavismo, que es la misma cosa que el ciprianismo, zamorismo, monaguismo, gomecismo, perezjimenismo, todos los “ismos” que han mantenido a nuestro país en el foso del subdesarrollo. Hay que desterrar para siempre esta fauna retrógrada, este salto atrás histórico.
Y para ello necesitamos el especímen actual vivo.