Acercándonos a los 80

Cuando alguien se va acercando a los 80 años de edad la gente comienza a atribuírle un mayor nivel de “sabiduría”. Lo que ha sido suerte, genética o simple cautela en la manera de vivir, la relativa longevidad es tomada por la gente como sinónimo de especial buen juicio, por aquello de "más sabe el diablo por viejo que...".  Comienzan a preguntar a los cuasi-octogenarios que han hecho para llegar a tan respetable edad.  La verdad es que, si me lo preguntaran, diría algo así, simples variantes de lo que ha sido dicho muchas veces:

1. Siempre tén uno o más proyectos en maduración para mañana. Ya sea escribir un libro, hacer un viaje, escalar una montaña, caminar desde Caracas hasta Mérida (o viceversa, para ir en bajada), algo que nos mantenga la imaginación en pleno funcionamiento.

2. Manténte bien informado. No hay nada que deteriore más al ser humano que la desinformación. Para estar bien informado hay que ir a la fuente original de la noticia o el evento, no aceptar eso de que “a mi me lo dijeron” o, “así como me llegó te lo mando”. Tanto en sociedad, economía, política o salud, se requiere hacer un trabajo propio de investigación. Cada vez que he dejado de hacerlo he sido injusto con alguien.

3. En materia de principios nunca cedas en lo pequeño, porque quien cede en lo pequeño cederá en lo grande. Nunca pierdas la capacidad de indignarte. El campo de la ética no es cuantitativo sino cualitativo. No hay pequeña o gran corrupción, solo hay corrupción.

4. Piensa, usa tu cabeza. No delegues tu pensamiento en otros, no importa cuán importantes o autorizados parezcan ser. Rechaza el dogma. Nadie que no seamos nosotros disfrutará o sufrirá las consecuencias de nuestras decisiones. Al final de cuentas todos los demás se lavarán las manos. Por qué, entonces, abandonar nuestro destino en manos de terceros?

5. Luce siempre bien, en la medida de lo posible. No todos somos hermosos, pero todos podemos estar limpios, razonablemente acicalados. El cuidado de nuestra persona, a cualquier edad, es una señal de auto-estima que envía una poderosa señal a los demás. No dés lástima.

6. Canta siempre, aunque sea internamente. Pasa por la vida silbandito una canción o una sinfonía (cuando no molestes a otros). Uslar Pietri me decía que el veía cada mañana como una oportunidad para aprender algo nuevo. Seamos siempre un ciudadano, nunca una simple estadística.

7. Enamórate con frecuencia. De una bella joven, de una dulce anciana, de un paisaje, de la infinita hermosura de la naturaleza, la que hacía exclamar a Luis Armstrong “Oh, que mundo tan maravilloso!”. http://www.youtube.com/watch?v=SzJY96m3lkg

8. Tiende puentes. Lo que hagas hoy por otros vendrá de regreso, magnificado o, si no viniere, ya lleva en sí su recompensa.

9. Rodéate de jóvenes. Para permanecer jóven de corazón hay que estar en comunicación con ellos (no tratar de lucir como ellos). Resiste la tentación de vivir en el pasado. No le concedas a la nostalgia demasiado tiempo, aunque ella es también importante en dosis adecuadas.

10. Come y bebe sin sentimiento de culpa, regido por la sensatez. Y, sobre todo, enfrenta la vida con humor, ríete de tí mismo más que de otros. Recuerda a Oscar Wilde: “la vida es demasiado importante para tomarla en serio”.



Piensa, con Cavafis, que siempre habrá otro y otro puerto que admirar en el maravilloso viaje. Y, cuando llegues a Itaca, “ya ella no tendrá nada más que darte”.