Las vacaciones de Carlos Zambrano

El lanzador venezolano Carlos Zambrano fue suspendido por los Cahorros de Chicago por 30 días sin sueldo, por haber tratado de pegarle un pelotazo a Chipper Jones, salirse del montículo, buscar sus macundales e irse del estadio sin decirle nada a su manager o a sus compañeros de equipo. No es la primera vez que Zambrano escenifica una rabieta similar. Cuando le dan un jonrón o su equipo comete un error, se vuleve loco en la cueva y rompe todo lo que encuentra o trata de pegarle a quien cometió el error. En el mejor de los casos Zambrano es un tipo malcriado, sin educación, quien no ha sabido asimilar su súbita riqueza. En el peor de los casos es un peligro tenerlo suelto por las calles.

Lo tratan de controlar en la cueva

En este momento Carlos Zambrano está aprovechando su suspensión sin sueldo para visitar a familiares y amigos en Puerto cabello. Como les parece? Uno se imagina a Carlos tomándose unas frías en el malecón con el Tuerto Ramón y el Catire Luis Felipe, amigos de infancia y de parrandas y riéndose de la situación, como si hubiera hecho una gracia.

“Menos mál que tengo estos días libres… voy a poder ir a pescar con los muchachos”, dirá Carlos. Con unos cuantos millones de dólares en el banco, poco le importa que lo boten. No piensa que tenía deberes con el equipo que lo recibió y le ha pagado grandes sumas de dinero. Tenía además un compromiso con los seguidores del equipo. Tenía además un deber de comportarse bien para dignificar su gentilicio. Entre los golpes que Francisquito Rodríguez le dió al suegro, las pataletas de Carlos Silva y, ahora, la mega-rabieta de Zambrano, la reputación de los peloteros venezolanos en la gran carpa se ha resentido mucho. Menos mál que Vizquel, el gato Galarraga y muchos otros han puesto nuestro nombre muy en alto.