Reservas internacionales, Vladimir Villegas y Cantinflas

Así no es la cosa, Vladimir
Una columna de Vladimir Villegas sobre la mudanza física de las reservas, tanto las líquidas como las de oro, a países como Rusia, Brasil y China unas y a Venezuela otras, demuestra que “el que nace barrigón ni que lo fajen chiquito”.

Nos dice Vladimir que : “diversificar la colocación de esas reservas no parece una locura en tiempos de incertidumbre económica y de serios indicios de dificultades en Estados Unidos y la llamada zona euro. Pero sí es asunto de interés nacional saber al detalle los términos y condiciones establecidos con los bancos de Brasil, China, Rusia y otras naciones que recibirán en depósito parte de nuestras reservas en dólares…Ese es el asunto de fondo, digo yo, desde mi falta de ignorancia, como decía Cantinflas”

No, Vladimir. Ese no es el asunto de fondo. Hay dos asuntos de fondo : (1), las regulaciones del Banco Central de Venezuela no permiten la transferencia de reservas a países como Brasil y Rusia. Como es posible que Giordani y Merentes recomienden algo que viola expresamente las regulaciones del BCV? Y, (2), Chávez les debe a China y Rusia hasta la manera de caminar, unos $40.000 millones. Como se les ocurre enviar las reservas venezolanas para allá? No parecería, como usted afirma, que : “El retorno del oro a las bóvedas del Banco Central es un acto de soberanía y es una torpeza política oponerse a ello”. Parece más bien un acto de imposición por parte de los acreedores, un acto de entrega por parte de Chávez aún peor que el usted le achaca a Pedro Tinoco.

Lo de la mudanza del oro es bastante grotesco. Solo hay un precedente, la mudanza de las 560 toneladas de oro de España para Rusia, país que se quedó con el cargamento como parte de pago por la compra de armas que hizo el gobierno republicano. Dicen expertos consultados que Venezuela tendría que pagar alrededor del 3,3 por ciento del valor del oro como costo de seguros, traslado, etc. es decir, unos $400 millones. Yo no llamaría eso soberanía nacional, sino despilfarro.