sábado, 15 de octubre de 2011

No quiero que el perro muera, sino que deje de molestarnos



Mi vecino repite incesantemente que yo deseo que su perro se muera. Está equivocado. Yo no le deseo la muerte al perro, una criatura de Dios. No deseo la muerte a nadie, no importa cuan vil, cuan ruín pueda ser.

Todo lo que yo pido es que a ese perro rabioso le pongan un bozal. Que a ese perro que se defeca en mi jardín le impidan hacerlo. Que a ese perro que ladra incesantemente lo hagan callar para poder tener alguna tranquilidad en mi hogar. Que ese perro no trate de morder a mis hijos.

En fin, que controlen a ese animal.

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