sábado, 8 de octubre de 2011

Otoño 2011: una nueva semana gloriosa


Estamos poniendo en nuestro fiel vehículo modelo 2004 las cosas que debemos llevar para las montañas de Maryland: Frutas, vinos, un sweater o dos, pastas, camisas y piyamas, ciertamente la camarita para tratar de captar lo que es captable pero no transmisible por nosotros, es decir, la indescriptible belleza del otoño. Nuestros ojos se llenarán de esta belleza, una belleza que nunca podremos ser capaces de traspasarles a nuestros amigos en toda su prístina calidad.

Es frustrante no poder hacerlo, ya que la belleza y la felicidad exigen ser compartida con quienes queremos.

El otoño, con el puro azul de su cielo, la maravillosa calidad del aire, el conmovedor paisaje de colores rojos, verdes y azules, es nuestra estación preferida. Lo disfrutamos plenamente y damos gracias por este maravilloso regalo, mientras dure.

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