El enfermo y la CVG

Desde su lecho de enfermo, en La Habana, Cuba, Hugo Chávez anunció este viernes los nombres de quienes pasarán a constituir la nueva junta directiva de la Siderúrgica del Orinoco (Sidor). Los nombres no importan. Unos van y otros vienen pero las personas por si mismas son y serán totalmente incapaces de revertir la tragedia, porque la tragedia es estructural. Chávez menciona a un tal Perdomo, a un tal Farías, a un tal Oliveira. Aconseja a los trabajadores apoyar a Oliveira, ya que ahora ellos “son libres del yugo de la privatización”. Ese “yugo”, por cierto, fue el que le suministró a SIDOR una posibilidad de salir adelante. Durante la etapa privatizada sus números estuvieron a la altura. Es ahora que SIDOR se fué a la mierda, junto con ALCASA y todas las demás empresas de Guayana, mientras el drogado desde La Habana repite que todo “va bien”.
A ALCASA le acaban de inyectar otros $400 millones, dinero de los venezolanos que se tragará el tremedal, porque es algo así como darle unas vacaciones en la Costa Azul a un muerto. Chávez continúa llamando a la clase obrera “a no dejarse engañar”, después que millones de dólares han desaparecido de Guayana, en el hueco sin fondo de empresas en desintegración.
Todavía el enfermo balbucea, desde La Habana, sobre “las empresas que hemos comenzado a recuperar”. El muy demagogo sigue hablando de darle la conducción de las empresas a la clase obrera.
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Señor: estas son empresas muertas, verguenza de Guayana y de Venezuela, arruinadas por usted. No sea cínico, no sea muérgano. Tenga alguna dignidad y cállese la jeta. Hágale un servicio a los venezolanos. Váyase a pasar los años que le quedan en su cueva de Barinas, de donde nunca debió haber salido.