Tengo unos 60 años usando Tabasco para casi todo: sopas, carnes, arroz, ensaladas, en especial
los huevos fritos. Pero lo que nunca había hecho lo pude hacer hoy. Me fuí a la
llamada Isla Avery, en New Iberia, Luisiana, el sitio donde nació el Tabasco y
donde todavía lo elaboran. Para mi, esta
visita fué como la que haría un musulmán a la Meca o un geólogo petrolero
venezolano al sitio del Zumaque 1, en Mene Grande, algo casi religioso. La isla
no es realmente una isla sino una zona de pantanos conectada con la tierra
firme adyacente.
Viajamos de Lafayette a la llamada “isla” Avery, apenas unas
20 millas por una carretera que parece venezolana, la U.S. inter estatal 90
Sur. El auto salta y vibra y parece que se va a desintegrar en cualquier momento.
No sabíamos que la estatal 182, recién
asfaltada, también lleva allá. Es por esa vía que regresamos a Lafayette.
Llegar al sitio me produjo emoción. Es como ir a conocer a
un amigo a quien nunca le hemos visto la cara. El aire cercano a la planta está
saturado con el maravilloso aroma del ají. La visita es gratis e incluye un
breve documental sobre el proceso de elaboración del Tabasco y hasta dos
botellitas del Tabasco rojo y verde. La isla produce parte del ají pero ya mucho
es traído de otros sitios, entiendo que de México y Centro América. Cuando el
ají Tabasco (originario de México) está
“perfectamente” maduro se cosecha. Para saber si lo está, el cosechador usa un
“petite baton rouge”, un bastoncito rojo, que ofrece el color exacto de la
madurez perfecta.
El ají se mezcla con sal del domo que existe en la “isla”,
el cual sobreyace un yacimiento de petróleo. Sin embargo lo que el pionero
Edward MacIhenny produjo, desde el primer momento, fué el Tabasco. Esta mezcla de ají con sal se
deja madurar en barricas obtenidas de los productores del whisky “Bourbon” Jack
Daniels por tres largos años. Luego se mezcla con vinagre y se deja reposar por
28 días. Y ya está.
Creo recordar que el documental habla de una producción
actual de unas 70.000 botellas diarias del producto, pero hay tantas variedades
que las botellas producidas pudieran ser bastante más. Lo que es una maravilla
es la Bodega Tabasco, el sitio donde se venden los productos. Allí nos dan a
probar muestras de cada mezcla, cada una mejor que la otra. Hay botellas de
Tabasco gran reserva, como si fuera un gran vino de Burdeos. Hay Tabasco con
ajo, con habaneros, jalapeños, dulzones, para carnes, uno nuevo llamado Chipotle.
Hay toda clase de utensilios de cocina y
del hogar con el símbolo y los colores del Tabasco: manteles, servilletas, toda
clase de vasos y recipientes. Hay pepinos y aceitunas picantes. Hay ventas de
Tabasco por galón. Casi compro un galón,
pero me parece que es poco sensato. Me conformo con un medio galón de salsa
Chiplote ($19). MI esposa me tiene que arrastrar fuera de la bodega, casi a la
fuerza.
Luisiana es el estado de la Unión Estadounidense que más se
parece a Venezuela. Uno viaja por un paisaje bastante caótico, donde coexisten
casas maravillosass con ranchos que se están cayendo, donde las vías de comunicación
muestran fuertes señales de pobre mantenimiento y donde los gobernantes se
hacen propaganda a cada momento y aprovechando caa oportunidad. En Luisiana,
sin embargo, hay un atractivo
maravilloso: la comida Cajun, esa mezcla francesa-aldeana que resulta
exquisita. Hay unos mini-camarones rojizos llamados “crawfish”que son la gloria
culinaria de la región. La gente viene desde todos los estados de la Unión a
comerlos. Hay filetes de cocodrilo, camarones, ostras, ancas de rana con ajo,
gumbos (sopas exquisitas donde nadan los productos del mar, variedad más
modesta pero igualmente gustosa de la “bouillabaisse”. Luisiana también exhibe
unas soberbias casas y jardines que han existido por más de 150 años, casi
todas con unos jardines imponentes donde los protagonistas son inmensos cedros centenarios,
con barbas de musgo que llegan hasta el suelo. Cada casa tiene una historia, la
cual nos es narrada por un guía ($10). Vale la pena el costo de la entrada,
para asomarse a una parte de la gran historia que fue la Guerra Civil y el
proceso de reconstrucción del país después de la Guerra.
Hoy he viajado al corazón del Tabasco. Ha sido una
maravillosa experiencia. Deseo que las experiencias de quienes me leen puedan
serlo también.
You are becoming "cajun"..
ResponderEliminarLooks like you are heading toward
Texas, Houston, maybe to the
Alamo?
I worked in Lafayette many years ago, went to awell being drilled in the Gulf. This time is just a sentimental journey,
ResponderEliminarGustavo
Yo tambien. You compared Venezuela to Louisiana- but look at the larger number of factories in Louisiana -factories that produce products for export for example.
ResponderEliminarO/T-
Isn't it sad what Chavez
has done to Citgo and the lies he tells. Also, one of the Carib Island refineries-Chavez closed- now -will be reopened by the Chinese...
Mr. Coronel-do you believe this statement-"Chavez never got his wish-that the US would place sanctions against Venezuela"
ResponderEliminar(Then, Chavez would use this as an excuse to do all sorts of horrible things..)
¿Sabían Uds. que una parte de los ajíes utilizados por Tabasco en su famosa salsa picante se cosechan (o cosechaban)en el Edo. Monagas, cerca de Maturín? En Avery Island, cerca de la fábrica Tabasco, se encuentra la mina de sal (en un domo salino)de donde se surtía este insumo para la fabricación del Tabasco, y en donde tuve la ocasión de visitar como geólogo de ExxonMobil para hacer estudios de campo, a unos 250 m de profundidad. La mina tiene unos 25 Km de túneles y galerías excavadas, inmensas, y alberga un museo de camiones mineros chatarra, acumulados a lo largo de siglo y medio de actividad de la mina, y bajados allí por partes.
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