Hoy me ha llegado en el correo un ‘pin” (un emblema) algo que puedo poner en mi
chaqueta de voluntario del hospital, el cual
certifica que he cumplido 300 horas de voluntariado. No se por qué recibir ese pequeño objeto me ha
conmovido tanto. Lo he sentido como una condecoración, aunque no lo es en el
sentido que se le da a las condecoraciones “de verdad”.
La Orden del
Libertador… wow…. Hay que ver lo bella que es esa condecoración. Y lo valiosa.
Es lamentable que haya sido dada a tanta gente que no la merece, por tanta gente
que no merece darla.
Pero, volvamos a lo importante. Al recibir ese pequeño
testimonio de mis 300 horas de voluntariado en el hospital, he recordado lo que
me llevó alli. Un día en el cual un miembro de mi familia se sintió muy mál y
tuve que llevarla al hospital. Allí debió permanecer unas treinta horas. Al final,
todo se resolvió satisfactoriamente y mi pago fue reducido de $6000 a $2000 porque
no tenía – en aquel momento - un seguro
que nos amparara. Ese gesto del hospital me llevó a hacer un gesto retributivo.
Me enrrolé como voluntario. Si calculo a $50 la hora mis horas de voluntariado estas
300 horas ya suman unos $ 15.000, bastante más que lo que recibí en servicios
del hospital.
Pero la cosa no funciona así. Entrar como voluntario en ese
inmenso hospital ha sido una aventura que aún se desarrolla ante mis ojos. Este
es un hospital de 1200 camas. Y está a punto de inaugurar una extensión importante.
Me siento parte de algo grande, de un inmenso sistema benefactor. Cada día que
voy a mi guardia semanal tengo la oportunidad de acompañar a pacientes quienes
se van a casa,ya curados o sintiéndose mejor o, en todo caso, a reunirse con sus familiares. O llevo muestras
clínicas a los laboratorios. O les indico a los visitantes donde ir. O esto o
aquello. Me siento muy útil. Hago un poco de todo.
Pero, hay algo más. Los voluntarios con quienes comparto mi turno
semanal se han convertido en mis amigos. Ahora siento que tengo tambien una
obligación con ellos, como ellos seguramente la sienten conmigo. El
voluntariado se ha ido tornando en un importante compromiso humano.
Y hay, por supuesto, algo más. Cada semana, al ayudar a los
pacientes a irse a casa, puedo ver como ellos (ellas) van felices de regreso al
hogar. No hay nada como el hogar para hacernos sentir felices. Hay algunos pacientes,
que intuyo, van a su casa a morir. Aun
en ellos advierto esa serenidad interior de quienes han hecho las paces con la
vida y con la muerte. Sus cuentas han sido ajustadas. No hay nada más que
hablar.
Mi voluntariado me ha puesto en contacto con gente
maravillosa. No son gente extraordinaria. Son gente común. Es que la gente
común es maravillosa.
A veces me siento cansado. Hasta
cuando seré voluntario? Ya casi tengo 80 años, me digo. Pero no lo sé. Tengo
un compañero de 88 años quien tiene 22.000 horas de voluntariado. No creo que
estoy en su liga. Pero, cada dia que me presento
a un nuevo turno, me siento orgulloso de
mi condición humana y pienso que si él puede, yo también.
Mr. Coronel, I have said it many times. Once again, Bless you.
ResponderEliminarMy wife and I greatly appreciate your words and actions that inspire us.
Gustavo, estás en libertad de responder esta pregunta o no...quisiera saber a qué edad te fuiste a USA a vivir?
ResponderEliminarRealmente lo que cuentas es algo inspirador para muchos, Dios te bendiga.
Estoy en USA desde 2003, hace ya 9 años. Sin embargo, estudié geología aquí y me gradué en Tulsa hace 57 (1951-1955) años pero regresé a Venezuela, donde estuve desde 1955 hasta 1981. He vivido aquí dos o tres veces, porque entre 1981 y 1987 estuve en Harvard y trabajando con el BID en Washington....
ResponderEliminarSaludos,
Gustavo
Estoy en USA desde 2003, hace ya 9 años. Sin embargo, estudié geología aquí y me gradué en Tulsa hace 57 (1951-1955) años pero regresé a Venezuela, donde estuve desde 1955 hasta 1981. He vivido aquí dos o tres veces, porque entre 1981 y 1987 estuve en Harvard y trabajando con el BID en Washington....
ResponderEliminarSaludos,
Gustavo
Eso quiere decir que, como tienes 9 años viviendo allá, a razón de 300 horas de voluntariado, da 33 horas por año.
ResponderEliminarQuiere decir, Gustavo, que anualmente le has dado un día y 9 horas desinteresadamente a la comunidad.
Hace falta más gente así.
No se si hablas en serio, anónimo, pero en todo caso es incorrecta tu auditoría. Fuí aceptado hace casi dos años como voluntario en el hospital. Voy por cuatro horas cada semana.
ResponderEliminarEn todo caso, saludos. Y, de todas maneras, tienes razón. Ojalá todos le dedicaran aunque fuese un dia de sus vidas al año a ayudar a otros.
Como andan las cosas en la Fiscalía General de la República?
Felicitaciones, siendo medico en un hospital del estado aprecio enormemente el trabajp voluntario ayudando a los pacientes.
ResponderEliminarLo felicito y animo a que siga asi.
La mejor medicina a un paciente y que no cuesta nada es una palabra amable y una mano en el hombro.
Dios lo bendiga.
Eduardo Souchon
Gracias, Eduardo:
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo sobre el apoyo moral a los pacientes. Me impresiona que este hospital donde hago de voluntariuo tine, además de una limpieza absoluta, todo brilla o reluce, un aire alegre. Hay muchas sonrisas, mucho optimismo en el aire. este es un intangible a favor de la curación. Veo que operados de corazón abierto salen a su casa a los dos o tres días, con su almohadita en el pecho pero en buenas condiciones. Eso sí, los sentamos en el asiento de atrás del auto, por si acaso. En caso de un accidente, el airbag al abrir les puede ser mortal.
jajaja, no Gustavo, no trabajo alli donde me dices, jajaja! vi tu articulo en la pagina de lapatilla.com y asi fue que llegue aqui, buen blog! saludos igual!
ResponderEliminarIt is a pleasure volunteering with you, Gus. Wish I knew Spanish and could read all of your blogging posts! -Gail
ResponderEliminarGail you can use google translate if you wish. Using that, you can read all the content in English. Ask for help here if you need to know the procedure. Best,
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