Desde hace años la Corporación
Andina de Fomento, CAF, organiza una conferencia en Washington DC, con el
aporte del prestigioso Diálogo InterAmericano
y de (sin adjetivo) la OEA. Año trás año Enrique García, José Miguél
Insulza y Peter Hakim/Michael Shifter abren el evento con unas breves palabras
que ya nos suenan muy familiares.
Me siento muy complacido de ser invitado a estos eventos. Ello me permite tratar de actualizarme en los temas del
desarrollo latinoamericano. En esta ocasion solo pude asistir a la mitad del
evento, el primer día, por lo cual no puedo emitir opinión alguna sobre lo que
pueda haber ocurrido el segundo día.
En el balance, el primer día no
fué feliz. Eso sí, con la gran excepción de una persona a quien jamás había
escuchado: Leonel Fernández, presidente de República Dominicana en tres
ocasiones. La verdad es que tenía mucho tiempo que no oía a nadie hablar con tanta precisión sobre América Latina (y el mundo). Ese discurso de Fernández lo valió
todo. Que placer da escuchar a alguien hablar de manera tan coherente. Debo decir, sin embargo, que Fernández no
aportó ninguna propuesta sólida y plausible para resolver los problemas de la
región. Pero su falta de aporte concreto fue hecho de la manera más fluída y elegante
que he podido escuchar en mucho tiempo. Nos paseó de manera impecable por
América Latina y Europa antes de intentar una propuesta para nuestra región:
tenemos, dijo, que reemplazar el modelo de la exportación de materias primas
por uno intensivo de capital en el cual la innovación tenga un papel
importante. Sin embargo, agregó de seguidas, eso requiere investigación y
educación que no tenemos. Y, una vez más, hasta allí llegamos. El QUE estuvo
clarito en las palabras de Leonel, no así el COMO. Ese QUE lo he escuchado por
los 20 últimos años, desde que acudo a estas conferencias u otras similares,
todas organizadas con la mejor intención del mundo, con el aporte de muy
ilustrados expositores. Muy pocas veces suena en la sala un COMO. Y cuando
suena (when the pin drops) la mayoría de la audiencia está tomando café.
Leonel Fernández fue un faro luminoso
en una tarde más bien gris. No se trató de que los participantes individuales no fuesen gente de valía, todos
lo eran. Se trata que sus esfuerzos se quedan en lo narrativo. No nos dan algo
que nos podamos llevar a casa, que nos
haga pensar, nos entusiasme o nos incita a ahondar en el tema.
No fue mucho lo sustantivo que
oímos sobre los progresos del Sur, sobre las elecciones mexicanas o, inclusive,
sobre un tema que habia despertado muchas expectativas entre la nutrida
audiencia, las elecciones venezolanas.
Quizá el que más aportó una apreciación sobre este proceso fue Luis
Vicente León, de Venezuela, hablando a 100 kilómetros por hora (pobres
traductores!), pero no se dió discusión posterior alguna sobre el tema. La blanda
intervención de la Sra. A.M. San Juan, Asesora Ejecutiva de la CAF y asidua
participante de estos eventos en el circuito CAF-OEA, fue para el olvido.
Segun León las encuestas,
aparentemente, favorecen a Chávez. La calle, aparentemente, favorece a Capriles,
quien ha hecho una gran campaña.
Esperemos que el año próximo haya
suerte y que, como en los toros, nos toque un buen encierro. Felicitaciones a
la CAF por este nuevo esfuerzo.
Pues mal no les ha ido, se están haciendo tremendo edificio en frente la Plaza Francia en Altamira. No les basta con el edificio que tienen subiendo por la 1ra Avenida. Así que la CAF puede darse por satisfecha si ese platal lo usan para hacerse esa sede. El "CÓMO" como que no les importa ya tanto como antes.
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