En el umbral de una elección de
crítica importancia para Venezuela pienso que todos los venezolanos deben
pensar en adoptar una posición clara. Uno de los grupos que deberá desaparecer
será el de los llamados NI-NI, porque es imposible ya permanecer en neutro frente
al drama que vive nuestro país. La neutralidad se explica porque quien así
piensa no ha sido afectado (a) directamente por la tragedia, pero cada día hay
menos venezolanos que puedan decir eso. Vivir en la Venezuela de hoy es una
experiencia triste y, con frecuencia, aterradora. Hace casi diez años decidí salir
fisicamente de mi patria y no he regresado ni lo haré mientras esté en el poder
el gorila. Sin embargo no me he ausentado y, en muchos sentidos, estoy más en
Venezuela que muchos compatriotas quienes viven allá pero contemplan los
acontecimientos con indiferencia.
Tenemos solo dos caminos por
delante: más de lo mismo, si gana el candidato oficialista o la llegada al
poder de una nueva generación política, jóven, preparada y entusiasta. He
luchado todos estos años por sacar a Hugo Chávez del poder y mi posición es
clara: si sale por medio del voto inminente ayudaré en lo posible a la
consolidación de la democracia en el país y trataré de que este mál venezolano
pague sus cuentas con la justicia. Si no sale seguiré luchando, en todos los
terrenos posibles, por verlo salir, y hasta que el cuerpo aguante.
Venezuela no puede ser un país
civilizado, progresista y ordenado mientras ese sátrapa esté en el poder. El
daño que ya ha hecho es trágico e incalculable, tanto en el orden material como
en el orden espiritual. Lo peor es lo segundo porque lo material puede
recuperarse con mayor facilidad que el daño espiritual. Hoy tenemos un país
dividido, con gente cargada de odios y resentimientos, con millones habituados
a vivir de la limosna del Estado, renuentes a enfrentar sus deberes ciudadanos,
en la equivocada creencia de que el Estado se los debe todo sin que ellos hagan
esfuerzo alguno. Este es el mayor crimen de Hugo Chávez, haber creado esa
inmensa legion de mendicantes, quienes no aceptarán volver a la realidad de una
sociedad que le impone a todos deberes por igual. El esfuerzo de re-educar a la población para
insertarla de nuevo en la comunidad civilizada de naciones será inmenso y tomará
mucho más tiempo del que muchos de nosotros tenemos disponible. Para quienes
estamos en ese grupo sería fácil olvidarse de todo y dedicarse a vivir en paz,
bien lejos, física y espiritualmente, de la tragedia. Pero no podemos hacerlo.
Seremos ciudadanos hasta el
final.
CORONEL CLARO QUE HAY UN CAMINO...................CHAVEZ PAPA.
ResponderEliminarJG
CORONEL CLARO QUE HAY UN CAMINO...................CHAVEZ PAPA.
ResponderEliminarJG