Apoteosis: final brillante.
Hoy se encuentra Miguel Cabrera
con la historia. Si las cosas pasan como sus miles de seguidores desean, mañana
amanecería como el ganador de la Triple
Corona del beisból, una hazaña que no se ve desde 1967, cuando la llevó a cabo
Carl Yastrzemski. Por cierto, otro latino, Ted Williams fue el último pelotero en batear .400, ya que la madre
de Ted era Mexicana.
Ted Williams.
Empujar más carreras, pegar más
cuadrangulares, tener el mejor promedio al bate, esos son los tres componentes de
la triple corona. Esto ya de por si es un logro monumental pero es que Cabrera
este año ha pegado más de 40 cuadrangulares y más de 40 dobletes, algo que no
se veía en Detroit desde Hank Greenberg, en los años 30. Además, está de
primero o segundo en slugging y es el candidato más fuerte para MVP, el jugador
más valioso de la liga. Ha contribuído
con más del 40% de todas las carreras de su equipo durante la temporada.
Desde todo punto de vista un
logro extraordinario que lo pone en ruta al Salón de la Fama.
Este ha sido un gran año para los
jugadores venezolanos en las grandes ligas: Cabrera con Detroit, Carlos
Gonzalez con Colorado, Altuve con Houston, Scuttaro y Sandoval con San
Francisco, Prado con Atlanta, Félix con Seattle, todos ellos han logrado
grandes éxitos. Y hay otros con actuación decorosa y muy prometedora. Me gusta
mucho el joven de Detroit, Avisail García, quien parece un clon de Cabrera. Este
es también el año del retiro de Omar Vizquel (ver nota en este blog), ese gran
caballero andante del beisból.
Que año, mis amigos!
Mi esposa y yo tenemos un abono a
un canal de TV que tiene unos diez juegos diarios durante la temporada. Nos
sentamos a verlos en dos televisores, uno para los Nationals, otro para los
Tigres. Con frecuencia comemos perros calientes y tomamos vino (no ya la
cerveza) y nos dedicamos a ser felices como espectadores del gran deporte.
Y es que el beisból es lo más
parecido a la inmortalidad. Un juego termina hoy? Otro comienza mañana. No te
gusta ese final? Habrá otros mejores. Este año no se pudo? Aguarda al año que viene!
Quizá lo único que
rivaliza con el beisból en esa magnífica parodia de la inmortalidad es el teatro.
Siempre me ha conmovido mucho la despedida de los actores después de una obra,
esa reverencia hacia la audiencia, las luces, la música. Es como una pequeña y
digna muerte. Me alivia saber que al día siguiente estarán allí allí otra vez,
desempeñando los mismos papeles.
Que vaina tan buena.
Trout, para pasar a Cabrera, y suponiendo que el venezolano no juegue, tendría que batear de 6-6. Así quedaría en .3309 contra .3306 o trasaladado a como hablamos nosotros, 330,9 contra 330,6.
ResponderEliminarEl aspecto crítico es, entonces, lo que haga Hamilton, quien juega en la tarde (al momento de escribir, no lleva jonrones). Si batea dos jonrones, obligaría a que Cabrera jugara en la noche para intentar alcanzarlo y, al menos, empatarlo con 45. Si Hamilton da uno, entonces quedan empatados y hay Triple Corona.
Bueno, a lo mejor Cabrera quiere terminar a lo grande. En 1941 Ted Williams llegó al último día bateando .3996 (para nosotros 399,6). Para efectos de las cifras, se redondeaba a .400. Williams, a quien el manager quería dejar sentado en el doble juego de ese día, pidió jugar porque él quería un verdadero .400 y bateó ¡de 8-6!. A lo mejor Cabrera decide terminar a lo Ted Williams...
Dr. Coronel, Williams fue el últino en batear .400. El último triplecoronado fue Carl Yastrzemski, en 1967. Frank Robinson lo hizo en 1966. 45 años han pasado desde la última vez que se logró la hazaña. Ted williams lo hizo en 1942 y 1947
Gracias. Ya está corregido el error. Se me fué ese rolincito por entre las piernas!
ResponderEliminarASI SE HACE CAMARADA.
ResponderEliminarJG
El Beisbol es una sublime prueba de la existencia de Dios.
ResponderEliminarSoublette: me gustó ese comentario. Es bonito.
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