He recibido un cordial mensaje de
Gustavo J. Gabaldón acerca de mi nota de ayer en este blog (ver abajo). El
mensaje incluye el texto íntegro de sus declaraciones en nombre de COPEI sobre
la huelga petrolera y la necesidad del cese de la persecución contra estos
trabajadores.
Debo, en primer término,
agradecer el mensaje de Gustavo, mi colega en la Junta Directiva de Maraven por
algun tiempo y un verdadero experto en el campo de las relaciones laborales.
Debo admitir que el texto completo de lo dicho por Gabaldón tiene un sentido
mucho más constructivo de lo que las aisladas versiones de prensa sugerirían. Doy
pués, por sentado, que esta inciativa responde a un genuino deseo de ayudar a
la Gente del Petróleo. En paralelo, además, he visto un comunicado de la Gente
del Petróleo, firmado por Eddie Ramírez, en el cual apoyan las gestiones de
amnistía que se están hacienda en el país. Ciertamente son ellos, los
petroleros despedidos, no quienes vivimos los acontecimientos desde la remota
Isla de Margarita, quienes tienen el derecho de elegir su camino.
La lectura del texto íntegro de Gabaldón
me permite constatar, en efecto, que lo que él denominó como “lamentable” no
fue el paro petrolero como tal sino su resultado, con pérdida de empleos y
persecución. Me doy por satisfecho en este sentido. Sin embargo, no hay dudas
de que en el texto se desaprueba de la huelga como tal, al decirse que su
acción “los
estaba llevando al absoluto despeñadero” y que, al ser abandonados por el resto
de las organizaciones, “Los petroleros solos, continuaron su
camino equivocado”. Respetuosamente insisto en que la acción de protesta de la
gente del petróleo estuvo en todo de acuerdo con sus principios, mantenidos por
muchos años desde las filas de PDVSA. Este grupo insurgió civicamente en contra
de la violación de los valores que les eran caros. Desde este punto de vista no
tienen por qué arrepentirse de haber obrado así aunque reconozco que el precio
que han tenido que pagar por ello ha sido muy alto. Tan alto que en este momento
consideran aceptable apoyar el pedido de amnistía, es decir, el
perdón por un crimen que no han cometido.
Solo me resta hacer unas breves
consideraciones finales sobre este asunto, desde la perspectiva un tanto
teórica de un ciudadano venezolano no afectado directamente por la persecución
que se le hace a muchos compatriotas y muy interesado en un desenlace de estas tragedias
que nos permita conservar la auto-estima
colectiva. Son las siguientes:
(1) La
protesta petrolera que produjo el despido y ostracismo de 22000 empleados
petroleros venezolanos, despido grotesco por TV, el cual resultó en el colapso
operacional de PDVSA y su prostitución total, al ser convertida en empresa
importadora de pollos (algunos podridos), fue enteramente justificada y una manifestación de
dignidad colectiva por parte de un grupo valioso de venezolanos, fieles a sus
principios y valores. Yo los saludo hoy como los saludé y apoyé publicamente en
el momento de la huelga.
(2) Aprecio
y comprendo las privaciones que estos compatriotas han experimentado y deseo
que puedan regresar a una vida normal después de 10 largos años de estas
privaciones. Hubiera preferido que esa restitución de su status ciudadano, que
nunca han debido perder, fuera lograda por la via de una capitulación de la
satrapía que la produjo, no por la via de una amnistía mediante la cual la
satrapía aparezca haciendo un acto de magnánima generosidad. Esto, en mi opinion,
configuraría un insulto más a los venezolanos, eso de perdonar a quienes no
han cometido crimen alguno. Sin embargo, no soy yo quien deba decidir sobre
esto sino los directamente afectados y así lo acepto. No tengo autoridad alguna
para exigir más sacrificios a mis compatriotas en aras de principios teóricos.
(3) Ojalá
esta tragedia termine pronto, que mis compatriotas petroleros regresen a su patria
pronto y les sean resarcidos sus derechos conculcados y termine la pesadilla a
la cual han sido sometidos.
(4) Ojalá que la amnistía para ellos no represente
la via para permitir que, quienes violaron sus derechos y arruinaron a PDVSA,
salgan intocados, porque ellos si cometieron grandes crimenes, perfectamente
documentados. No se trata de pedir venganza. Se trata de pedir justicia porque, si no hay justicia, la ética, el mundo de los valores, pierde sentido y ello nos lleva a la anomia.
Gustavo
ResponderEliminarNo creo en la amnistía que ofrecen los que se apoderaron del país, no la creo sincera la veo mas como un medio a sus fines.
No puedo creer en amnistía, luego de lo que paso con el examen medico de Simonovis, luego de las declaraciones de los que manejan la justicia sobre la jueza Afiunis.
Como creer en ellos? Como no verlo como una trampa? o en el mejor de los casos como un maquillaje a su verdadero rostro?
Porque no una amnistía a todo el entorno afectado por ese criminal despido?
Eso pasará solamente cuando el Mago de Oz le dé un corazón a Chávez...
ResponderEliminarEn realidad más que comentar desearía comunicarme con el señor Gustavo José Gabaldón en relación a una empleada doméstica que trabajó en si casa hace algunos años, su nombre es Ligia Luque y ella desea contactarlo, telf. 0212 5745637 - Gracias
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