La noche de su triunfo en Moscú
Hace unos días falleció a los 78 años en Fort Worth, Texas, Van Cliburn, el
pianista que causó gran sensación en 1958, en plena guerra fría, al ganar en
Moscú la competencia Tchaikovsky para piano. La ganó electrizando a la
audiencia que gritaba: “Dénle el premio ya!”. Como la victoria de Jesse Owen en
los juegos olímpicos celebrados en la Alemania Nazi esta victoria de Van
Cliburn en Moscú, reconocida por Kruschev, hizo del jóven pianista un verdadero
héroe, objeto de una bienvenida apoteósica a su regreso por vía de Nueva York.
Van Cliburn tocó dos conciertos
durante la competencia: el número uno de Tchaikovsky y el tercero de Rachmaninov.
Ganó la competencia con este último concierto, en una interpretación tan
extraordinaria que ella puede considerarse como uno de los momentos más
emocionantes en la historia de la música clásica.
Ver y oir el primer movimiento
aquí: https://www.youtube.com/watch?v=apNTq-Tgf4w
, tal como sonara esa noche.
Allí se aprecia no solo la
técnica impecable de Van Cliburn sino también su compenetración absoluta con la
música y la profunda emoción que genera esta extraordinaria obra de Rachmninov,
sin duda el mejor de sus conciertos. No solo esto, sino la apostura y la postura de Van Cliburn,
esa postura de gran pianista de conciertos, debe haber contribuído
decisivamente al premio.
Ese gran momento había tenido
como precedente una bella historia. Van Cliburn era hijo de un empleado petrolero
de Shreveport, Luisiana. Su madre era pianista amateur pero había estudiado
nada menos que un discípulo de Franz Liszt y de Anton Rubinstein. La influencia
de Rubinstein, en especial, llevó a la madre a formar a su hijo como pianista especializado
en la música rusa. De allí que lo enviarán a estudiar a la Escuela Juilliard,
en Nueva York, con Rosina Lhévinne. Fue ella quien sugirió el viaje de Van
Cliburn a Moscú. Le dijo: “Creo que a ellos les gustará como tocas el piano”. La
identificación total de Van Cliburn con los conciertos de los grandes rusos fué
la clave de su gran éxito.
La vida de Van Cliburn después de
ese momento de juventud, pués tenía apenas 24 años, fué, si se quiere, anti-climática. Por 20 años
dió conciertos por todo el mundo, respetado
universalmente. Luego desapareció de la escena pública por largo tiempo y
mantuvo un perfil bajo. Eso sí, creó la competencia Van Cliburn, la cual ha
servido para promover a jóvenes pianistas.
Parecería que Van Cliburn hubiera
nacido exclusivamente para aquella mágica noche en
Moscú, cuando su manera de tocar la cadenza del primer movimiento
del tercer concierto de Rachmaninov hizo llorar de emoción a los moscovitas.
Rachmaninov, un ruso emigrado a USA, encontró su mejor intérprete en un jóven
hijo de petroleros, nacido en Luisiana, criado en Texas, tan lejos geográfica y culturalmente de la ciudad rusa.
Acabo de recibir via amazon.com su version completa
de los dos conciertos. Lamentablemente no pude encontrar los de la maravillosa
noche de Moscú, sino los que grabó en el Carnegie Hall en Mayo de 1958, inmediatamente
después de su regreso, con el mismo conductor que lo dirigió en Moscú, Krill
Kondrashin. El concierto de Rachmaninov, más que el de Tchaikovsky, me emociona
profundamente. Sin embargo, el de tchaikosvky es el que hizo a Van Cliburn un
fenómeno. Este fue el disco clásico más clásico más vendido de la historia, al pasar del millón de copias.
Gracias Gustavo por mencionar a Van Cliburn.R.I.P.
ResponderEliminarEl estudio con la misma profesora Rusa (antes de ganar el premio) que tenia mi hijo en Belarus hacen unos anios.Es magnifica,y todavia vive, pero ya esta muy vieja.
Y gracias por poner el link del Rachmaninoff tambien.
No he oido del tal...
ResponderEliminar.
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Ni he escuchado esa música...!
ResponderEliminar.
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Gracias por esta entrada, tambien me emociona bastante Rachmaninoff.
ResponderEliminarAqui esta Van Cliburn tocando el tercero de Rachmaninoff por completo:
http://youtu.be/ulE4KlRpIpU
Tchaikovski es la música.
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