El difunto llegó a la antesala
del cielo y se irritó al tener que hacer cola. “Villegas no avisó que yo llegaba. Tan
incompetente como Izarrra y del mismo tamañito”, musitó.
Después de una moderada espera,
sin fatigas o angustias que ya no existen a esas alturas, se encontró frente a
la mesa principal donde se sentaban San Pedro, San Diego, San Rafaél y San Nicolás, no exactamente de apellido
Carreño, ni Molero, ni Ramírez ni Maduro.
“Buenos días, hermano”, le saludó
San Pedro. Dígame en que podemos serle útil”.
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“Bueno. Vengo a quedarme con ustedes.
Francamente pensé que ya estaban en cuenta. Ya hice mi primer milagro, logrando
que nombraran un Papa Argentino”.
“No tenemos nada que ver con eso,
amigo. Esa selección le corresponde a los de allá abajo”, le contestó secamente
San Pedro. “Dígame, pués, en que podemos serle útil”.
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“Creí que ya ustedes sabían que vengo a ser
parte del santoral. En Venezuela hay capillas con mi nombre y en las Iglesias
se venden escapularios, rosarios y estampitas que llevan mi efigie. La gente
llora mi ausencia. Se, por un video que salió en Argentina, que aquí me esperan
el Ché, Allende, Gadaffi, Maisanta y mi abuela Rosa. No les ha llegado ese
video”? Y agregó: “He sido llamado el Cristo de los pobres de América por
Nicolás, mi dilecto hijo y sucesor”. Y les dedicó una sonrisa, la misma que
utilizaba cuando le daba dinero a Evo
Morales por televisión.
“Lo siento”, dijo San Pedro.
“pero ninguno de esos caballeros que usted menciona está aquí. Su abuela si
está con nosotros, pero precisamente por haberlo soportado a usted cuando era
niño. Por lo que se refiere al video, aquí no vemos televisión”.
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“está bien”, respondió el aspirante, un tanto
amoscado por la frialdad de la recepción, “vengo a pedir entrada al cielo, basado en mi
ayuda a los pobres, mi vida austera, mi
siembra de armonía y misericordia entre ciudadanos y ciudadanas, mi apego a la verdad y mi valentía comprobada.
Estoy seguro que ustedes,miembros del alba celestial, ya conocen mis credenciales”.
San Pedro no le respondió. En
silencio abrió el libro, donde figuraban todas las acciones de cada aspirante.
Su memoria ya no le bastaba pero el libro, elaborado por un staff de ángeles
con trillones de años de experiencia, no se equivocaba nunca, era inapelable.
Y comenzó a leer: “La ayuda a los
pobres que menciona el aspirante consistió en transferencias de dinero
propiedad de la nación a la gente que lo seguía. No fue utilizado en programas
que les permitieran educarse, emplearse e independizarse de la ayuda del
estado. Vemos que uno de sus asistentes, un señor Giordani, promovió la tesis
de que la consolidación del gobierno en el poder requería mantener pobres a los
pobres, apenas dándole las dádivas que les obligaban a depender del estado, es
decir, un sistema que los mantenía pobres y dependientes. Por lo tanto, ese primer
alegato es considerado inaceptable.
Por lo que se refiere a su vida austera, no es
esa la información que poseemos. El candidato que hoy se presenta ante nosotros
compraba bienes personales con el dinero que no le pertenecía, en especial
relojes costosísimos. Se vestía con los mejores sastres, llegaba a hoteles
lujosos, en los cuales reservaba pisos enteros para su tren de acólitos. Viajaba en un avión comprado ilegalmente.
Permitió que la familia y los amigos se enriquecieran de manera obscena. Repartía
a manos llenas el dinero de su nación, a fin de lograr la lealtad de los
beneficiados en su país y en el exterior, en aras de sus proyectos de
engrandecimiento politico. Por lo tanto,
su segundo argumento es inaceptable.
En lo relacionado con su “siembra de armonía y misericordia”,
tenemos aquí al hermano Franklin Brito y al hermano Rosalio, quienes no fueron
objeto de su misericordia. Su retórica en la Tierra fue incendiaria, agresiva,
insultante, divisiva y no unificadora. Algunas de sus expresiones preferidas al
referirse a sus adversarios fueron: escuálidos, pitiyankis, apátridas,
frijolitos, plastas, freiremos sus cabezas en aceite, los aplastaremos, los
haremos polvo, les sacaremos los tanques a la calle si ganan las elecciones, ni
un centavo para las gobernaciones de los apátridas, no habrá luto por ese
traidor CAP, los obispos son unos diablos con sótana, el crapuloso cardenal
Castillo Lara….. “. Hay mucho más de lo que aquí se menciona a título de
ejemplo. Por lo tanto, dictaminamos que lo argumentado por el aspirante no
tiene basamento en la realidad”.
“Habla el aspirante a entrar al cielo, de su
apego a la verdad y de su valentía. Pero sabemos que en su golpe de estado de
1992 fue acompañado de soldados a
quienes – por admisión propia – llevó engañados. Les dijo que iban a un desfile
militar y no a tratar de derrocar a un presidente electo constitucionalmente. Los
condujo a la muerte. Y luego, lejos de liderarlos en batalla, se escondió en el
Museo Militar. En ese golpe murieron civiles inocentes, incluyendo niños. Ello
están en cabeza de quien hoy nos pide entrada al cielo. Una vez en el poder
prometió casas que nunca se construyeron, un engaño muy cruel para los millones
de venezolanos quienes creían en él. Por ello no es admisible su alegato”.
Después de esta breve réplica de
los auditores celestiales San Pedro lo miró fijamente y le dijo: “No eres un
santo, pués ni siquiera has sido un buen hombre. Se te niega la entrada al
mundo de los justos”.
Antes de que atinara a replicar, el
candidato al cielo se encontró en un largo túnel debilmente iluminado por una
luz que apenas le permitía ver el camino. Desconsolado comenzó a caminar y , a
cada paso, el túnel desaparecía a sus espaldas. A medida que avanzaba, el calor
se acentuaba. Comprendió que pronto se reuniría con sus amigos.
Como siempre excelente
ResponderEliminarSi... y en el túnel le volvió a dar el apretón.
ResponderEliminarDios castiga sin palo y sin rejo. Que paso Don Gustavo? desaparecio por unos dias? se fue de vacaciones de Semana Santa? o se fue para Florida a disfrutar de un Spring break? Sea cual sea la razon. Da gusto leerle de nuevo.
ResponderEliminarLLevatelo Willy
Excelente escrito y muy refrescante... Gracias que personas como Ud. expresan todo lo que sentimos y tan bien escrito, como siempre.
ResponderEliminar"Cuando al Portal de la Gloria
ResponderEliminarSe acerca un muerto de izquierda,
se asoma Dios en Persona+
!Para mandarlo a la mierda!"
Del libro "Las Celestiales"
Excelente muy reconfortable imaginar el destino final de un tirano.
ResponderEliminarDr. Coronel, mis saludos . Le comento que la carta que usted le escribió a Nicolás Maduro ha sido publicada en Facebook a través de Noticias al Día y a la Hora pero lamentablemente los derechos de autor se los atribuyen al actor MiguelAngel Landa y no Ud. como corresponde, les hice saber que estaban en un gran error y que la carta la es de su autoría.
ResponderEliminarDr. Me encantaría que a través del Noticiero Digitel o en Noticias al Día y a la Hora aclare a los miles de lectores que emocionados ha elogiado la carta dirigida a Maduro, que es de su autoría.
Mis respetos y admiración por Ud., siempre es lujo leer cada escrito que publica.
Hola:
ResponderEliminarGracias por los comentarios. No he interrumpido mis aportes al blog , quizás se me pasó un día que fui al dentista y me dejó viendo las estrellas.
Por lo que se refiere al artículo, ya Globovision hizo una aclaratoria y yo envié un comentario a ND. Quizás la mjor manera de que lean mis escritos es que se los atribuyan a otras personas!!. Así pasó con mi carta "de Condoleeza Rice". Y ha habido otros casos.
Me encanto! Ese es el San Pedro en el que creo: claro, directo, con buena memoria y justo. Gracias!
ResponderEliminarDon Gustavo, as always, what a wonderful story! Uno de los mejores cuentos que he leído en mi vida! Y, también pienso, es la realidad del vergonzoso HCF. Y que nunca descanse él en paz, porque nunca lo mostró.
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