He recibido un
comentario, coloco su contenido en negritas, del embajador
Alfredo Toro Hardy sobre mi publicación de ayer en este blog. Sobre este comentario del embajador
me he permitido hacer algunas anotaciones, las cuales transcribo de seguidas,
en itálicas.
Dice el
embajador:
Nadie tiene el monopolio de la verdad ni la capacidad de
asignarse el derecho a la dignidad, condenando a la indignidad a los que no
piensen igual. La esencia de la democracia consiste en el derecho a expresar
las propias opiniones y en respetar las ajenas.
Anoto:
Eso es exactamente lo que he hecho. He expresado mi opinión
sobre lo que considero es una inconsecuencia suya con su formación intelectual y
sus orígenes. Critico que un producto de la democracia se convierta en un
admirador del autoritarismo y de la patanería. Respetaría una opinion bien
fundamentada, pero, perdone usted, no puedo respetar la entrega. Creo que los
venezolanos tenemos el derecho de exigirle a personas como usted lealtad a las
maneras civilizadas de vivir, en libertad y democracia, no solo para su propio
disfrute, lo cual usted ha podido hacer durante todos estos años de vida diplomática
en los países más avanzados del mundo, sino para el país nuestro, que tiene 15
años chapoteando en un pantano de miserias, abusos y humillaciones, para salir
del cual cada uno de nosotros debería luchar activamente, no guardar silencio
ni mucho menos contribuír a su profundización.
Dice el
embajador:
En este
sentido usted y yo diferimos pues nunca me atrevería a cuestionar su integridad
personal por el simple hecho de que mantenga posturas políticas y puntos de
vista distintos a los míos. Hasta allí, sin embargo, se trata de divergencias
en la manera de entender la democracia.
Anoto:
La vida pública exige transparencia y quien sea una figura
pública debe aceptar que sus compatriotas evaluen positiva o negativamente su
actuación. Yo estaría completamente dispuesto a aceptar una evaluación crítica
sobre mis años en la administración pública, en Petróleos de Venezuela, en la
CVG, en la gobernación de Carabobo o en la presidencia del Puerto de Puerto
Cabello, porque allí desempeñé cargos públicos por los cuales debo de dar cuenta
transparente de mis actos. Note, por favor, que yo no lo acuso a usted de manejos
dolosos en el ejercicio de sus funciones. Si le critico lo que considero su
actitud poco profesional como embajador
en ejercicio, adoptando una posición abiertamente hostil contra un país, USA,
con el cual Venezuela tiene relaciones. Pero sobre todo le critico su apoyo abierto
a un régimen que ha violado los principios más elementales de la democracia y
del respeto a la disidencia, para instalar una autocracia ruinosa y embrutecedora
en nuestro país. No me molestaría en criticar a un Darío Vivas o a una
Iris Varela por su apoyo al régimen, pues
ellos no saben de otras maneras de vivir en sociedad, pero si a usted, quien ha
vivido en las sociedades más avanzadas del planeta y, sin embargo, apoya el primitivo
régimen venezolano.
Dice el embajador:
Sin embargo, achacarme
complicidades sobre hechos que no tendría cómo conocer, por caer por entero
fuera de mi área de responsabilidad, y que además tuvieron lugar mucho antes de
mi llegada a Singapur, es ya harina de otro costal. Resulta absolutamente poco
serio y responsable, por decir lo menos, que pretenda usted asociarme con los
supuestos hechos que señala bajo el simple argumento de que la sede de esta
Embajada queda en el mismo edificio donde están las oficinas de la empresa que
alude. Dado
que en el edificio en cuestión se congregan alrededor de doscientas compañías y
embajadas, ¿deberé asumir también responsabilidad por lo que ocurre en todas
ellas? ¿Deberé hacerlo incluso por situaciones anteriores a mi llegada a este
país? Si yo asumiese su misma línea argumental, Doctor Coronel, usted debería
estar vinculado a la CIA, pues reside en la misma ciudad donde esa agencia tiene su sede.
Anoto:
En este sentido debo hacer algunas precisiones. En Julio 2010 le
dirigí a usted una carta pública pidiendo
su ayuda como embajador de Venezuela en Singapore para esclarecer el
caso de la gabarra Aban Pearl, el cual he denunciado repetidamente sin que haya
acción alguna por parte del Estado venezolano. La carta decía así (http://groups.yahoo.com/group/Venedemocracia/message/5708
):
“Sr. Embajador:
En mi deseo de ayudar al gobierno venezolano a esclarecer la naturaleza del contrato firmado entre PDVSA y la empresa PetroMarine Energy Services, registrada en Singapore, por el alquiler de la gabarra Aban Pearl, he podido averiguar datos que revelan la naturaleza poco ortodoxa de la citada empresa PetroMarine Energy Services: su escaso capital, falta de experiencia, haber sido formada poco antes de la firma del contrato, etc. Todo ello parece indicar que la citada empresa es una intermediaria de papel y no tiene otro objetivo que favorecer a algunos hombres de " negocios", a expensas del fisco venezolano. Entre lo que he averiguado es que la citada empresa PetroMarine tiene o tenía sus oficinas en la misma direccion que tiene su embajada, en Killarney Road, ocupando una oficina contigua a las suyas. Si estoy equivocado, estoy dispuesto a rectificar. Si estoy en lo cierto ello significa que ustedes deben conocer bien a la citada empresa y quienes son sus funcionarios y pudiera hacerlo del conocimiento de todos los venezolanos. Esto es importante por cuanto hay fundadas razones para pensar que en este contrato existe un significativo sobreprecio que estaria beneficiando a individuos en perjuicio de nuestro pais. Todavía es un misterio el por qué PDVSA firmó con esta empresa intermediaria y no con la empresa dueña del equipo directamente, sobretodo porque parece existir un apreciable sobreprecio en la contratación. Es contando con su calidad ciudadana que estoy seguro de que usted puede ayudarnos a esclarecer el misterio de la citada empresa. Aunque la investigacion de posibles fraudes a la nacion no forma parte de sus deberes diplomáticos, apelo a su condicion de ciudadano para ayudarnos en este caso, sobre el cual la fiscal general y PDVSA han permanecido en total silencio.
Atentamente,
Gustavo Coronel.
POR
FAVOR, AYUDE!!!
Sr.Embajador:
Y, ahora, excúseme, porque tengo que ir a votar!
Como este batracio indigno no puede responder a los señalamientos que Ud. le hizo con todo el respeto del mundo, acude, en su yan o tan recién estrenado ropaje de antiyankee a la necia insinuación de "agente de la CIA". Algún día tendrá que responder por su inconsecuencia.
ResponderEliminarAcá un ejemplo de la ocnducta de este "funcionario":
http://www.vcrisis.com/index.php?content=esp/200508171225
por 10 grandes lo hago desaparecer, no quedaran ni los huesos, el dolor extra es gratis
ResponderEliminarLo que asombra aqui es que el mebajador pido el derecho a pensar diferente pero en realidad lo que esta pidiendo es el derecho a no pensar.
ResponderEliminarUNA VEZ MAS CORONEL HACIENDO DE SABELOTODO Y SALE CON LAS TABLAS EN LA CABEZA.
ResponderEliminarAPURATE A VOTAR PARA QUE EL 12% DE VENTAJA DE MADURO SEA MENOR.
DESPUES TE DIRE COMO TE QUEDO EL OJO.
EL PATRIOTA
Sr. Coronel, mi admiración y respeto hacia usted. Una vez más demuestra que es Ud. un gran venezolano, consciente de la patria real, no esta caricatura de patria que la seudorrevolución ha instalado en la mente de más de siete millones de personas signadas por el inmediatismo que abraza a intelectuales, diplomáticos, académicos, científicos, y un gran etcétera. Siga escribiendo, pues una vez más le asiste la razón, defendida con la calidad de su escritura, la razón de sus palabras y su firme convicción de venezolano.
ResponderEliminarAtentamente,Marcos González. Desde Valencia, estado Carabobo. Venezuela
Ajá, ya vuelve el loco habitante, JG, pensando disfrazarse como...quién sabe. Es que sigues haciéndote el pendejo...
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