Cuatro mujeres
desvergonzadas; Tibisay Lucena, Sandra Oblitas, Socorro Hernández y Tania D’Amelio
están en la raíz del desastre moral que es el proceso electoral venezolano.
Estas cuatro mujeres carecen por completo de autonomía de acción, obedecen ciegamente las
órdenes del régimen de Maduro, es decir, las órdenes del sátrapa cubano Raúl Castro.
La interacción de estas cuatro mujeres desvergonzadas con Maduro es una
payasada indigna. Maduro pide el recuento el dia de las elecciones, luego dice
que se atiene a lo que diga el CNE que estas mujeres “representan” y que debe
acatar los resultados. Pero al ir a UNASUR, le convencen de ir a un recuento y,
entonces, se voltea y ordena a las mujercitas que lo lleven a cabo, es decir,
las desautoriza y las trata como bedeles. Pero las mujercitas se le alzan y
dicen que la auditoría se llevará a cabo pero que los resultados son irreversibles.
A quien se le ocurre que se
vaya a hacer una auditoria pero que tal auditoria no pueda alterar los resultados?
Solamnte a estas desvergonzadas. Porque
lo que están diciéndole al país es que, no importa lo que diga la auditoria, esta vaina se queda así porque nos dá la
gana, como si ellas fueran una desireé santos cualquiera.
Y, entonces, como queda el
soberano bolsa de Nicolás ante estas cuatro harpías? Hay o no hay auditoria? Y,
como se va a hacer esta auditoría? Será
presenciada por la oposición? Por observadores internacionales? Si va a ser una
auditoria de verdad, como pueden estas cuatro decirle al país que “no se hagan
expectativas, que esto se queda así”? Como es posible que digan que el proceso
electoral “ya culminó”, si falta hacer
una auditoria?
Estas cuatro mujeres deben
ser separadas de inmediato del CNE, antes de comenzar la auditoría, si es que
el país desea que se haga a lo objetivo e imparcial. Con estas cuatro mujeres
tal imparcialidad es imposible de lograr, la auditoria va a ser una extnsión
del fraude.
Valdría la pena preguntar: quien
nombró a estas cuatro mujeres para el CNE? Como lo hicieron? Se cumplieron los requisitos para hacerlo? Estas
mujeres son una verguenza nacional.
El país debe reaccionar
contra el insulto que representa la presencia de estas cuatro mujeres en el
CNE. De donde habrán sacado a estas señoras, o a Luisa Estella o a Gabriela, o
a Luisa Ortega, o a Iris Varela?
No son representativas de la
mujer venezolana!
No hace falta vender su cuerpo para ser llamada PROSTITUTA...
ResponderEliminarPor cierto, es la única parte del análisis del general Peñaloza, quien creo está apuntando al real problema, que no comparto. Según él, estas cuatro brujas, como nadie en el CNE, conoce cómo se alteran los resultados en Cuba, que son monitoreados en tiempo real. Yo sí creo que lo saben. El oscuro personaje detrás de todo sería Jorge Rodríguez.
ResponderEliminarUna vez más, creo que la MUD debería hacer un pronunciamiento sobre la gravísima denuncia de Peñaloza, para avalarla o desmentirla:
http://www.puestodecombate.org/