Todavía re-leo una vez al año esta
maravillosa trilogía. Reafirma mi fé en el poder de la perseverancia y de las
iniciativas. De inmediato agregué a su
protagonista, Gastel Etzwane, a mi lista de héroes preferidos.
Ya capturado por esta maravillosa
obra me dí a la tarea de buscar nuevas obras de Vance: “Las Crónicas de Cadwal,
“La Tierra Agonizante” (The Dying Earth), Big Planet, ´Vivir para siempre”(To
live forever”, “Alastor”. Vance escribió
unas 60 novelas de este tipo, algunas de las cuales están out of print, excepto
por una colección de sus obras completes publicada hace unos años, que vale unos
$2500 y pocos pueden comprar. En www.amazon.com
, sin embargo, hay un buen mercado secundario de sus obras.
Que es lo maravilloso de Vance?
Su prosa. Es deleitosa, inimitable. Lean esta manera de comenzar “Throy”, su tercer libro de la trilogía “Las crónicas
de Cadwal”. Lo pondré primero en español, en mi traducción muy imperfecta y,
luego, en el original en Inglés:
“A mitad del camino hacia el
brazo Perséico, cerca del borde del Alcance Gaénico, un caprichoso giro de
gravitación galáctica ha atrapado 10.000 estrellas y las ha envíado a un desvío
con un lazo y un adorno en su ápice. Este collar de estrellas es el Manojo de
Mircea”.
En Inglés: “Halfway along the
Perseid Arm, near the edge of the Gaean Reach, a capricious swirl of galactic
gravitation has caught up ten thousand stars and sent them streaming off at a
veer, with a curl and a flourish at the tip. This strand of stars is Mircea’s
Wisp”.
Elegante, verdad?
Y así es todo lo de Vance. Su
deseo fué el de poder hacer antropología en otros mundos. Sus novelas hablan de
conflictos y soluciones en planetas lejanos donde la tecnología y la magia co-existen
en armonía, siempre con algun recuerdo nostágico para la madre Tierra. En “Big
Planet” pinta una aldea donde los
sirvientes y los señores se alternan en sus roles, lo cual hace que cada quien
pueda ser poderoso y humilde en uno u otro momento. En otra de sus obras el
protagonista llega a un planeta y el
hotel donde va tiene cinco puertas, dependiendo del status social del viajero,
pero el hotel es el mismo, aunque cada quien paga segun su estatus. En “La Tierra
Agonizante”, “The Dying Earth”, Vance nos regala a Cugel, un ingenioso pícaro memorable, a la usanza de
Tartarín de Tarascón ( obra de Alfonso Daudet), Till Eulenspiegel o El
Lazarillo de Tormes.
Su tema constante es el triunfo
de la perseverancia.
Su influencia sobre otros grandes
de la ciencia-ficción y de la fantasia-ficción ha sido enorme. El autor de “Game
of Thrones”, George Martin, lo tuvo como idolo.
Jack Vance acaba de morir, en su
sueño, a los 96 años. Quienes éramos sus devotos lectores acariciábamos la
esperanza de que Vance sería eterno. Sin embargo, si hemos de creer a Ray
Bradbury, si la la gente muere cuando deja de hacer lo que ha hecho toda su
vida, Vance ya tenía algunos años de muerto. Ciego, muy anciano, había dejado de
escribir. Para todo efecto, no era Jack Vance sino su dulce memoria, descansando
en sus glorias en su casa de Tiburón, California, contemplando el mar.
Jack y Norma Vance, 1997
Pero, que memoria, que
maravillosa presencia nos deja. Tenemos sus obras, golosinas para el intelecto,
su prosa que alguien asemejó, por su elegancia y delicadeza, a huevos de Fabergé, su sentido del humor, sus
agudas observaciones sobre la naturaleza humana.
Nos vemos en Durdane, Jack.
Soy coleccionista de la obra de Vance. . que ha marcado toda mi vida. Mi padre me inició en su lectura a los 11 años, y ahora, con 46, sigo leyéndolo. Pienso que tuvo una vida increíble, que plasma en sus novelas. Era muy gracioso, un ser único, especial. Muchos no captan su grandeza, y es una pena. Bonito comentario.
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