Solución o illusion?
Cuando éramos niños y jugábamos “pelota”
la “partía” podia llegar a extremos tan asimétricos de 11x0 o 32x1 que los
jugadores se aburrían y comenzaban a pedir “otra partia”. Se terminaba la que
estaba en curso y se procedía a estructurar nuevos equipos, tratando de que la
contienda futura fuera más balanceada.
A veces, cuando escucho a
distinguidos analistas politicos como Oswaldo Alvarez Paz o Alberto Quirós
Corradi hablar de una nueva Constituyente como la solución posible a nuestra
pesadilla institucional y social, ello simplemente me
suena a pedir “otra partía”. Un
deseo de los jugadores frustrados para recomenzar, confiando en que la nueva “partía”
si será lo que ellos desean que sea.
También de mi niñez recuerdo un
dicho, no muy elegante pero popular entre mi mayores: “deseos no empreñan”, el
cual relaciono – de igual manera – con el pedido de una nueva
Constituyente. Y, para terminar con
tanta relacionadera, recuerdo lo que decía Einstein: “La locura es repetir lo
mismo una y otra vez, esperando obtener un resultado diferente”.
El lector habrá adivinado a estas
alturas que no tengo mucha fé en una nueva Constituyente como solución. Sospecho
que sería más de lo mismo, además de costosa y creadora de expectativas muy
difíciles de realizar. Equivaldría a tallar un nuevo Cristo para reemplazar el
viejo que tenemos en la iglesia, esperando que el nuevo sea más milagroso que
el anterior.
Una Constituyente es un volver a empezar, un remozamiento
facial para una señora que muestra arrugas
e imperfecciones. Pero así como un “face lift”no puede terminar con el
proceso de envejecimiento, así la Constituyente no puede hacernos una sociedad
más responsable, más solidaria, más dedicada, en fin, más civilizada. Porque lo
que realmente importa en una sociedad no es una constitución, más o menos, que de esas llevamos como 28, sino la actitud
de los ciudadanos. El remozamiento facial permite un periodo breve de rejuvenecimiento para luego causar un
efecto contrario y peor que el original, lo cual requerirá…. otro remozamiento
facial, hasta que la persona no se parezca en absoluto a lo que era sino a José
Vicente Rangel. Una rígida máscara que no puede sonreír sin evitar un silbido
intestinal.
Una Constituyente se vende como
una “refundación”. Una nueva
constitución, una asamblea y no un congreso, o viceversa, un poder más o
menos, nuevos ministerios, eliminar algunas
disposiciones legales, quitarle el voto
a los militares, como si en el voto radicara su poder, terminar con el control
de cambios… que se yo. Pero, estos cambios, deseables o no, son todos cambios
de forma, no son cambios de fondo. Los cambios de fondo son los que se
relacionan con la manera como el venezolano ve su papel en la sociedad, si uno
de cooperación al progreso colectivo o
uno de disfrute de la riqueza ajena y del “como quedo yo ahí”. Creo que una Constituyente puede ser no
solamente inefectiva sino peligrosa, en cuanto ofrece la falsa illusión de que
representa la solución a nuestros problemas como sociedad. No estamos lejos de la anterior, la cual fue vendida por
un forajido y comprada por millones de venezolanos como una panacea. En
la práctica se convirtió en la herramienta mediante la cual se eliminaron los
restos de la democracia y se consolidó un sistema autocrático y abusivo.
Me asusta la idea de otra
Constituyente, por lo que digo arriba. Comprendo los buenos deseos de quienes
la promueven pero creo que estamos tratando de resover un problema del alma con
cirugía plástica.
"Solo una descentralización que haga pasar las resultas petroleras por los bolsillos de los ciudadanos, antes de llegarle al presidente, gobernadores, alcaldes y círculos íntimos, nos hará país, en lugar del poblado que somos."
ResponderEliminarhttp://www.eluniversal.com/opinion/120126/el-12-de-febrero-yo-votare-por
Por una vez no estoy de acuerdo con Ud. Frente a esta situación, con todos los poderes secuestrados y un Estado chavista, con un mamotreto de Constitución que nunca satisfizo, hay que disolver todos los poderes y redactar un documento sencillo, de principios generales y no normativo de todo (para eso están las leyes).
ResponderEliminarLamentablemente la experiencia histórica perece estar de su lado pero, por una vez, creo que no queda otro remedio. Opinión de un lego, porque no soy abogado, menos constitucionalista.
Hay que construir a Venezuela por completo, dejar ésta a un lado y hacer otra.
ResponderEliminarUna constitución con 7 artículos, 1/2 docena de leyes orgánicas, 1 docena de leyes ordinarias y algún decreto.
4 ó 5 Ministerios y un total de 200 empleados públicos en todo el país incluyendo el presidente.... Y lo de las resultas petroleras de Per Kourosky