**** A fuerza de hacer telenovelas Venezuela
ha terminado por convertirse en una.
La trama de la telenovela
venezolana es rica en detalles tragicómicos:
un país donde quien dice ser presidente
es un ex-chofer de autobús semi-analfabeta, un país donde hay más ministerios
que en los Estados Unidos, con nombres que se abrevian, por ejemplo: Minipopupaijupa,
es decir, el ministerio del Poder Popular para Interiores, Justicia y Paz. Donde no hay papel tualé pero el gobierno
regala millones de dólares a sus amigos de la región. Donde hay apagones a cada
rato pero el gobierno regala plantas eléctricas a Nicaragua y Cuba.
En cada capítulo el gobierno
denuncia un intento de magnicidio o de conspiración. Generalmente hablan de Colombianos quienes “pasan la frontera a
tratar de matar al presidente”. Un tránsfuga de la democracia habla
incesantemente de aviones estacionados en tierra Colombiana , manejados por grupos de comandos de la oposición “asesorados
por Alvaro Uribe” que se preparan para invadir a Venezuela. Sin embargo, en
paralelo, quien funge de presidente del país va a Colombia a abrazarse con el
presidente de allá, sin mencionar ninguna de estas acusaciones. Humor cínico en
su maxima expresión.
Otro de la familia real
El gobierno está integrado por hampones e
invertebrados pero ha hecho de la lucha contra la corrupción su lema! Quien vea
estos capítulos tendrá que reírse de la ignorancia del pueblo que cree en esas manifestaciones o llorar del descaro y
desverguenza del gobierno cuando aparecen en TV Diosdado Cabello, Nicolás Maduro o Rafaél
Ramírez predicando la honestidad!
En algunos capítulos se verán a
los niños recién nacidos colocados en cajas de cartón en las maternidades del
Estado mientras el presidente viaja con un séquito de 100 personas a “visitar
al Papa”. También podrá observarse como las refinerías explotan por desidia del
régimen y se importa gasolina a $140 dólares el barril para venderla a $14 el
barril en el Mercado Interno.
Habrá un capítulo que muestre a
un gobierno que abandona el deporte en
el país pero le da $50 millones al año a una empresa Inglesa para que un sinverguenza
amigo del régimen corra un auto en Fórmula Uno sin éxito.
Un buen título
La telenovela de Guayana mostrará
una empresa que importa acero teniendo siderúrgica,
importa aluminio teniendo dos plantas que fabrican ese metal, importa bauxita teniendo
inmensas reservas de ese mineral, importa tubería petrolera teniendo una planta
para manufacturarla. Mientras tanto, en otro capítulo se verá como el gobierno importa comida de Bolivia , Haití y República
Dominicana y toallas sanitarias desde China, mientras promueve el uso de
tollasde tela y la utilización de la sangre menstrual como abono para el huerto
familiar. Capítulo de terror.
Varios capítulos estarían
dedicados a los médicos revolucionarios “express”
quienes no saben escribir una receta, a los magistrados del Tribunal Supremo de
Justicia que tienen un coro de castrati que canta su adhesion al régimen o a los
militares quienes salen disfrazados y pintorreteados dando gritos que violan su
juramento de lealtad a la constitución.
Habrá que reírse, para no agarrar
el monte, al ver la porción de la
telenovela sobre la faja del Orinoco, donde hay
unas 20 empresas extranjeras dando vueltas por la región como gallinas
descabezadas y en 15 años no han logrado construír un solo mejorador de crudos
en esa región, no han aumentado la producción pero, eso sí, han guardado
silencio ante la elaboración de cálculos fraudulentos de reservas probadas para
engañar al mundo.
Se dedicará un capítulo entero a
la Misión Vivienda, que dice construír 300.000 viviendas al año cuando
construye unas 30.000 (y va que chuta), se roba millones en el proveso y hace
grandes ceremonias gubernamentales para entregar unas cien casitas, algunas de
las cuales se caen al cabo de pocos meses.
Habrá actuacion especial de los
embajadores, ye sean los patanes de
nuevo cuño como Isaías Rodríguez que dan
la cómica en público y en privado o funcionarios de carrera a lo Chaderton Matos que
representaron alguna vez a la Venezuela democrática y hoy ensucian su
nombre sirviendo, por dinero, un régimen
abusador y asesino de libertades.
El libretista tendrá mucho
material para el diálogocómico, ya que los funcionarios públicos tienen un lenguaje
particular que desafía todas las reglas del buen hablar. Por ejemplo, millones
y millonas; o no saben cuanto es 8x7; o creen que el hombre llegó a la Tierra
hace dos mil años o que Marte estuvo habitada pero fué destruída por la CIA. O
piensan que Estocolmo es la capital de Finlandia o que Portugal tiene fronteras
con Venezuela. Gran fuente de carcajadas.
Habrá que reírse, para no llorar,
cuando se muestren generales del
ejército y otros funcionarios del régimen designados como aliados/cómplices de los
traficantes de drogas por los Estados Unidos, país que es el mejor cliente para
el petróleo venzolano (uno de los pocos que paga completo).
Reiremos y nos avergonzaremos de
la empresa petrolera venezolana, en cuyos aviones viajan parásitos
latinoamericanos, artistas de cine que vienen a recibir dinero del gobierno,
prostitutas de postín y los familiares del difunto cada vez que desean ir a
París o Disneyworld. Una empresa petrolera que importa comida podrida, que
siembra yuca, adoctrina ideologicamente a sus empleados, sirve de tranporte
para quienes deben ir forzados a votar por el régimen, contrata con bolichicos
y boliburgueses, arrienda gabarras que se hunden y taladros que no existen,
compra equipos que a veces dejan anclados en los puertos por años y que trata de
explicar sus fracasos argumentando que “son culpa de los inflitrados de la
derecha en sus nóminas”!!
Nadie, ni siquiera un Gabriel
García Márquez o un Mario Vargas LLosa, pudiera haber imaginado la Venezuela de
estos años, un país donde el absurdo supera cualquier intento de realismo mágico.
Un país que no muchos toman en serio en la comunidad de naciones y que ni
siquiera es tomado en serio por una
buena parte de su población, la cual ha llegado a sentirse como protagonista de una cursi telenovela. Y
es que Venezuela dejó de ser un país para ser una telenovela. Te la pusieron
bombita, Ibsen.
Que triste caso el de Venezuela, de gente tan orgullosa de su historia y de terminar como un país del cuarto mundo.
ResponderEliminarPara aquellos que leen en ingles les recomiendo este articulo que apareció el Journal Of Democracy http://www.journalofdemocracy.org/article/latin-america%E2%80%99s-authoritarian-drift-threat-populist-left