La canalla parásita: Pastor Maldonado

 

El difunto y el parasite embusacados en la bandera

 

Hoy viernes 27 de septiembre de 2013 el venezolano Pastor Maldonado aseguró que no teme por su futuro en la Fórmula 1 después de la muerte de Hugo Chávez, que a través de la empresa estatal PDVSA hizo de mecenas del piloto de Williams.  "Actualmente no (temo)", respondió Maldonado en una entrevista que publica la revista "F1 Racing" en su número de octubre.

Cual es la razón que da para no temer? : "Tengo buena relación con PDVSA", añadió el piloto de 28 años nacido en Maracay. Y agregó: “La muerte de Chávez es una gran pérdida para el país, no sólo para mí, y lo echamos de menos. Pero, tristemente, así es la vida".  Maldonado reiteró que ve posible proclamarse campeón del mundo a bordo de un Williams, pese a que la mítica escudería está lejos de su mejor momento. “ Es posible y tenemos el potencial para luchar por el título", dijo el venezolano a "F1 Racing". Maldonado, que fue protagonista de varios choques dentro y fuera de la pista con otros pilotos, aseguró que ya conduce con más calma.

 

Estas declaraciones de Pastor Maldonado muestran la impudicia que caracteriza al grupo parasitario que está enquistado en el poder en Venezuela. Así como el hijito de Nicolás Maduro dice que su nombramiento para un trabajo que no conoce  “le toca por ser hijo del presidente” así este otro especímen afirma que seguirá bajo el patrocinio de PDVSA por que tiene buena relación con la empresa, léase conchupancia con Rafaél Ramírez.

 

El componente ético de esta relación brilla por su ausencia. Amparado en un contrato suscrito sin transparencia alguna entre PDVSA y la empresa Williams, el cual le cuesta a la nación alrededor de $200 millones (doscientos millones de dólares de los Estados Unidos), es decir, unos ocho mil millones de bolívares en el mercado negro, que es el único que realmente existe en Venezuela. Mientras tanto, hay hambre, desempleo, salarios de miseria, para miles de venezolanos.

Nadie con dignidad hubiese aceptado este trato. Maldonado corre un auto de carreras que solo una vez se ha visto en Venezuela, lo corre en circuitos exóticos,  un deporte que nadie practica en Venezuela, disfrutando de grandes viáticos, llevando a cabo una actividad totalmente desconectada del país. Esto es una salvajada de Maldonado y de Ramírez.

Así Maldonado ganara el campeonato mundial, como él dice en su surrealista y cínica entrevista la relación sería inmoral, dada la condición miserable del país. Pero es que el tipo es un fracaso como deportista. Se ha ganado castigos por ser el “niño malo” de la fórmula uno, al chocar y violar regulaciones en carrera. La única vez que ha visitado Venezuela con su auto, para “demostrar” sus habilidades, lo chocó en Los Próceres. Su récord en los dos años que lleva corriendo con el patrocinio de PDVSA ha sido muy mediocre.

Y, con la impudicia característica de la gentuza que maneja el país, nos dice que es posible que pueda llegar a ser campeón del mundo. El mismo desparpajo del difunto cuando anunciaba la “soberanía alimentaria” y del mentecato que lo reemplazó cuando habla de “terminar con la corrupción”.

Pero el problema no es tanto esa gentuza como el silencio y la resignación de millones de venezolanos estafados, humillados, insultados y perseguidos por la gentuza. Muchos compatriotas parecen haber aprendido a vivir como esclavos.  Y aí no se puede lograr una Venezuela moderna, libre y progresista. Así vamos al galope para el siglo XIX y la Guinea Ecuatorial.

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