Reflexión Dominical
Un artículo pubicado hoy por el
General (r) Fernando Ochoa Antich ( “Mi Alerta a la Fuerza Armada”, El
Universal) contiene el siguiente párrafo:
“La patriótica actuación de la Armada de iniciar, de nuevo, el tradicional
patrullaje que siempre ha realizado en nuestra zona económica exclusiva condujo
a la detención por el patrullero venezolano "Yekuana" del buque
RV Teknik Perdana, contratado por la transnacional Anadarko para realizar
labores de exploración petrolera. Esa actuación ratificó en mí la fe, que
siempre he tenido, en la Fuerza Armada Nacional”.
Es importante este párrafo no
tanto por lo que dice sino por lo que no
dice. Parece fácil de satisfacer esa
fé del General Ochoa Antich en la Fuerza Armada Venezolana a la luz del comportamiento de esta institución,
especialmente durante los últimos 15 años. En efecto, parece suficiente que
ocurra un acto de fuerza militar como el descrito por el General Ochoa Antich
para que su fé en la institución se ratifique,
lo cual significa que nunca ha
desaparecido .
Esta postura un tanto estrecha de
un culto e inteligente oficial de nuestra Fuerza Armada me reafirma en la creencia de que la
existencia misma de la Fuerza Armada venezolana es como un cáncer para la
nación y que el progreso de Venezuela será difícil mientras exista una
institución armada parasitaria como la que hemos tenido por años, la cual – en varios períodos de nuestra
historia – ha servido más para apuntalar dictaduras y autocracias corruptas que
para responder a su misión de defender
la inteegridad de nuestras fronteras. Esta misión de defensa territorial
representa, esencialmente, casi su única
misión, pués otras asumidas en algunos
momento, como las de agente de ayuda social (Plan Bolívar 2000), lucha contra
la droga y el terrorismo y la custodia de puertos y aeropuertos no solo han
sido mál llevadas a cabo y fuentes de gran corrupción, sino que no requieren la existencia de una Fuerza Armada
como la que existe en Venezuela. Pudieran estar a cargo de una más compacta y
especializada Policía Nacional.
Es imposible no darse cuenta del
factor de distorsión y perversion que ha representado la Fuerza Armada Venezolana
en estos últimos 15 años, así como la que representó durante los diez años de
dictadura perezjimenista. Lo sucedido durante este periodo “revolucionario”,
sin embargo, no ha podido ser peor. Tenemos una Fuerza Armada que ha
convalidado todos los abusos de poder del paracaidista difunto y, ahora, las absurdas rusticidades de Nicolás. Una
institución que ha permanecido en silencio cuando se commemoró la invasion Cubana
por Machurucuto, que ha desfilado en celebración del golpe gorilesco de 1992,
cuyos miembros han saludado y marchado sin chistar al canto de “Patria o Muerte”, cuyos generales
llenos de medallas no ganadas donde se ganan las medallas pronuncian discursos
de asquerosa sumisión ideológica antes de cada desfile. Esta institución ha
guardado silencio frente al trágico tráfico de drogas y ha permitido que esta
práctica se enquiste entre sus filas, sin que haya una reacción decidida y
digna. Esta institución ha permitido y hasta promovido con entusiasmo un
asimétrico tratamiento preferencial para sus integrantes por parte de un
regimen podrido, cuya intención es la de mantenerla como su aliada, su
cómplice, un tratamiento que representa un verdadero insulto para la sociedad venezolana que no porta uniforme. Se requería, frente a esta acción de soborno,
una posición digna de la institución, una postura que reafirmara su condición
de garante de la constitución nacional, la cual habla claramente de un tratamiento
igual para todos los venezolanos y no admite la existencia de castas
privilegiadas.
Por supuesto, pedir la
eliminación de la Fuerza Armada Venezolana, como parte de una política de radicales
reajustes en la filosofía del estado
Venezolano es poco más que una expresión de deseos poco probables de
cristalizar en el mediano plazo o, quizás, en el más largo plazo. Me limito a
hablar de ello abiertamente por aquello de que las blafemias de hoy serán las
verdades naturalmente aceptadas del mañana.
Venezuela nunca llegará a ser una
sociedad progresista y civilzada mientras continue alimentando mitos y no
extirpe los tumores malignos que existen
en su anatomía de Estado. Uno de ellos es la continuada presencia de una
Fuerza Armada “forjadora de libertades” que ha sido, historicamente, un pilar de apoyo de repugnantes autocracias. Otro es el mito del control estatal sobre las industrias “básicas”, el cual mantiene al estado en la obligación de
gastar inmensas sumas, que deberían destinarse a propóitos de verdadero
desarrollo, para mantener burocracias
tan frondosas como improductivas. Mientras no seamos capaces de mirar de frente
y sin complejos nuestras realidades seguiremos siendo un país de zarzuela,
donde el presidente de turno conversa con pajaritos preñados y “decide crear” un
vice-ministerio para la Suprema Felicidad, sin que lo metan en el manicomio
Costa Rica.......con ese estilo de gobierno de un pais sin militares es un ejemplo de un pais con un alto nivel de vida, sin petroleo, solo con agricultura, turismo y educaion.
ResponderEliminarPara alla deberiamos ir..........les guste o no.
Lo siento si no les gusta la idea pero definitivamente es un ahorro de dinero que se debe destinar a la salud, a la seguridad interna (policia, fiscalia, juzgados) y a la educacion. NO mas compras de armas inecesarias y no mas pago de nomina a militares muy bien pagados para hacer poco o nada. Ya Bolivar los hubiese mandado a su casa.
Mala traducción! No es notando es tomando nota
ResponderEliminarOchoa fue el principal conspirador del 4F junto a Rafael Caldera. En el libro "LA REBELION DE LOS NAUFRAGOS" se cuenta la historia tal como ocurrió. Te darás cuenta que todo lo que hizo Ochoa fue favorecer a la logia conspiradora y entorpecer las averiguaciones que se venian desarrollando desde 1985 con la conocida "noche de los tanques" episodio sobre el que el fallecido S.A. Consalvi como Presidente Encargado en ese momento, nos quedo debiendo un libro. Con lo que pasó esa noche, de un solo coñazo se eliminaron dos promociones para favorecer el ascenso de la promocion de Ochoa y detener todo tipo de averiguación en contra de los que se sublevarían para derogar la democracia en 1992.
ResponderEliminarCon la "Noche de los tanques" (1988), se reveló la verdadera cara del plan urdido por Ochoa y su íntimo amigo Santeliz: truncarle la carrera al General Jose Maria Troconis Peraza, el que puso a Colombia a dos horas de joderse si no le sacaba la ARC Caldas de aguas venezolanas en 1987. Venezuela se perdió el dia que Troconis fue pasado a retiro por el plan maquiavélico de Ochoa que fue artero.
ResponderEliminarTraduje el sentido de la frase de Eliot. Creo que eso es suficiente. Hubiera deseado algun comentario sobre la sustancia del escrito, más que este comentario sobre la traducción de la cita de Eliot. Pero, se agradece, de todas maneras,
ResponderEliminarGustavo
Es la primera vez que leo un articulo con tantas verdades y que refleja el sentir de LA SOCIEDAD CIVIL,en su mayorìa, pues de respetarlos y admirarlos, como era costumbre en este país,pasaron a demostrar contundentemente todos estos personajes civiles, retirados, de baja y activos, la PODREDUMBRE de las màs insòlitas actuaciones que mente humana pudo imaginar jamàs, aunque en los niveles sociales de escasos ingresos económicos, todavìa hay la admiraciòn por las funciones Constitucionales que les corresponden ejercer, pero en estos quince años desbordaron o como bien refleja la enfermedad cancerìgena drenaron toda clase de actividades contrarias a su formaciòn profesional y lamentablemente el mejor modelo de ANTIVALOres, que historia alguna haya podido recoger
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