domingo, 13 de octubre de 2013

Siento verguenza del pobre hombre que está en Miraflores



Todos los días un disfraz diferente, este es de Pocahontas

No hay nada indigno en ser chofer, especialmente si se es un buen chofer responsable, un chofer que vaya a trabajar todos los días. Pero es indigno ser un mál chofer, un reposero. Siento verguenza por él .

No hay nada pecaminoso en nacer en un país dado. Lo pecaminoso es ocultar y tergiversar la información sobre su nacimiento para obtener un beneficio personal. Por eso tengo verguenza por él.

Todos los ciudadanos  tenemos el derecho a aspirar a los niveles más altos de la jerarquía política. Pero todos tenemos el deber de prepararnos para ocupar esas posiciones. No es posible ser un analfabeta y pretender las máximas jerarquías. Eso es corrupción, inmoralidad, falta de dignidad. Por eso tengo verguenza de él.

Presentar una candidatura presidencial en un país democrático, cumpliendo con los requisitos para hacerlo es lo normal. Presentar una candidatura en violación de la constitución y las leyes del país, comprar conciencias para hacerlo, engañar al pueblo, apoyarse para sus propósitos en los deseos enfermizos de un sátrapa difunto, a espaldas del proceso democrático que debe regir en un país civilizado,  es anormal y es corrupción. Por eso tengo verguenza de él.  

Ser leal a los amigos es una cualidad. Obedecer ciegamente las órdenes de un amigo  para  mentir, falsificar, negarle la verdad al país, es complicidad. Por eso tengo verguenza de él.

Pararse frente a un auditorio a expresar una opinión es  democrático  e inobjetable. Aprovechar una posición de autoridad para presentarse ante una Asamblea Nacional (por más mediocre y arrastrada que sea) para mal leer un discurso cursi, incoherente, cínico, lleno de mentiras y de citas absurdas que no vienen al caso y, para rematar, muy fastidioso, es abusar de esa autoridad, es un acto de corrupción en la función pública. Por eso tengo verguenza de él.

Pedir el cese de la corrupción, luchar en su contra, es de aplaudir. Lo que es censurable e inaceptable es que quien pida ese cese sea un corrupto, un inmoral, un mentiroso, que esté rodeado de corruptos y lo sepa, porque los  celebra y los promueve y, para rematar, acuse a sus adversarios políticos de ser los corruptos. Por eso tengo verguenza de él.

Buscar la integración regional, ayudar al vecino, es propio de estadistas. Vender la soberanía nacional a un país extranjero que decide por nosotros asuntos de estado o vender la soberanía económica y petrolera porque necesita dinero para seguir corriendo la arruga y mantenerse en el poder, revela una personalidad anormal, patológica, pequeña, una mente colonizada. Por eso tengo verguenza de él.  

Buscar la presidencia de un país es normal. Pero buscarla para, una vez lograda a como de lugar, no gobernar, limitarse a insultar a sus adversarios, denunciar hechos fantasiosos y  pasear por el planeta en un avión alquilado a otro país, pidiendo limosna y acompañado de familiares, amigos, cocineros y guardaespaldas, eso es inaceptable para el país. Por eso tengo verguenza de él.

 

Pero también siento verguenza de tantos venezolanos quienes, sabiendo perfectamente lo que nos está sucediendo, mantienen un silencio cómplice, a fin de seguir viviendo de manera muelle, rodeados de pudrición por todas partes, testigos impasibles del saqueo al erario público. No me refiero a los miembros directos de la pandilla porque esos son malandros activos. Me refiero a quienes ven los toros desde la barrera:  magistrados del TSJ,  militares,   burócratas del Poder Moral y del CNE,   embajadores que guardan silencio desde Washington, España, Singapore o Bogotá, gente que una vez tuvo pretensiones de honestidad y  ha decidido servirle al analfabetismo autocrático. Esa gente no tiene perdón posible.

La verguenza es tan grande que, si no fuera por la esperanza que aun tengo de asistir a una rebelión popular contra esta marabunta, la cual nos devuelva el honor nacional perdido, ya hubiera roto mi pasaporte de venezolano.

Así de asqueado me siento.      

 

 

 

1 comentario:

  1. Yo tambien me averguenzo de ese 'ique' presidente. Pero porque nos lo calamos, cuando vamos a decir basta a tantas injusticias?

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