Nicolás,
chico:
Sigues
en tu carrera hacia la esquizofrenia, aflicción caracterizada por alucinaciones
y pensamiento caótico, sin que haya un loquero a tu lado que se apiade del
pobre país y te envie a un manicomio o, peor, a Cuba. Hace unos días informaste
al sufrido pueblo que se había encontrado en la basura del Metro de Caracas una
bolsa de papel arrugado que se parecía al difunto. “Se me paró el pelo”,
dijiste, agregando una muestra más de ignorancia a lo que es ya tu nutrida
antología. Al hablar de estas cursilerías continúas embruteciendo a tus
seguidores, sigues contribuyendo a la mediocrización de una sociedad que ya se
encuentra en los niveles inferiores del desarrollo gracias a la demostración de
vulgaridad e ignorancia que el difunto y tú le han dado. Lo del pájaro y,
ahora, lo de la bolsa de basura, están diseñados para promover la superstición
y la ignorancia de un pueblo que ha involucionado dramaticamente desde que las
alimañas están en el poder.
Ayer
añadiste otro raya a tu ya bien ganada reputación de bufón. Decretaste las parrandas: “todo el mundo a las parrandas, en
todas las calles, la plazas de nuestra patria…. decretamos que el fin de año
2013, noviembre y diciembre, serán meses de felicidad, de participación, de
alegría, así que los invito mañana a desatar, viernes primero de noviembre, la
parranda, la felicidad y la rumba”. Lo único que es necesario desatar
en Venezuela, chico, es una rebelión abierta contra tí y tus payasos, por la
manera vergonzosa como pretendes jugar a la presidencia, rebuznando pero, eso
sí, apoyado por una Fuerza Armada a la cual le han caído a realazos.
Que
tristeza verte disfrazado de Rey Momo en Noviembre, decretando la parranda en un país donde mueren
20.000 personas cada año, muchas de ellas asesinadas por la policía del
régimen, donde otros miles son secuestrados impunemente, donde los malandros empleados
por el régimen distribuyen afiches exponiendo a venezolanos decentes al odio
público. No has progresado nada, chico, desde que eras un reposero del Metro de
Caracas.
Sigues
pensando que es suficiente con decretar la parranda en un país miserable donde
la gente, como bien dice hoy Laureano Márquez en términos más castizos, se cae
a golpes por un pedazo de pollo podrido. Donde la gente se ve obligada a andar
con los fundillos sucios porque no hay papel para limpiarse. Donde, con un
barril de petroleo a $100, el hamponato disfrazado de ministros de finanzas, de
planificación y de energía endeuda al país a niveles nunca vistos antes en
nuestra historia y donde se importa gasolina para regalarla, el símbolo por
excelencia del fracaso y la irresponsabilidad del régimen.
A
pesar de decretar la parranda y la felicidad, tu torva personalidad no puede
evitar el ataque a quienes disienten de tus bufonadas. Dices: “ Mientras los
amargados conspiran con su amargura para echarnos a perder la vida, que la vida
continúe en paz". Como puede continuar la vida venezolana en paz si el
malandraje que te rodea comete a diario toda clase abusos de poder, roba,
hostiga, expropia y aprisiona? A Venezuela regresará la paz algun día pero no
será sino después que el país haya podido sanar de las terribles heridas que le
ha causado el régimen del difunto que representas hoy.
Si
quieres que la paz regrese a Venezuela, véte bien lejos, chico, junto con la tribu nepótica que ha
creado la “primera combatiente” y llévate a la pandilla que ha arruinado
material y espiritualmente a nuestro país.
Esta' de psiquiatra........
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