Nueva carta a los reyes de Holanda

 

Estimadas majestades:

Ya se acerca el día en el cual ustedes han planificado visitar a Venezuela. En una carta anterior les pedía que cancelaran esa visita porque estarían validando un régimen politico ilegítimo, brutal en su acción e inepto hasta el punto de conducirnos a la ruina.

Recibí una respuesta muy cortés de la embajada de Holanda en USA, diciéndome lo mismo que le han dicho a todos quienes han escrito expresando su preocupación por la visita. Me dijeron que era una visita protocolar y breve y lo que logré entender es que tal visita protocolar tenía tal fuerza que no era posible cancelarla, aun si el mismo Adolfo Hitler redivivo estuviera en la presidencia de Venezuela.

Así de sencillo. Parecería que la fuerza de la tradición es superior a las circunstancias. Ante esa estructura geopolítica de granito debo rendirme.

Pero no sin decirles a sus Majestades que la Venezuela que ustedes van a visitar dentro de algunas horas es un país sumido en una espantosa crisis moral y material, un país en el cual el poder está en manos de una pandilla de delincuentes apoyados por narcogenerales, un país en el cual no existe el estado de derecho, donde le ha sido concedido al analfabeta que ostenta el cargo de presidente la facultad para legislar a su leal saber (que es muy precario) y entender (que es casi inexistente).

Apreciadas Altezas: que les vaya muy bien en nuestra Venezuela alcapónica. Nunca olvidaremos esta visita que le llega tan oportunamente al bufón presidente. Pasaré las horas recordando la leyenda de Hans Brinker. La version geopolítica de su poner el dedo en la fuga de agua debería ser luchar contra el autoritarismo y el abuso de poder. Podrán  leer en la estatua de Spaarndam

Opgedragen aan onze jeugd als een huldeblijk aan de knaap die het symbool werd van de eeuwigdurende strijd van Nederland tegen het water.

Sinceramente,

Gustavo Coronel