El año 2013 termina tragicamente
para la nación. El régimen que ha destruído una buena parte del país ha logrado
una victoria electoral. Y la oposición organizada ha ido a “dialogar” con una
pandilla de criminales, un diálogo que tendrá el efecto de validar las
decisiones que tome el régimen a corto plazo: una nueva devaluación de la
moneda y el aumento del precio de la gasolina. Una vez más los Cubanos habrán
engatusado a la oposición. El bufón podrá decir mañana que la oposición se
reunió con ellos y los hará partícipes de decisiones que son consecuencia
directa de la ineptitud y corrupción del régimen.
Peor aun, el sentarse en una mesa
con Nicolás Maduro y su pandilla los legitima, valida los desafueros cometidos
por esta gente. Porque la gente digna y honesta no se sienta en una mesa con
criminales. El régimen no es simplemente un mál gobierno con el cual se “puede
hablar”. Es un régimen forajido y corrupto con el cual no debe haber ninguna
co-existencia pacífica, so pena de entregar banderas que deberían ser sagradas.
Este acto entreguista de la oposición no es explicable en términos éticos sino
en términos de estrategia política tradicional, esa de “como quedo yo
ahí”.
Paradojicamente, la bajada de pantalones
de la oposición se efectúa cuando el régimen está en inminente riego de colapso
definitivo. Por algun tiempo hemos pensado que la caída de la pandilla será el producto
de una implosión, ya que el país opositor no ha sido capaz de hacer el trabajo.
Para quienes hemos soñado con un
país moderno y progresista es decepcionante ver como millones de votantes
fueron a depositar su voto por un régimen ladrón, inepto y traidor. Las
generaciones futuras se preguntarán, perplejos, por qué ha sucedido esto. Las
razones son múltiples pero la fundamental es la existencia de un gran sector de
la población integrada por gente pobre, sub-empleada, muy desinformada,
tratando de vivir hoy, sin pensar en el mañana. Yo no los culpo a ellos por no
poder ver al país como ciudadanos sino
como sobrevivientes.
Nuestra debacle nacional que ya
es moral y espiritual, además de política y económica, es el resultado de una historia
con muy breves momentos de grandeza. Nuestros 185 años de vida independiente
apenas muestran cortos períodos de liderazgo honesto y preparado. Los
estadistas venezolanos se pueden contar con los dedos de una mano. El resto ha
sido incoloro o mediocre, tanto en dictadura como en democracia.
Un gran porcentaje de los
votantes en las recientes elecciones no son capaces de comprender la situación caótica
de PDVSA. No conocen o no les importa el grado de prostitución existente en las
fuerzas armadas. No saben o no les importa que las instituciones nacionales:
A.N, TSJ, Poder Moral y CNE, estén en manos de jineteros y jineteras morales. No
comprenden que existe una grosera
entrega del país a Cuba y a China. No se da cuenta de que vota por un grupo de
traidores, desde el difunto hasta el bufón.
Entre lo expropiado también está el alma
El difunto hablaba como ellos y Nicolás
Maduro habla como ellos, lo cual ilustra la desesperada condición de nuestro
pueblo. Millones de venezolanos viven hoy esperando las dádivas, los alimentos
subsidiados y las neveras y los televisores que puedan comprar a precios de
gallina flaca gracias a los saqueos controlados que lleva a cabo el régimen. Más de 2,3 millones de empleados públicos y
sus núcleos familiares que suman unos ocho millones de venezolanos permanecen esencialmente
comprados por el régimen, lo cual garantiza la sobrevivencia del lumpen que maneja el poder asesorado por Cuba.
Por 15 años Venezuela se ha
encaminado al suicidio. Ha sido un éxito hecho posible por fraudes y abusos
aceptados mansamente por la oposición. Sin embargo el régimen se viene abajo
debido a su ineptitud. La moneda está en el umbral de una nueva y severa
devaluación. PDVSA está desesperada por obtener ingresos adicionales y piensa
en aumentar el precio de la gasolina, la cual ha regalado por años como una de
sus favoritas herramientas demagógicas. Una reciente muestra de la
descomposición existente en el país es que las líneas aéreas internacionales podrían
dejan de operar en Venezuela, algo que solo sucede en estados forajidos.
En este momento el Maduro
electoralmente victorioso es, al mismo tiempo, el Maduro maula, insolvente, a punto de derrumbarse por el estruendoso fracaso
de la economía absurda creada por el régimen.
La decomposición de la nación es
horrorosa. Lo que yo veo a mi alrededor
es totalmente contrario a los principios y valores que he mantenido toda mi
vida. Así fuera el último de quienes no
aceptan la claudicación mantendría mi posición de rechazo.
Los venezolanos del futuro verán
con desdén a los invertebrados que se han vendido al régimen y con compasión a
los ignorantes que lo apoyaron porque no pudieron ver más allá de la dádiva, la
casita o el camburcito, aquellos para quienes el futuro del país no existe.
Los venezolanos del futuro leerán
como, en la segunda década del siglo XXI, la suma de los ignorantes más los
invertebrados venezolanos mantuvieron a un régimen inepto y corrupto en el poder
de manera injustificada. Ello fué posible porque careció de más gente digna y
mejor educada para el ejercicio ciudadano.
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Si no logramos transformar a la
pobre e ignorante masa venezolana en ciudadanos, el país seguirá chapoteando en
el pantano de la mediocridad. Nadie puede sentirse orgulloso de gobernar o de
habitar en un país como la Venezuela actual.
No le quito ni le agrego una coma, porque veo perfectamente reflejada mi opinión en su escrito
ResponderEliminarY lo que viene es para coger palco, Gustavo.
ResponderEliminarGustavo, Valentina Quintero tiene razon, como carajos vas a hacer un pais con un gentio que vive es del contrabando y de ver como hace para joder al otro? Mira este video, a mi me parece que tiene toda la razon de arrecharse, un pais que tuvo todo lo arruinaron unos hijos de puta para hacerse millonarios y dejar al pais como un campamento minero:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=Bs0TJq2wrOQ
"Si no logramos transformar a la pobre e ignorante masa venezolana en ciudadanos, el país seguirá chapoteando en el pantano de la mediocridad. Nadie puede sentirse orgulloso de gobernar o de habitar en un país como la Venezuela actual"
ResponderEliminarCaramba. Mas claro imposible
La verdad no siempre es dolorosa, pero cuando si lo es hay que enfrentarla, de lo contrario el mal se agrava hasta hacerse irremediable
Siempre he pensado que esa aseveración de que el venezolano (o sea la inmensa mayoría) es demócrata, es algo así como el cuento del guapo que nunca peleó
Lamentablemente usted tiene la razón. Me causa un inmedible desasosiego tener que convencerme de q la nuestra es una sociedad de LAMBUSIOS A TODO NIVEL y remediar eso es una tarea titánica..!
EliminarAquí veo reflejado con claridad lo que yo pienso, y las razones por las cuales me negué a votar. Muchos amigos muy queridos, con ingenuidad o ¿desinformados? decían que había que votar. Y no me digan que soy ápatrida, porque sigo aquí a pesar de no haber nacido aquí, y con la oportunidad de irme de este país y nunca he querido hacerlo. No se que pasará, y el año que viene creo que va a ser muy difícil. No voté porque no me siento respaldada por ninguno de los candidatos que se midieron en las últimas elecciones. Y después de haberlos visto arrodillados, humillados, porque eso es lo que hicieron, humillarse delante de semejante energúmeno, ignorante, patán e ilegítimo. ¡Que tristeza mi Dios!
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