En cierta forma, en Venezuela siempre
hemos sido una sociedad de cómplices, de conchupancias, de tolerancias frente
al saqueo de los bienes públicos y a la burla de la justicia. Hubo una época en
la cual este defecto nacional tuvo algunos ribetes de decencia. Por ejemplo, cuando el ministro del Interior
de Pérez Jiménez llamaba a su vecino, ex-compañero liceísta o fanático del
Cerveceria Caracas, como él, para decirle: “Véte de la casa, que te tendré que
mandar a buscar a las once de la mañana”. En esos casos se podia hablar de
solidaridad, aunque el ministro estuviera (gracias a Dios, en este caso)
deshonrando su cargo. Lo verdaderamente honroso hubiera sido renunciar a esa
posición de cooperación con el dictador, en lugar de perseguir amigos que él
sabía inocentes.
Con el correr del tiempo estos
matices de decencia se han difuminado, para ser reemplazados por una
complicidad atroz. No vacilo en afirmar que la sociedad venezolana es una
sociedad gangsteril. Y, al decir esto, debo agregar un comentario sobre la
generalización. Cuando he dicho, en anteriores escritos, que el ejército
venezolano está prostitutído y debería ser eliminado en una futura sociedad
democrática, algunos militares se han sentido ofendidos, alegando que “no todos
somos así”. Por supuesto que “no todos
somos así”. Lo que la generalización
representa es un juicio sobre la existencia de una masa crítica de prostituídos
en el ejército o de habitantes
gangsteriles en el país, quienes le dan a
sus grupos una actitud predominante que
merece ser así definida. A eso es que
apuntan las generalizaciones. De otra manera sería imposible caracterizar lo
que nos está pasando como sociedad o lo que ocurre hoy en el seno del ejército
venezolano. Tendríamos que callar. Y eso no va a suceder.
La sociedad venezolana ha llegado
a ser gangsteril porque promueve abiertamente la complicidad de sus familiares,
de sus amigos, de sus compañeros de escuela o de negocios, con quienes llevan a cabo directamente la infame tarea de saquear a la nación. Lo
que existe hoy en día en Venezuela es una trama maldita que incluye a demasidos
compatriotas por comisión, omisión interesada o silencios cobardes.
Funcionarios públicos del más alto nivel ejecutivo, legislativo y judicial, miembros
de un cinicamente denominado Poder Moral, banqueros, contratistas, sitios
electrónicos vendidos, grupos organizados de malandros, magistrados judiciales,
militares, embajadores, profesionales y comerciantes genuflexos y parasitarios
forman una inmensa legion de gangsters que están chupándose de manera
inmisericorde a la Nación. Peor aun, lo están haciendo en nombre de la
soberanía, en nombre de una patria que no se parece en nada a nuestra patria.
El lema que figura en sus banderas piratas, debajo de la calavera y las tibias
cruzadas es: “No hay papel tualé pero tenemos patria”.
No deseo cometer el mismo error
de compatriotas quienes se limitan a hablar de nuestra tragedia en términos puramente
conceptuales, porque ello sería como un arroz con pollo… sin pollo. La
corrupción no es un ente abstracto sino de carne y hueso. El término corrupción
presidencial no existiría, por ejemplo, si no hubiera existido un Guzmán Blanco
o un Cipriano Castro o un Hugo Chávez, o
si no existiera un Nicolás Maduro. Y, a su vez, estos presidentes coruptos no
hubieran podido hacer su macabro trabajo sin la ayuda, conchupancia,
complicidad de una legión de desalmados que los han apoyado por dinero o por
ser miembros de una pervertida tribu ideológica. Es el tramado diabólico el que actúa como un
inmenso monstruo que todo lo destruye a su paso. Chávez no hubiera ido muy
lejos sin la conchupancia con, y guía de, un Fidel Castro o del tinglado
regional de pendejos sin fronteras o sin la tolerancia criminal de un José Miguel
Insulza y su orquesta de invertebrados
de la OEA, o sin el apoyo tolerante de las instituciones a lo Tribunal Supremo
de Justicia que existían en la Venezuela de 1999 y que se embarcaron gozosas en
el carromato de Chávez, solo para ser barridas por el autócrata cuando ya
salivaban esperando sus recompensas.
Un ejemplo reciente de esta
conchupancia, de este tramado maldito, lo tenemos en el sector de la seguridad
ciudadana. La muerte de tres malandros a manos de la policía desató una
protesta de sus amigos en el Barrio Simón Bolívar de Ocumare. Un grupo de
motorizados trancó el sitio para protestar y exigir a los comerciantes del
pueblo que cerraran sus negocios en solidaridad con los fallecidos. Uno de
ellos, “Fernando”, era miembro del Movimiento por la Paz y la Vida y era,
también, el líder de la Banda de “Los Orejones”. El Movimiento por la Paz y la Vida es una
organización del régimen y se reunió,
por cierto, el Martes pasado, en Miraflores, bajo la coordinación de la Señora
Cilia Flores, llamada “La primera Combatiente”, título nada pacifista. Así lo
informó VTV, una de las televisoras del régimen.
Y entonces?
Un segundo ejemplo es que uno de
los asesinos de Mónica Spears está fotografiado con una gran foto de Nicolás
Maduro en el fondo. Se dice, y la versión no ha sido desmentida, que el joven
malandro/asesino es miembro del PSUV.
La inter-relación del régimen con
las bandas armadas de naturaleza anárquica, como las que asaltaron el féretro
del fallecido Cardenal Velasco, nunca ha sido puesta en duda por la opinión
pública. Hay demasiada evidencia gráfica y escrita sobre estos nexos. Son nexos
que van más allá del malandraje simple, ya que extienden sus raíces hasta las
organizaciones terroristas de Colombia, las FARC. O es que Marulanda no tiene
su estatua en el 23 de Enero? O es que Rodrigo Granda no tenía documentos
venezolanos y vivía en Caracas bajo la protección del régimen?
En el campo del narcotráfico hay altos
militares venezolanos activos y hasta promovidos recientemente por el régimen
que están mencionados, por las autoridades de un país miembro de la OEA y
cliente principal del petróleo venezolano, como colaboradores del narcotráfico:
Ramón Rodríguez Chacín, Hugo Carvajal,
Henry Rangel Silva, Cliver Alcalá
y altos funcionarios civiles, entre quienes se menciona a Freddy Bernal. El
ex-juez Aponte Aponte ha testificado bajo juramento que la relación del
narcotráfico con Venezuela llegaba hasta el más alto nivel, el de Hugo Chávez.
El preso Walid Makled habla, dando nombres y apellidos, de altos oficiales y
familiares de personajes del chavismo en su nómina de pago, incluyendo jovenes
de apellido carrizales y Aissami. Nada de eso se ha investigado ni se
investigará porque el monstruo no se devora a sí mismo.
En el campo de las finanzas
públicas está ya documentada la trama diabólica entre corruptos tipo Tobías
Nóbrega, ministro de finanzas hace algun tiempo, y sus colaboradores, por un
lado, y banqueros e intermediarios cuyos apellidos pertenecen a la
“arta”sociedad caraqueña. En otros casos similares se menciona que el banquero xxxxx no está directamente
metido en la cloaca pero su yerno sí. Cuando los apellidos abundan a ambos lados de la talanquera ello
promueve, por “solidaridad”, el derrumbe de la talanquera moral que separa a
malandros de la gente decente. Si darns cuenta todo deja de ser Altamira, como
lo quiso Gallegos y se convierte, de
nuevo, en El Miedo el territorio de Mujiquitas, Doñas Bárbaras, Barqueros y Mr.
dangers que ahota tienen nombres cubanos, rusos y chinos.
Arné Chacón se compró un banco
sin dinero y es hermano de Jesse. Jesse dijo no estar de acuerdo con su hermano
pero, acaso podemos saber si no intercedió por él para que el castigo le fuera más
leve? Lo cierto es que Arné anda libre, sin problemas, disfrutando de su
riqueza, mientras Soimonovis estápreso y enfermo. Y
Alejandro Andrade? Y Fernández Berruecos? Libres. Como andarían los asuntos de Pedro Torres
Ciliberto si no hubiera tenido amigos influyentes al más alto nivel, ministros
de esto y de aquello y pilares propagandísticos del régimen?
El bloguero Alek Boyd ha sacado a flote las
conexiones del banquero Víctor Vargas, uno de los más prósperos venezolanos de
la quinta república. La red de relaciones, influencias y de gente a su servicio
es espeluznante. En otro ejemplo de este tipo, la saga del Helms Bank, la cual
comienza por Torres Ciliberto, parece una novela y sus ramificaciones con
apellidos de “arcurnia”, a lo Herrera Velutini, son numerosas. Salen a relucir
apellidos como Gómez Ruiz, López Gómez y hasta el apellido Capone, de buena
cepa chicagoense. Venepiramides relata como Julito Herrera se daba préstamos a
sí mismo en el banco! Al menos cinco desembolsos sumando Bs. 20 millones fueron
dados a empresas de papel constituídas el mismo día por el mismo abogado. Que
impudicia! Los testaferros, por supuesto, eran todos gente “bien”.
El sector de los contratos con el
gobierno se lleva la palma por la cuantía del asalto a la Nación. Allí los
apellidos son realmente impresionantes. Una empresa que ha ganado contratos por
miles de millones de dólares sin poseer, aparentemente, una estructura que les
permita hacer directamente el trabajo, es decir, lo que se llama en la
Venezuela socarrona un intermediario, está controlada por jovenes de apellido
Trebbau, Convit, D’ Agostino, Romero Lazo y Betancourt. La mayoría son familias
de buen nombre. Sin embargo, la verdadera tragedia es que estos jovenes nacieron
y crecieron y se educaron en ambientes en los cuales, de alguna manera, estas
relaciones de “negocios” no eran consideradas pecaminosas. Porque, hay que
tenerlo claro, esos contratos no se dieron por obra y gracia del Espíritu Santo,
o en el mejor interés de la Nación. Se dieron en función de intereses
personales, a espaldas de los intereses de la Nación. Y en ese proceso perverso
la gerencia de las empresas otorgantes tuvo que jugar un papel que solo el
futuro (a lo mejor?) podrá poner en claro. Las gerencias de PDVSA y la de
Corpoelec aparecen como involucradas. No puede ser de otra manera, porque los gerentes de una empresa tienen que
estar informados debidamente de lo que la empresa está haciendo…. O no son
gerentes! Ellos son los que dan los contratos! Y son los responsables ante la
justicia ordinaria.
La situación se complica un tanto
más cuando vemos que se advierten indicios de contaminación de venezolanos en la oposición con el malandraje.
Y lo digo porque, a pesar de que considero a nuestra oposición meritoria y
repleta de gente digna, me preocupan algunas señales de que hay canales
abiertos de contaminación entre el régimen podrido y la oposición. Hay un
sitio, llamado www.noticias24.com que aparentemente pretende jugar para los dos
equipos. El caso de Juan J. Caldera no es, por lo cuantitativamente pequeño,
menos importante. Este joven oposicionista recibió una modesta suma de dinero
de un contratista corrupto, a instancias de un amigo de ética muy cuestionable,
un malandrito pués. Ese incidente ha causado un gran daño a la causa de la
oposición porque, a pesar de su insignificancia cuantitativa, es de
significación cualitativa. La corrupción de $1000 es igual a la corrupción de
$1.000.000. Eso no debe suceder y, si
sucede, debe ser causa de un rompimiento claro con el infractor, lo cual no
está sucediendo.
Esta es una contienda ética que
no puede aceptar el gris. Solo existe el blanco y el negro. Si aceptamos la
corrupción y la conchupancia como una manera de vivir nos inhabilitamos como
factores válidos para la construcción de
una nueva Venezuela. Y engrosamos el número de la sociedad gangsteril.
A quienes quieran continuar
engañados, por las razones que tengan, solo les prometo que esta será una pugna
sin fin. Los venezolanos dignos jamás entenderán componendas ni arreglos
basados en la conchupancia.
Como se hace para que la justicia castigue a tanta gente? Cuantos miles deben pasar el resto de sus días presos y sus bienes confiscados?
ResponderEliminarel núcleo principal del desastre no pasa de unas 500 personas. El castigo es esencial. Sin embargo, la solucion estuctural es un proceso de educación ciudadana que puede dares en una o dos generacione, pero debe ser perseverante. No sé si tenemos guáramo para llevarlo a cabo.
ResponderEliminarSr. Coronel, yo leo sus escritos regularments, asi como de otros Blogueros de oposicion (Alek, Daniel, etc.).
ResponderEliminarCasi siempre estoy de acuerdo con sus planteamientos. Digo "casi" siempre porque noto que es firme y duro con el regimen Chavista, pero no veo igual dureza con la los "lideres" de la oposicion, en especial Capriles y la MUD....en este articulo de Conchupancia, Capriles y la MUD debieron tener un papel estelar, con unos paragrafos dedicados a sus comportamientos alcaguetes con el gobierno y CNE. Yo vivo fuera de Vzla desde mucho tiempo y sinceramente creo que estamos asi por culpa de las oposiciones (desde que Chaves asumio el poder hasta ahora). Sus escritos deberian resaltar mas la ineptitud y "conchupancia" de la oposicion. Se deberia seguir el ejemplos de oposicion como en Egiptpo, Siria, Ucrania
en mis escritos anteriores (Memo a Aveledo) creo haber sido severo con la MUD.El tema de la conchupancia es esencialmente entre los miembros de la sociedad venezolana, sin distingos de preferencia política. A eso me quería referir.
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