El Ministerio de la Limosna

Entre los 35 ministerios y 60 viceministerios  del régimen de Venezuela hay uno llamado de la Suprema Felicidad. Hace un año fue creado por Nicolás Maduro, como homenaje  al  “Comandante Eterno”.  En ese momento, Maduro dijo: “He decidido crear el despacho de viceministro de la Suprema felicidad y lo he llamado así en honor a nuestro comandante (Hugo) Chávez y a nuestro Bolívar, para la suprema felicidad social del pueblo venezolano...El despacho se encargará de las distintas exigencias, reclamos y necesidades de la población y las misiones y de atender a los viejitos y viejitas y niños y niñas, para atender a lo más sublime y amado del pueblo revolucionario”.

De esta manera el régimen de Maduro consagró la limosna como política de estado. Tanto el difunto dictadorzuelo, como su reemplazo,  han considerado que la vía de los venezolanos  para salir de la pobreza pasa por el reparto de limosnas a los pobres. Miles de millones de dólares han sido repartidos por el régimen a los pobres, para hacerlos sentir bien y crearles la ilusión de que han salido de la pobreza. Como los diabéticos, los pobres “dejan” de ser pobres mientras se les inyecte dinero, el cual actúa como la insulina. El día en que el dinero cesa de fluir los pobres regresan a ser pobres, así como los diabéticos regresan a serlo cuando no se inyectan insulina. Y es que la salida de la pobreza solo se logra cuando la persona aprende a crear riqueza, a abrirse camino por sí misma, a no depender de la limosna, a dejar de ser un parásito del estado. La limosna, por el contrario, lo hace más dependiente, lo humilla, lo reduce a la triste condición de pordiosero.    

El error se magnifica cuando la limosna no se da por bondad sino para mantener al pobre en deuda de gratitud con quien la reparte. El difunto y Maduro han utilizado la limosna para comprar lealtad a su proyecto de dominación política. Han pensado, erróneamente, que esa lealtad será permanente.Sin embargo, la lealtad solo dura mientras fluya el dinero. Ahora que se acaba el dinero para limonas los pobres de Venezuela están regresando a ser más pobres que nunca y han arrastrado a parte de la clase media hacia la pobreza, debido al inmenso despilfarro de los recursos del estado. Con el régimen a punto de la quiebra financiera, las limosnas se han distanciad por lo cual los pobres se sienten más y más indignados, pensando en que ello representa un abandono por parte de Maduro. Los colectivos, Aporrea, los partiditos políticos que están surgiendo dentro del régimen evidencian el derrumbe del chavismo sin Chávez

Todavía, sin embargo, hay intentos de mantener la política de las limosnas. Vean esto:

VICEMINISTERIO DE LA SUPREMA FELICIDAD ENTREGÓ AYUDAS ECONÓMICAS A NIÑOS Y ADULTOS MAYORES

(Prensa MPPDPSGG – Betzaida Cuesta/28.10.2014).- En nombre del presidente Nicolás Maduro y la Primera Combatiente, Cilia Flores, la viceministra de la Suprema Felicidad Social del Pueblo, Carolina Cestari, entregó la mañana de este martes, 50 ayudas económicas para niños y adultos mayores de la Patria. “Solo en Revolución el Palacio de Miraflores abre las puertas al pueblo para brindar la mano solidaria como lo hacía nuestro Comandante Supremo”, expresó la Viceministra. Asimismo, Cestari informó que en esta oportunidad se beneficiaron 30 niños y 20 adultos…”.

30 niños y 20 adultos han recibido limosnas en nombre de Maduro y de la primera combatiente. Y los 18 millones de pobres que faltan?  Ni siquiera se les hace saber a los “ayudados” que esos son recursos del estado. Se les dice que la limosna es posible gracias  a la generosidad de los Maduro, él un analfabeta cargado de resentimiento, ella una Eva Perón de pacotilla.

 Venezuela tiene 30 millones de habitantes, de los cuales un 60% pueden clasificarse como pobres. Esta inmensa masa es incapaz de salir del foso porque carecen de una educación que le permita liberarse de su condición de cliente del estado. Como dijeron los ex ministros Giordani y Héctor Rodríguez, la revolución necesita que los pobres sigan siendo pobres.

Por ello se les da una limosna pero no se les empodera para que sean ciudadanos educados y libres. Se les mantiene uncidos al yugo de la degradación.