Reflexiones Dominicales
No son tres hermanas de Maracaibo. En la mitología griega Themis es la justicia divina, reside en el cielo. Astrea es la justicia humana y carga una balanza y una venda para significar su naturaleza impersonal. Némesis está armada con una espada y es la justicia personal, también llamada la venganza.
En un mundo imperfecto, donde hay millones quienes pasan por la vida
apegados a un código ético que les ordena respetar el bien común y millones quienes
pasan por la vida aprovechándose de aquellos para violar las reglas del vivir
en armonía se requiere de la presencia de Astrea, la justicia humana. Ella
lleva una balanza que significa la retribución, que quien tal haga tal pague. Astrea ni siquiera ve a quien pesa en su
balanza. Una vez efectuada la retribución se restablece la armonía. Es
solamente cuando Astrea no actúa para pesar la acción de los hombres en la
balanza que aparece en escena Némesis, la justicia que es tomada por propia
mano, para tratar de hacer el trabajo que Astrea no ha podido llevar a cabo. El
hombre lleva constantemente en su alma
esa permanente tentación de la venganza, junto con sus también constantes
esfuerzos por sublimarla. Para llevar a cabo esa sublimación todas las
religiones añaden otro ingrediente a la
pugna perenne entre el deseo de justicia y la sed de venganza: el perdón. Francis
Bacon decía que la venganza era “una justicia salvaje” y cita a Salomón, quien
dice: “perdonar es la gloria del hombre”. Al tomar venganza, agrega Bacon, el
hombre apenas se muestra igual al victimario. Solo cuando perdona se muestra
superior.
Yo tengo algunos problemas con Bacon. He pasado toda mi vida apegado a un código de
conducta heredado de padres y maestros, una especie de segunda naturaleza que
me impide, casi de manera fisiológica, robar o matar, para mencionar los dos grandes tabúes de la vida social. Sin embargo,
en nuestro mundo de hoy robar se ha convertido casi en una modalidad cultural
aceptable, lo cual amenaza el mundo
moral que gente como yo se ha creado, aquel mundo que decía con convicción: “El
crimen no paga, los criminales tendrán su castigo”. La realidad que he visto
durante mi vida me ha mostrado que el crimen parece pagar, por cuanto muchos
criminales (ladrones y asesinos) han burlado con facilidad y hasta desenfado la
acción de Astrea, la justicia humana y hasta se sonríen socarronamente cuando
se les amenaza con Themis, la justicia
divina.
La falta de justicia me causa personalmente un inmenso problema espiritual.
No me permite ver con satisfacción como cada quien recibe el pago debido por
sus acciones sino que la falta de pago para el criminal, recibido por él/ella
con tanta alegría y con tanta aceptación por parte de la sociedad, me hace
pensar que he estado viviendo en un mundo irreal, que mi mundo moral no era el
verdadero o el “normal”. Por ejemplo, un
antiguo amigo de la universidad, por quien sentí mucho afecto, se robó unos
reales. Y los ha disfrutado porque la balanza de la justicia no ha funcionado.
Hice lo que debía hacer: le quité mi amistad, como única forma posible de
sanción. Pero, que sucedió? Que ahora yo
soy considerado por él como culpable de haber roto lo que era una bella amistad,
yo soy el “agresor”. MI antiguo amigo alega, con cierta razón, que él no me ha
hecho nada a mí para merecer ese trato (el dinero que se robó no era mío). No
le he explicado, no es fácil hacerlo, que él ha tratado de destruir, con su
acción, una parte de mi mundo.
En nuestros días mi mundo moral se encuentra bajo el asedio de múltiples
crímenes que amenazan con gozar de impunidad. Veo que la sociedad venezolana, a
la cual pertenezco en buena parte, a
pesar de no vivir físicamente entre ella, parece dispuesta a hacer borrón y
cuenta nueva ante el peor crimen colectivo que se haya cometido jamás contra la
nación venezolana, el de los últimos 15 años de desbarajuste chavista. Los
llamados al diálogo, a la reconciliación, al re-encuentro, sin mención alguna
de la aplicación de la justicia, me llevan a pensar que – eventualmente – la pandilla
compuesta por unos cuantos centenares de criminales que ha azotado a nuestra
nación: ladrones, mentirosos patológicos, rosqueros, favorecedores de familiares
y amigos a expensas del patrimonio nacional, abusadores de su poder, narcotraficantes, destructores de nuestra
infra-estructura física, institucional y espiritual, todo ese lumpen moral,
pueda salir intocada por la acción de la justicia, con pleno disfrute de su
riqueza mál habida.
Ello sería lamentable pues, aún si una monstruosa transacción nos llevara a
un cambio de régimen político en el país ese borrón y cuenta nueva, ese “perdón”,
garantizaría el retorno de las mismas prácticas criminales en corto tiempo. Y
la razón es sencilla, el crimen tiene tres factores desencadenantes: el motivo,
la oportunidad y la impunidad. De estos tres el más poderoso es el tercero, la
impunidad. Si hay certeza de que la justicia es inoperante, pues dele.
No soy ni podría llegar a ser un Charles Bronson, aquel terrible vengador de
las cinco películas llamadas “Death Wish” ("El vengador Anónimo", en América Latina) pero confieso que verlas me producen un efecto anti-hipertensivo.
No es un accidente que hayan hecho cinco películas sobre ese tema, en el cual
Némesis toma el lugar de Astrea.
Porque, como decía Omar lares, se
cansa uno.
Aquí tres excelentes artículos sobre este tema, brillantmeente planteado por Ud:
ResponderEliminarhttp://www.nytimes.com/2014/05/04/opinion/sunday/revenge-my-lovely.html?module=Search&mabReward=relbias%3Ar%2C{%222%22%3A%22RI%3A15%22%2C%221%22%3A%22RI%3A10%22}
http://www.nytimes.com/2011/07/28/opinion/28rosenbaum.html?module=Search&mabReward=relbias%3Ar%2C{%222%22%3A%22RI%3A15%22%2C%221%22%3A%22RI%3A10%22}
http://www.nytimes.com/books/00/10/29/reviews/001029.29sudetit.html?module=Search&mabReward=relbias%3Ar%2C{%222%22%3A%22RI%3A15%22%2C%221%22%3A%22RI%3A10%22}
Tema muy importante. Tengo sentimientos parecidos a los suyos.
Parece ser que la impunidad y el dinero transforma al mas santo!?
ResponderEliminarPero soy del mismo parecer que uds.
O es barbarie de alguna de sus formas, o es justicia y "convivencia" humana!
Se sacrifica el bien de uno o pocos por un bien mayor de grupo(grupal) sea este mejor o no! Haciendo la justicia para un individuo a veces es sacrificable!
O sea, un desaparecido en Norte America, entre bastantes, se vuelve un caso del olvido, cuando estadísticamente la mayoria de personas no están desaparecidas, y viviendo relativamente bien!
En mis libros, un desaparecido por cualquier causa, es alarmante!
Un desposeido y viviendo en la calle o durmiendo en su carro es alarmante!
La falsa lógica y justicia de incriminación falsa, como Benjamín el hermano mayor de José en Egipto de la Biblia, es ejemplo de falsa justicia!
Y si queremos justicia propia no debemos quitar la defensa propia legal a nadie! Pasar esta línea es sólo de operaciones de "guerra"!
Bueno los extremos y los números nunca están de acuero!